Lo que cuesta un día en la calle: el precio de vivir
Tomarse un café, comer una pizza o disfrutar de un asado con amigos se convirtió de algo cotidiano en un verdadero lujo.
A la hora de salir a comer afuera, tomar un café con amigos o simplemente tomar una cerveza, los consumidores deben pensar dos veces antes de hacerlo, porque los precios en los bares y restaurantes cada vez están más caros.
Para analizar el precio de vivir, "Chiche en Vivo" juntó a Guillermo Miguel, dueño del restaurant "El Corralón", Mario Riesco, propietario del bar "El Banderín", y el economista Damián Di Pace.
¿Con qué ganan los comercios?
Miguel: "El vino deja más que la comida. Yo tengo una fórmula, que es que yo pongo todo al 100 por ciento. SI el vino me cuesta 50 pesos, yo lo pongo a 100, mientras que hay muchos comerciantes que lo triplican. La bebida, el postre y la gaseosa me dejan mejor rentabilidad".
"A los costos que yo tengo, el café lo puedo invitar a los clientes que tomaron un buen vino o un champagne".
"Nosotros tenemos un límite, porque si vos vas más arriba estás listos. Ahora cayó el mercado, pero por ejemplo ahora van cinco a comer y se piden 3 platos, cuando antes los cinco pedían platos. Ahí está la recesión. Tenés gente porque la gente sale a comer, pero defiende el bolsillo porque también tiene un límite".
Precios vs. competencia
Riesco: "Las pizzerías hacen la mercadería ellos, y te dan las medialunas. Si les sobra, al otro día las calientan y las dan de vuelta. Yo no puedo hacer eso, porque yo compro las medialunas directamente a la panadería, y si la recaliento me dicen que es vieja, porque nosotros no la hacemos".
"Tenemos un límite de precios, hasta el lugar donde la gente no viene más".
El aspecto económico
Di Pace: "Cada barrio es una economía minorista particular. La variación de precios tiene que ver con la renta que se paga en alquiler, donde hay lugares que aumentaron entre un 30 y 50 por ciento. El comercio que lo paga tiene volumen de ventas y lo traslada a los precios. Esta distorsión de precios entre los barrios también la permite la inflación".
"El 'por las dudas' es la distorsión de las políticas inflacionarias".