El fantasma de la muerte de Nisman aterroriza a Néstor Oyarbide: ¿Su vida corre peligro?
En pocas horas, pasó de su excentricidad habitual a convertirse en un pollito mojado temeroso de su vida.
Por Jorge Boimvaser
A la mañana salió de su domicilio jocoso y excéntrico como siempre. Cabello platinado y un adorno-fetiche, quizás el llamado "bastón de mando" que utilizan algunos jerarcas de logias masónicas o integrantes tops de las llamadas sociedades secretas.
Hizo bromas con los periodistas que lo esperaban en la puerta, subió al auto y se trasladó al edificio emblemático de los tiempos modernos: Comodoro Py.
Respondió una entrevista radial con voz entrecortada y más tarde se lo vió entrado en pánico. Acongojado y al borde de las lágrimas como ni siquiera se lo vió en los tiempos que los videos de "Spartacus" se viralizaron en época que Internet todavía estaaba en pañales.
Hasta balbuceó una mentira piadosa, que no tenía el celular del juez Bonadío. En el fuero federal todos tienen los teléfonos de todos, no son una multitud, apenas 15 magistrados que se hablan permanentemente para consultarse situaciones y/o participar en encuentros gastronómicos.
Oyarbide declaró lo que todos presumían pero nadie dijo antes, los aprietes del kirchnerismo en causas que afectaban a Néstor y Cristina, y nombró una figura que aún fuera de circulación provoca cierto escozor en el ámbito judicial: Antonio Horacio Stiusso, alias "Jaime". Como en aquel film "Los sospechosos de siempre", el nombre de Kayser Soze hacía temblar hasta el mas mentado. En la versión de cabotaje, el K.S del film es Stiusso.
Lo señaló metafóricamente como quien agarraba del cogote a los jueces, a él mismo, para bajarle línea sobre cómo tenía que salir un fallo judicial.
Oyarbide jubilado ya no tiene fueros ni la protección políitica de antaño.
Los personajes de la llamada "ruta del dinero K" no le son ajenos. Miguel Angel Lamparelli (MAL) era un megaestafador que le compró la Ferrari con la que se regodeaba Leonardo Fariña.. debe haber sido con papeles truchos porque el bólido rojo tampoco era de Fariña. MAL nunca salía de Puerto Madero (vivió un tiempo en el Le Parc que después habito AlbertoNisman).
Cuando Oyarbide decidió detener a Lamparelli por estafas varias, el hombre se profugó dejando en la mesa una parva de dinero para que sus seguidores le dieran unas horas de ventaja.
Se presentó el abogado de MAL y se supo que Oyarbide, después de rechazar su excarcelación, le advirtió que si no se presentaba en el juzgado en 48 horas, mandaría a su mujer al peor establecimiento carcelario femenino y no le haría fácil la convivencia con otras internas peligrosas.
Lamparelli entendió la amenaza y antes del plazo fijado se presentó y quedó detenido. El juez sabía como tratar situaciones difíciles.
Trabajaba más tiempo en el SPA emblemático del centro porteño que en su despacho: el baño turco Colmegna. Iba con sus laptops y ahí decidía la suerte de los imputados que caían en su juzgado. En Colmegna tambié había tráfico de bolsos y otras sustancias. Un cliente, por caso, ponía un paquete en un locker y después le entregaba la llave a otro parroquiano para que retire el bolso.
Cuando Colmegna entró en crisis por falta de pago de aportes varios, su nuevo concesionario -como forma de recuperar la seriedad del SPA ya convertido casi en un nuevo "Spartacus"- le prohibió el ingreso a Oyarbide como política de marketing, pero no sirvió de mucho. La deuda era mucha y los antiguos habitués nunca vovlieron, mas allá que la costumbre de concurrir a los baños turcos ya estaba pasada de moda.
Igual Oyarbide siguió siendo una estrella farandulera hasta que la muerte de Alberto Nisman le abrió los ojos de una realidad insoslayable. Nadie tiene la vida comprada, ni en la ni el mundo.
Era recurrente en comentar la muerte del fiscal del caso AMIA como una obsesión compulsiva, fue una de las varias causas que lo llevaron a presentar la jubilación.
Hace horas esa obsesión lo derrumbó anímicamente. Nombró causas y personajes que jamás hubiera querido nombrar, igual que hizo Nisman que también se sintió con la espada de Damócles sobre su cabeza.
Norberto Oyarbide tiene custodia selectiva, y hasta la AFI (ex SIDE) está monitoreando uno por uno a quienes custodian a Oyarbide. Aunque desde aquel episodio conocido como ROMA NO PAGA TRAIDORES (verídico o leyenda, dá igual), se sabe que la condición humana es ultra frágill frente a una oferta tentadora de dinero.
Ese es el temor actual de Oyarbide, convertirse en un nuevo Nisman por las consecuencias que traerá sus recientes declaraciones. ¿Su custodia selectiva dormirá en su misma cama, se duchará en la misma bañera para no despegarse del ex juez en ningún momento?
No lo sabemos, pero desde que el fantasma Nisman le ronda una y otra vez perdió la paz, la compostura y hasta la farandulería que tanto le gustaba exhibir.
