Macri intenta blindar el 2017 y junta a 2000 intendentes
El gobierno cree que sale bien con las tarifas ya audicionadas y la baja de la gestión, y empieza a tener aire para pensar en lo único que le hace perder el sueño a un político: cómo ganar gobernabilidad hacia adelante.
Por Ignacio Zuleta
@IZuleta
Bajan las aguas de la gestión y empiezan a aparecer los pilotes. El gobierno cree que sale bien con las tarifas ya audicionadas y la baja de la gestión, y empieza a tener aire para pensar en lo único que le hace perder el sueño a un político: cómo ganar gobernabilidad hacia adelante. Hablando en plata, cómo tener un resultado airoso en las legislativas del año que viene. Las de 2019 no asustan tanto porque este peronismo que vemos hoy, no hay forma de que gane un ballotage. Eso asegura, a hoy, una reelección. Pero para eso hay que pavimentar el 2017 con una elección airosa, que es difícil con más de una decena de provincias peronistas que van a competir con listas que les aseguren legislaturas propias y centenares de intendentes que van a buscar lo mismo en los concejos deliberantes. Si futuro en esos cargos en 2019 depende del poder territorial que aseguren el año que viene. Todo gobernador sabe que, si no tiene mayoría legislativa, tambalea en el cargo; sabe lo mismo todo intendente, que, si se le escapa la tortuga en el concejo deliberante, es boleta, lo destituyen. Son leyes no escritas que animan la conducta.
Los baqueanos saben que en una elección legislativa lo que importa es la confección de las listas locales, provinciales y municipales, y que lo que tienen que impedir los caciques de cada comarca es que se les metan en la negociación de las listas. En el macrismo, el proceso de construcción de abajo hacia arriba es una novedad, porque es un movimiento caciquil que depende de las estrellas del firmamento que conducen las elecciones con grandes productos en la góndola electoral - Macri, Michetti, Vidal, alguno más -. El cierre de las listas de 2015 dejó heridos, pero el éxito de las listas en la provincia de Bueno Aires permitió aliviar el ardor. En el peronismo ha caducado la gran intervención que hacía Cristina de Kirchner en los listados para beneficiar a los validos de Olivos, por sobre los jefes locales. Haberse liberado de ese corsé ha disparado el debate y no hay quien pueda intervenir en las listas en nombre de nadie. Eso pone a los peronistas en un estado de horizontalidad rara para ese partido, y justifica movimiento que se producen en todos los distritos, al amparo de la libertad que festejan haber ganado tras el cataclismo cristinista que les sacó de encima al camporismo.
Duhalde decía "somos todos intendentes" cuando explicaba cómo todo poder empieza por el control territorial. Si el peronismo quiere asegurar la gravitación en los territorios tiene que impedir que les intervengan el armado también desde el oficialismo. Esto vale no sólo para la provincia de Buenos Aires, sino para todo el país. Para eso hay un ministerio que Macri soñó con caramelos y cañones, con morral y dulce de leche para repartir y bajas las defensas de los adversarios, que es la cartera de Interior. La faena que se le pide a Rogelio Frigerio en proveer dosis industriales de valeriana y tilo para adormecer la iniciativa de los intendentes y gobernadores peronistas. Para eso ha convocado a todos los intendentes de todo el país, que son algo más de 2 mil, para que estén el viernes en Tecnópolis. Los recibirá en propio Mauricio Macri con un discurso sobre la nueva Argentina activará un plan para sumarlos a la agenda de Cambiemos. Después, a lo largo de la jornada, habrá mesas de reunión para discutir proyectos y otras minucias. Ventanillas, dirán los canallas.
