Por los bajos salarios, cae el consumo de carne
A medida que la inflación no cede, la compra del producto decrece considerablemente en un país carnívoro.
Debido a la mala situación económica que vive el país, la falta de acuerdos en paritarias y sueldos que no alcanzan para llegar a fin de mes, los argentinos optan por modificar su dieta y dejaron de comprar carne: de enero a mayo, el consumo interno de carne vacuna cayó 39.300 toneladas respecto de igual período de 2013.
El retroceso equivale a un 4,6 por ciento menos de consumo. Hoy en el país, cada habitante consume 59 kilos de carne, 2,8 kilos menos en comparación con el año pasado, tal como indicó la Cámara Argentina de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra).
A su vez, la venta del producto "cayó más en los supermercados porque sus precios son de 20 a un 30 por ciento más caros que en las carnicerías", indicó el presidente de Ciccra, Miguel Schiariti, a La Nación.
Lo más probable es que "a medida que continúe la inflación" la brecha se agrave y el consumo de carne descienda aún mas debido a sus precios, estimó Schiariti.
Además, no solo decayó el consumo sino también las exportaciones de uno de los denominados "bienes-salario" en un 21% interanual en el primer cuatrimestre de 2014.