Stiusso (nunca fuera del negocio del espionaje y las pillerías) y hasta Aníbal Fernández le conmocionan la psíquis y lo mandan de cabeza a la realidad en la que vivimos todos los mortales. Y como dice un viejo refrán: La muerte te dá una vida de ventaja pero al final te alcanza siempre..
Hizo bromas con los periodistas que lo esperaban en la puerta, subió al auto y se trasladó al edificio emblemático de los tiempos modernos: Comodoro Py.
Respondió una entrevista radial con voz entrecortada y más tarde se lo vió entrado en pánico. Acongojado y al borde de las lágrimas como ni siquiera se lo vió en los tiempos que los videos de "Spartacus" se viralizaron en época que Internet todavía estaaba en pañales.
Hasta balbuceó una mentira piadosa, que no tenía el celular del juez Bonadío. En el fuero federal todos tienen los teléfonos de todos, no son una multitud, apenas 15 magistrados que se hablan permanentemente para consultarse situaciones y/o participar en encuentros gastronómicos.
Oyarbide declaró lo que todos presumían pero nadie dijo antes, los aprietes del kirchnerismo en causas que afectaban a Néstor y Cristina, y nombró una figura que aún fuera de circulación provoca cierto escozor en el ámbito judicial: Antonio Horacio Stiusso, alias "Jaime". Como en aquel film "Los sospechosos de siempre", el nombre de Kayser Soze hacía temblar hasta el mas mentado. En la versión de cabotaje, el K.S del film es Stiusso.
Lo señaló metafóricamente como quien agarraba del cogote a los jueces, a él mismo, para bajarle línea sobre cómo tenía que salir un fallo judicial.
Oyarbide jubilado ya no tiene fueros ni la protección políitica de antaño.
Los personajes de la llamada "ruta del dinero K" no le son ajenos. Miguel Angel Lamparelli (MAL) era un megaestafador que le compró la Ferrari con la que se regodeaba Leonardo Fariña.. debe haber sido con papeles truchos porque el bólido rojo tampoco era de Fariña. MAL nunca salía de Puerto Madero (vivió un tiempo en el Le Parc que después habito AlbertoNisman).
Cuando Oyarbide decidió detener a Lamparelli por estafas varias, el hombre se profugó dejando en la mesa una parva de dinero para que sus seguidores le dieran unas horas de ventaja.
Se presentó el abogado de MAL y se supo que Oyarbide, después de rechazar su excarcelación, le advirtió que si no se presentaba en el juzgado en 48 horas, mandaría a su mujer al peor establecimiento carcelario femenino y no le haría fácil la convivencia con otras internas peligrosas.
Lamparelli entendió la amenaza y antes del plazo fijado se presentó y quedó detenido. El juez sabía como tratar situaciones difíciles.
Trabajaba más tiempo en el SPA emblemático del centro porteño que en su despacho: el baño turco Colmegna. Iba con sus laptops y ahí decidía la suerte de los imputados que caían en su juzgado. En Colmegna tambié había tráfico de bolsos y otras sustancias. Un cliente, por caso, ponía un paquete en un locker y después le entregaba la llave a otro parroquiano para que retire el bolso.
Cuando Colmegna entró en crisis por falta de pago de aportes varios, su nuevo concesionario -como forma de recuperar la seriedad del SPA ya convertido casi en un nuevo "Spartacus"- le prohibió el ingreso a Oyarbide como política de marketing, pero no sirvió de mucho. La deuda era mucha y los antiguos habitués nunca vovlieron, mas allá que la costumbre de concurrir a los baños turcos ya estaba pasada de moda.
Igual Oyarbide siguió siendo una estrella farandulera hasta que la muerte de Alberto Nisman le abrió los ojos de una realidad insoslayable. Nadie tiene la vida comprada, ni en la ni el mundo.
Era recurrente en comentar la muerte del fiscal del caso AMIA como una obsesión compulsiva, fue una de las varias causas que lo llevaron a presentar la jubilación.
Hace horas esa obsesión lo derrumbó anímicamente. Nombró causas y personajes que jamás hubiera querido nombrar, igual que hizo Nisman que también se sintió con la espada de Damócles sobre su cabeza.
Norberto Oyarbide tiene custodia selectiva, y hasta la AFI (ex SIDE) está monitoreando uno por uno a quienes custodian a Oyarbide. Aunque desde aquel episodio conocido como ROMA NO PAGA TRAIDORES (verídico o leyenda, dá igual), se sabe que la condición humana es ultra frágill frente a una oferta tentadora de dinero.
Ese es el temor actual de Oyarbide, convertirse en un nuevo Nisman por las consecuencias que traerá sus recientes declaraciones. ¿Su custodia selectiva dormirá en su misma cama, se duchará en la misma bañera para no despegarse del ex juez en ningún momento?
No lo sabemos, pero desde que el fantasma Nisman le ronda una y otra vez perdió la paz, la compostura y hasta la farandulería que tanto le gustaba exhibir.
Stiusso (nunca fuera del negocio del espionaje y las pillerías) y hasta Aníbal Fernández le conmocionan la psíquis y lo mandan de cabeza a la realidad en la que vivimos todos los mortales. Y como dice un viejo refrán: La muerte te dá una vida de ventaja pero al final te alcanza siempre..