El gobierno ya desencadenó la previa de esta fiesta, que es un envión sobre Julio Pereyra, titular, alcalde de Florencio Varela y presidente de la Federación Argentina de Municipios, un sello que formalmente representa a todos los intendentes del país, pero que en la realidad se convirtió hace años en un emirato peronista. La idea del gobierno Macri es desmontar ese mecanismo, que está atado a compromisos y acuerdos para el manejo de fondos, y crear una Agencia de Municipios que estatice algunas iniciativas que lleva adelante la FAM. Desde que asumió este gobierno, el PJ y Pereyra han intentado armas un bloque peronista dentro de la FAM, pero sin el gobierno es difícil contener las demandas de los alcaldes con necesidades insatisfechas. Ese envión sobre Pereyra incluye presunciones sobre su virtud personal y su honestidad, algo que abrochó el ejecutivo provincial con una encuesta de la empresa Poliarquía, que pertenece a uno de los ministros ed María Eugenia Vidal, que afirma que Pereyra es el más desprestigiado del club.
Dentro de esa previa figura otra convocatoria, para el día anterior en el mini estadio del club Huracán de parque de los Patricios, para los intendentes de Cambiemos. Esa oportunidad la aprovecharán los socios radicales del Pro, para mostrarles que tienen un poder territorial del que carecen sus aliados. Según la minuta que manejan los radicales, de los 2 mil intendentes de todo el país, 584 son de su partido y le puede asegurar la gobernabilidad a Macri mejor que nadie. El grupo que irá a Huracán está encabezado por las autoridades del partido, los bloques y los principales referentes, entre ellos José Corral, Ángel Rozas, Mario Negri, Ernesto Sanz, Enrique Nosiglia y algunos más. Harán músculo para la pelea en los principales distritos, no con el peronismo, sino con el Pro. En Buenos Aires hay pelea por el control de la campaña y sólo los llaman al timbreo; en la Capital no existe Cambiemos y van a elecciones en listas separadas; en Córdoba, Juan Schiaretti dice que es amigo de Macri y le saca cosas que no le dan a Ramón Mestre, etc.
El peronismo de la provincia de Buenos Aires, así horizontalizado, dio muestras poco usuales de convivencia como la que se vio el viernes en la fiesta de la flor de Escobar, adonde coincidieron Daniel Scioli con el ministro de Agricultura de Vidal, Leonardo Sarquis, con intendentes de todos los palos del peronismo, como Ariel Sujarchuk de Escobar, Leo Nardini de Malvinas Argentinas, Santiago Maggiotti de Navarro, Gustavo Menéndez de Merlo, Francisco Etcharren de Castelli, Juan Ustarroz de Mercedes, Nicolas Ducoté de Pilar, Verónica Magario de La Matanza, Gabriel Katopodis de San Martin, Francisco Etcharren de Castelli. O sea, kirchneristas, no kirchneristas, poskirchneristas, algunos venidos de lejos, como La Matanza, con tal de estar en una foto a la que sumaron el presidente del PJ provincial Fernando Espinoza y el local, apodetado además del PJ, Jorge Landau. Tetsuya Hirose, el presidente de la Fiesta de la Flor. Éste advirtió que Scioli fue recibido con más aplausos que otros y le agradeció el apoyo que le había dado a esa fiesta desde que era secretario de Turismo. "Siempre nos apoyó y lo considero un amigo", dijo ante la mirada del empresario Eduardo Costantini (que lleva delante el emprendimiento Nordelta II en la zona de Ingeniero Maschwitz), el ministro de Turismo que fue de Scioli y lo heredó Vidal, Ignacio Crotto y los embajadores Nuritemu Fukushima de Japón, John Freeman de Inglaterra y Hichem Bayoudh de Túnez. Nada explica tanta paz entre peronistas que la necesidad de acercar distancias ´porque sin jefe único lo que se viene es la era de la negociación, algo a lo que no están muy acostumbrados.
