Un jubilado mató a un ladrón que conocía del barrio y entró a robar a su casa: "No me quedó otra opción"
El asaltante tenía 23 años y el anciano, 79. Ocurrió en City Bell, ayer al mediodía.
Otro hecho de inseguridad sacude al país. Ahora, se trata de Carlos, un jubilado de 79 años que mató a un ladrón de 23 que lo atacó con un cuchillo para robarle.
El anciano dice que está "muy arrepentido". Ayer al mediodía, este jubilado de 79 años dejó entrar a su casa a una pareja que llegó en moto. A él lo conocía porque solía comprarle medias, repasadores y otros artículos que el joven vendía para subsistir. Pero esta vez el visitante sacó un cuchillo y lo asaltó. En un descuido, el dueño de la propiedad fue hasta su habitación, tomó un revólver y baleó al ladrón, de 23 años, quien murió poco más tarde en un hospital.
"No me quedó otra opción que disparar, estoy muy arrepentido", confesó esta mañana el jubilado en su casa, en declaraciones a FM Cielo. Según su versión, el asaltante, identificado como Nahuel Alejandro Ferraro, le quiso dar un puntazo y entonces él se defendió.
Asimismo, detalló cómo comenzó el hecho, ocurrido en las calles 27 y 473, una zona de casas bajas de esa localidad del norte de la capital bonaerense.
"Tocaron el timbre. Fui a atender, era un chico que vendía medias, chucherías, repasadores, venía asiduamente", señaló Carlos y agregó que entonces la acompañante de Ferraro le pidió pasar al baño.
En eso estaban cuando el jubilado fue sorprendido por la pareja, que había llegado al lugar en moto. "Me agarraron de atrás y me apoyaron el cuchillo en el cuello, exigieron plata", relató.
"Tenía unos pesitos guardados y se los di, pero querían más plata. En un momento de descuido, fui al cuarto, este chico me siguió y agarré el revólver. Cuando me di vuelta para encararlo, para pedir una explicación, amagó con tirarme un puntazo y yo disparé el arma", expresó Carlos.
Tras el hecho, el dueño de casa fue llevado a la comisaría, pero quedó en libertad por considerar la Justicia que actuó "en legítima defensa".
"Estoy muy arrepentido. Yo lo atendía como si fuera mi nieto. Le daba de comer, le he prestado plata para comprar cosas y que pudiera vender. Traté de ayudarlo, le hablaba para que siguiera por la buena senda, que no se apartara de la ley. Me sentí muy mal", se lamentó el jubilado esta mañana.
"En un descuido, la víctima tomó un revólver de su propiedad (marca Doberman, calibre 32) y en medio de un forcejeo le disparó en el abdomen", describe el parte policial al que accedió Clarín.
Los ladrones escaparon con 2.000 pesos y llegaron hasta el hospital de Gonnet. Allí, en la guardia ingresaron al quirófano a Ferraro, quien -según la Policía- tenía antecedentes por robo, tenencia de arma de guerra y amenazas reiteradas. Serían por lo menos seis causas en las que estuvo involucrado desde 2014 hasta 2017.
Los médicos intentaron realizar una cirugía pero falleció después de las 14.30, de acuerdo con el informe médico.
El hombre que se defendió del ataque estuvo unas horas en la comisaría y luego declaró ante la fiscal Leyla Aguilar. Fuentes policiales dijeron que para la Justicia se trató de un caso de "legítima defensa". No obstante, continuará el proceso para determinar en detalle cómo fueron los hechos.
El propietario del inmueble dijo que todo ocurrió en apenas cinco minutos. Pero que hubo escenas de gran tensión porque en la propiedad de la calle 27 había otras personas. "Entraron con violencia y lograron mantener inmovilizados a quienes estaban en la casa", contó el jubilado a la Policía.
Los investigadores secuestraron la moto del asaltante en la puerta del hospital y el cuchillo que Ferraro utilizó para robar.
Según la familia del jubilado, el revólver que estaba en la casa era una herencia familiar y no un instrumento de defensa. Sandra, una de sus dos hijas, le dijo al diario El Día: "No sabemos si alguien puede buscar represalias por lo que pasó. Vamos a pedir medidas de seguridad y algún tipo de custodia en esta zona".
Agencia La Plata