¿Quién sostiene los beneficios de Julio César Grassi?
El cura cumple su condena en la cárcel, pero tiene un tratamiento privilegiado y sigue manejando la fundación Felices los Niños.
Un empleado de la fundación Felices los Niños denunció que el ex director, Julio César Grassi, el cura que está preso por abusar sexualmente de un menor, desvía fondos hacia la cárcel de Campana, donde tiene un trato privilegiado.
El cura abusador cumple su condena, que recibió en 2009 pero efectivizó a partir del año pasado, en una "lujosa" celda. Grassi contaría con baño privado, escritorio, frigobar, un led de 21 pulgadas, caloventor, computadora y varios celulares.
Desde la cúpula de la Iglesia católica no se ha debatido, o por lo menos no de forma pública, si Grassi puede seguir formando parte de la institución, ya que continúa siendo cura.
Los productos donados para los niños y niñas serían enviados a la prisión donde, por orden del padre Grassi y con la complicidad del servicio penitenciario, se reparten entre los presos. De este modo el cura abusador se maneja casi como si estuviese libre, a pesar de haber sido condenado. ¿Cómo logra Grassi manejar la fundación y el dinero donado desde la cárcel?
Está claro que el padre Grassi tiene gente que sigue sus órdenes afuera de prisión, pero, además de algunos asistentes, ¿el líder católico recibe apoyo de algún sector del poder?