Macri se toma el día para irse a Cartagena de Indias para hacer presencia en la firma del acuerdo de Colombia con las FARC. Van a estar más de una decena de presidentes y personalidades como el canciller del papa Francisco, Pietro Parolín, y el rey emérito Juan Carlos I° de España. Los suspicaces van a mirar los gestos que hagan a distancia Macri y Nicolás Maduro. Después de los sofocones malvineros en Nueva York lo menos que quiere Macri son más roces globales, pero Juan Manuel Santos le pidió en persona en la ONU que no faltase al encuentro de hoy. Esa firma cierra una de las tragedias de la región que ha costa millones de muertos y que termina con una trama que alguien tendrá que novelar, porque es increíble. Esa firma tiene el protagonismo de Colombia, que hace el lobby en EE.UU. para que desbloquee a Cuba, para que La Habana convenza a los guerrilleros de sentarse a negociar, amparados por el Vaticano que además pide que Venezuela, garante de esas conversaciones, libere a presos políticos a cambio de pacificar las relaciones con Colombia. Esta mezcla de ajedrez y dominó tiene además ingredientes desopilantes, como el que se le atribuye al santón Sri Sri Ravi Shankar, gurú de la organización El arte de vivir, que aportó sus mancias para juntarlos a Santos con las FARC. Actuó como intermediario un joven Moreno Ocampo, hijo del ex fiscal, que acercó al santón que protagonizó una jornada de reflexión en la embajada de la India en la Habana que destrabó todo. Y eso que todos creían que era un producto exclusivo de la intervención de Francisco: Hay un filme dirigido por la cineasta argentina Paula Schargorodsky que cuenta esa trama (se puede ver un avance en El Guru y las FARC https://youtu.be/ZigTL6puKEM vía @YouTube.
Macri llegó molesto con los efectos de la noticia de su no charla con la premier británica sobre Malvinas. Insistió ante varios visitantes del fin de semana que él nunca habló de soberanía con Theresa May, con quien solo cruzó un saludo amable. Se quejó de que al salir le preguntaron sobre el contenido de la charla y que él respondió lo que pasó, pero que algunos periodistas insistieron en la palabra "soberanía". Dijo que hablando se podía avanzar, etc., pero que algunos movileros en Nueva York pusieron palabras en su boca. En esas quejas señaló a algún cronista de un medio oficial como el más enfático en insistir en lo de la soberanía. El entuerto ya pasó y lo calificó adecuadamente Elisa Carrió en su actuación de esta semana en TN: "Es un problema de comunicación", nada más. Esta frase le pone alguna razonabilidad a tamaña tontería, que se basó en la inexperiencia de Macri como presidente, que es lo que le ocupará los dos primeros años en el cargo. Un político experto sabe que hay temas de los que no hay que hablar nunca, salvo que haya algo específico que decir. Uno de ellos es Malvinas. Ante eso no hay Malcorra que valga, porque algunos le reprochan a la canciller que no lo frenó.
Los presidentes tienen que seguir el lema que figura a la entrada de los conventos de monjas de clausura: Una de dos, o no hablar, o hablar de Dios. Les iría mejor, pero en la Argentina los políticos están bajo el fuego de los rétores, que le dicen que el gobierno comunica mal. No es nuevo esto de confundir política con retórica y un plan de gobierno con un plan de publicidad. Este gobierno, y los que hubo antes, vivieron acosados por los comunicadores que le han reprochado lo mal que dicen lo bueno que hacen. Son recomendaciones envenenadas que buscan vender asesorías o campañas publicitarias, pautas, etc., explotando la debilidad esencial de los funcionarios de un país que nuca sale de una crisis política. El gobierno hizo el viernes una cumbre de voceros del Ejecutivo y las empresas estatales que juntó en el Centro Kirchner a mil empleados de prensa del oficialismo. Son más de los que trabajan en los medios gráficos de la ciudad de Buenos Aires y seguramente cobran mejores sueldos y tiene más medios que los de la actividad privada. El objeto era mejorar la comunicación del gobierno. Un objetivo plausible pero que refleja esa dictadura de los rétores que no va a terminar bien, porque gobernar no es hacer, ni pagar, prensa. Creer que política es comunicación, es creer que fútbol es comunicación o sexo es comunicación. Cuanto antes se desengañen los políticos de esas fantasías, mejor, y saldrá más barato. Jorge Grecco, uno de los convocantes, me decía ayer que esa jornada fue voluntaria, iba quien se anotaba, y buscó acercar a los voceros a los altos cargos de la administración que están en cápsula de poder.
