Lo admitió: Lázaro Báez reconoció que el testigo que sacó las fotos trabajaba para él
El empresario volvió a abrir las puertas de su chacra para los periodistas y asumió que conoce a Triviño.
El empresario Lázaro Báez abrió hoy por segunda vez en pocas horas la puerta de su chacra en Río Gallegos y negó que haya tenido una bóveda en la vivienda, aunque confirmó que el hombre que supuestamente sacó fotos de ese recinto fue su empleado.
Báez mostró cinco galpones, y sumó también la vivienda familiar que tiene en el centro de la ciudad, donde insistió en que nunca tuvo bóvedas y que no realizó reformas en la cava, ya que "siempre estuvo así".
En declaraciones a la prensa, también se quejó de que "el nivel de afectación a la vida privada es tremendo" y se negó a responder qué cantidad de estancias posee porque, según afirmó, "está en el secreto de la causa", aunque aseguró que "no" las compró en efectivo sino a través de pagos "bancarizados, como corresponde".
Con respecto a las denuncias de dinero negro proveniente de contratos de obra pública sobrevaluados, sostuvo que "las licitaciones son abiertas, se publican, no se pueden negociar" y retrucó: "¿Y las que yo perdí, qué pasa? Hoy en Santa Cruz hay más de 7 u 8 empresas que están construyendo. ¿Qué pasa? ¿Soy el único que tiene sobreprecios en la obra pública? ¿Y todas esas empresas?".
Báez también admitió que conocía a Manuel Triviño, el testigo que había pedido protección judicial para entregar fotografías de prueba del supuesto desmantelamiento de su bóveda: sostuvo que hacía muchos años que trabajaba en sus empresas, aunque señaló: "No sé que decir sobre él".
"La Justicia tiene que hacer su trabajo y que tenga la libertad de pedir lo que tenga que pedir. Lo mejor que nos puede pasar es eso. Confío en la Justicia, pero es lenta, ya que hace treinta días se tenía que presentar la grabaciones en crudo de esa supuesta cámara oculta y hasta ahora no se pueden obtener", afirmó Báez sobre las declaraciones del financista Leonardo Fariña.
Báez mostró cinco galpones, y sumó también la vivienda familiar que tiene en el centro de la ciudad, donde insistió en que nunca tuvo bóvedas y que no realizó reformas en la cava, ya que "siempre estuvo así".
En declaraciones a la prensa, también se quejó de que "el nivel de afectación a la vida privada es tremendo" y se negó a responder qué cantidad de estancias posee porque, según afirmó, "está en el secreto de la causa", aunque aseguró que "no" las compró en efectivo sino a través de pagos "bancarizados, como corresponde".
Con respecto a las denuncias de dinero negro proveniente de contratos de obra pública sobrevaluados, sostuvo que "las licitaciones son abiertas, se publican, no se pueden negociar" y retrucó: "¿Y las que yo perdí, qué pasa? Hoy en Santa Cruz hay más de 7 u 8 empresas que están construyendo. ¿Qué pasa? ¿Soy el único que tiene sobreprecios en la obra pública? ¿Y todas esas empresas?".
Báez también admitió que conocía a Manuel Triviño, el testigo que había pedido protección judicial para entregar fotografías de prueba del supuesto desmantelamiento de su bóveda: sostuvo que hacía muchos años que trabajaba en sus empresas, aunque señaló: "No sé que decir sobre él".
"La Justicia tiene que hacer su trabajo y que tenga la libertad de pedir lo que tenga que pedir. Lo mejor que nos puede pasar es eso. Confío en la Justicia, pero es lenta, ya que hace treinta días se tenía que presentar la grabaciones en crudo de esa supuesta cámara oculta y hasta ahora no se pueden obtener", afirmó Báez sobre las declaraciones del financista Leonardo Fariña.