¿Quién quiere ser policía?
El Gobernador Daniel Scioli hizo una conferencia de prensa para informar los nuevos cambios en materia de seguridad, pero estos ¿Son la solución?
La emergencia en seguridad pública fue declarada por Daniel Scioli. El gobernador bonaerense la declaró después de los hechos de violencia que sacudieron a la Provincia en los últimos días. ¿Las medidas ayudarán a acabar con el delito? Habrá que esperar...
Sin embargo, hay cuestiones que no se nombran. Por ejemplo, el funcionario explicó que se comprarán más armas y municiones. Pero, ¿Para qué las necesitan? Si los policías no pueden disparar a menos que el delincuente dispare primero. Tampoco significa que haya que abatirlos, pero por lo menos reducirlos para reestablecer el orden.
Otra medida cuestionable es el regreso de los agentes retirados. Habría que ver en qué condiciones están los que dejaron la fuerza y también porqué lo hicieron. La solución es sacar nuevos policías, pero ¿Quién quiere ser policía? Sí es un empleo con un sueldo muy bajo comparado con la cantidad de horas en servicio. También, uno expone su vida sin poder reducir a un delincuente.
En el país de los derechos humanos los criminales son los más beneficiados. La Justicia no existe, ya que la mayoría de los delitos terminan sin condena. Los policías también tienen familias que exigen Justicia, son personas igual que todos y viven desde adentro estas problemáticas. Si la Justicia fuera firme, se acabarían los delitos, sería una solución.
Otra problemática es la social. Existe una constante rebelón contra la autoridad, que proviene desde la primera educación de un chico, es decir, la familia. Culpar siempre al otro sería empezar. Por ejemplo, un padre discutiendo con un maestro porque castigó a su hijo o le puso una mala calificación.
Una situación que ocurre a menudo en la fuerza es el conflicto económico. El sueldo pobre también genera la delincuencia policial. Un uniformado que cobra poco dinero, y trabaja doce horas o más, es más propenso a recibir coimas, o cometer otro delito similar.
Resumiendo: un trabajo peligroso, con un bajo sueldo y muchas horas de servicio. En donde los policías tienen las armas pero no pueden usarlas, por lo que dejan de ser la fuerza, y en donde los delincuentes tienen todos los recursos para ganar. La pregunta parece obvia: ¿Quién quiere ser policía? El cambio va más allá de la inversión en instrumentos: es un problema social, educacional y judicial. En estas áreas los cambios no parecen llegar. Las medidas son a corto plazo, como casi todas las medidas del país, en vez que fomentar medidas a largo plazo para hacer cambios profundos.