La ansiedad comunicativa se explica si las promesas se demoran, o las que se cumplen son tan intrincadas que no se pueden explicar fácilmente. Entre las primeras están las 90 ofertas de inversión que tiene detectada la oficina que maneja en jefatura de gabinete el seguimiento de las iniciativas. Son propuestas que van más allá de la manifestación de intenciones o de la curiosidad de quien pregunta. Son proyectos en donde ya se pone dinero en la factibilidad, la contratación de ejecutivos y servicios. Es lindo, pero eso va a madurar recién el año que viene y esa demora los entristece a los funcionarios.
Entre las segundas está la oferta de un grupo de inversión de afuera que le propone un préstamo al Banco Central por U$S 5000 millones, para mejorar las reservas, a diez años con una tasa fija en pesos. El diseño es inmejorable porque es una puesta a la confianza en el largo plazo. Están discutiendo la tasa y la línea de tiempo en esos diez años para saber cuál es la curva. Lindo, pero difícil de explicar, como que hay operaciones de futuros que están presumiendo una inflación del 20% cuando los diarios dicen que este año va a ser de 40&. Lindo, pero es caminar sobre hielo quebradizo; ¿para qué hablar de inflación? O ¿no era que iba a bajar más? Mejor no hablar, o hablar de Dios.
De paso, en esas caminatas nos enteramos de un cambio de agenda: el gobierno no hará cambios al régimen de las ART por un DNU, como pensaba hace un mes y medio. Ahora será un proyecto de ley que tiene el mismo texto del borrador que hizo circular el Ejecutivo por el Congreso. Le respondieron que es mejor que salga por ley para cerrar nuevas disputas judiciales. Lo mismo dijeron los abogados del Estado.
Hubiera Macri querido que la atención la pusieran los medios en otras cimas de esa visita a los EE.UU, como los encuentros con empresarios, algunos más que discretos, como la charla que les dio a 300 abogados de empresas de gas y petróleo, el asesor presidencial informal y combativo Fabián Rodríguez Simón. Fue el martes pasado en Washington, en la conferencia anual de la International Bar Association que se hizo en el Washington Marriott Wardman Park. La IBA es la organización mundial de abogados de empresas más importante y Rodríguez Simón dio una charla como director de la empresa YPF sobre el armado legal de las joint ventures para invertir en la Argentina.
Cuando terminó esa jornada, Rodríguez Simón se sumó a la delegación presidencial y apareció junto al presidente de la firma, Miguel Gutiérrez, y Daniel González, el jefe financiero de YPF, en la comida que dedicó el Council of the Americas al tratado del Pacífico. Fue una exposición a cargo de Michelle Bachelet, Pedro Pablo Kuczynski (presidente del Perú), Juan Manuel Santos (de Colombia) y el ministro de Economía de México, Ildefonso Guajardo. defendieron la Alianza del Pacífico con el fantasma sobre la cabeza de la posibilidad de que Donald Trump gane las elecciones en los EE.UU. y cierre la economía. Kuczynski, un ortodoxo, dijo que la apertura de las economías del mundo ha permitido el período de más crecimiento de los últimos años. El ministro de México defendió la asociación de su país con México y llegó a decir, con referencia tácita a Trump: "Si para garantizar la seguridad y el futuro de los mexicanos en México y los EE.UU. tenemos que hablar con el diablo, pues hablaremos con el diablo".
Con ese ánimo enfrenta el gobierno el último trimestre del año, que incluye, dentro de dos semanas, una cita en el Vaticano con el papa Francisco, con el justificativo de la canonización del cura Brochero. Para ese viaje el gobierno prepara una comitiva importante con gobernadores (Brochero va a ser un santo cordobés) y políticos del oficialismo y de la oposición. Macri va a verlo al Papa en fecha simbólica, el 17 de octubre, un día después de la canonización en la plaza de San Pedro el domingo 16. Para el sábado 15, Macri ha citado a todos los embajadores argentinos con destino de Europa para una cumbre de coaching en la embajada en Roma. Eso disparará la atención de todos en torno a un viaje al cual el gobierno quiere darle perfil alto. Cerrar las inquinas con el Papa es uno de los que temas pendientes del primer año. Francisco está enojado por los modos laicistas de algunos funcionarios, no le gusta que Malcorra diga que la relación con Mari debe ser "profesional", entre dos jefes de Estado, tampoco las facecias sobre su personal del asesorísimo Jaime Durán Barba. Pero por sobre eso, o por debajo, lo que le manifiesta Francisco a quienes hablan en confianza con él, es el temor a que el gobierno de Macri pierda el control de la calle, que haya tumultos incontrolables, algo que él cree que el peronismo maneja mejor.
