Revelan cómo el kirchnerismo espiaba a Alberto Nisman
El periodista Nicolás Wiñazki cuenta en su último libro sobre una "carpeta blanca" en la que recolectaban información sobre el fiscal.
Un libro revela cómo funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner obtenían y recolectaban información en una "carpeta blanca" sobre la vida de Alberto Nisman, fiscal que investigaba el atentado a la AMIA y quien fue encontrado muerto en su departamento en enero de 2015 luego de haber denunciado a la ex Presidente.
"(Sergio) Berni y su superiora formal, Rodríguez, buscaron información privada de la madre de Nisman, Sara Garfunkel. Y obtuvieron, a causa de su posición, información que manejaban policías federales sobre secretos familiares de la ex esposa de Nisman", cuenta el periodista Nicolás Wiñaski en su libro "Fueron por todo".
"Entre los vestigios que documentaban desde el interior de la administración pública cómo había sido el arbitrario estilo de gobernar de la gestión anterior, en el nuevo Ministerio de Seguridad de la gestión Cambiemos, al mando de Patricia Bullrich, empleados de carrera encontraron una carpeta con anillos, blanca, voluminosa, que Berni había mandado "eliminar", según fuentes del propio organismo público. La orden del teniente coronel no fue obedecida. La carpeta blanca no fue eliminada. Berni me aceptó que esa carpeta existía, pero me dijo que era parte de la documentación que guardaba su "jefa", Rodríguez", dijo en referencia a cómo recopilaban la información obtenida.
"La carpeta secreta sobre Nisman contiene también información crucial sobre la causa judicial de la muerte del fiscal. Hay además constancia de que los agentes policiales que custodiaban a Arroyo Salgado elevaban, en secreto, informes de todo lo que se enteraban sobre ella a sus jefes policiales. La carpeta también incluye un completo listado de todas las salidas y entradas al país del fiscal muerto del caso AMIA. Y también de los viajes que realizaron al exterior personas allegadas", agrega.
"En esa carpeta, además, que el escrúpulo y el coraje de un funcionario preservó, hay un plexo de informaciones muy valioso, que el Estado K no solo no quiso conservar, sino que expresamente buscó eliminar. El gobierno de Cristina Fernández espió a Nisman y, más aún, sabía que él tenía pruebas orales y documentales que indicaban que la gestión K sabía que un agente de la Policía Federal había actuado haciendo espionaje en la sede de la AMIA, y que temía haber ayudado, de forma indirecta pero eficaz, a los terroristas que volaron ese edificio", apuntó Wiñazki.