La cercanía del fin de año abrió en la casa de gobierno algunos paraguas ante la presunción de que haya algún cambio de gabinete. Hablando por los pasillos del área presidencial nadie cree que haya cambios por castigos a la gestión. Sí admiten que puede haberlos en ministerios ocupados por dirigentes que quieran ser candidatos el año que viene en provincias en donde Cambiemos puede ganar senadurías. Se elige esa categoría en nueves provincias, algunos muy importantes para el oficialismo por esa chance, como Buenos Aires, La Rioja o Formosa. Hay tres ministros que pueden ser candidatos a senadores, como Esteban Bullrich (Educación), Julio Martínez (Defensa) y Ricardo Buryaile (Agroindustria), que además pueden correr en 2019 por la gobernación. Nadie se sorprendería de que dejen los ministerios para ser candidatos, o en diciembre, o entrado el año que viene. Eso, sumado a la suerte de Susana Malcorra en la ONU. Hoy se hace una nueva votación secreta y preliminar en el Consejo de Seguridad y antes de viajar a los EE.UU. la canciller estuvo por al área presidencial explicando que esas compulsas previas no son tan importantes como dice la prensa, y que lo importante es el rosqueo con todos los países. Con eso logró que Macri hablase del tema en el discurso de la ONU de esa elección.
La peña radical más antigua y prestigiosa tuvo esta semana un encuentro de alto impacto ya que recibió de dos importantes funcionarios del gobierno de Cambiemos. El Grupo Progreso que sesiona en el restaurante Lalín convocó para referirse al radicalismo en el gobierno al director nacional de políticas sanitarias del Ministerio de Salud Aníbal Reinaldo y al secretario de Logística para la Defensa del Ministerio de Defensa Walter Ceballos. Esto tenía además un condimento adicional, como que el puntano (o mejor dicho el "villamercedino" como aclaró el mismo Ceballos) es firme candidato a ser elegido presidente del Comité Nacional en la renovación de autoridades partidarias de diciembre próximo. Se explica la candidatura de Ceballos a la titularidad del radicalismo nacional por varias razones todas de peso. Integra el espacio interno que reporta a Ernesto Sanz y a Enrique Nosiglia; fue uno de los más entusiastas impulsores del frente electoral del radicalismo con el Pro y la Coalición Cívica.
Ceballos explicó el estado de situación de las fuerzas armadas y las políticas orientadas a la recuperación de la capacidad operativa nacional en defensa para afrontar los dos vectores de riesgo de la actualidad: el narcotráfico y el terrorismo. Por otra parte, no eludió debate ni críticas con solidez en la argumentación y se jugó por la continuidad del radicalismo en el actual oficialismo, aunque señaló que el día que su partido decida retirarse del frente se irá a su casa. Más afable Reinaldo contó una de las últimas iniciativas de su ministerio (donde campean varios funcionarios radicales con capacidad de decisión) como la cobertura nacional de salud inspirada en el Seguro Nacional de Salud de Aldo Neri. En la mesa que se prolongó más de lo habitual con los intercambios, se observó al exministro de salud Héctor Lombardo, el exsecretario de Minería Eduardo Barrera, la ex vicegobernadora Elva Roulet, el vicepresidente de la Convención Carlos Pérez Gresia, el ex diputado José Bielicki, el expresidente de Ferrocarriles Argentinos José Luis Salmerón, el exdiputado Roberto Sanmartino, el ex intendente de Dolores Juan Carlos Valente, el histórico Quico Pujol, el combativo Eduardo Saguier, el yrigoyenista Diego Barovero, el salteño Gustavo Zunino, el aduanero Miguel Ángel Paradelo y la vocera de Ricardo Alfonsín Inés Halm, entre otros.