La odisea de viajar en colectivo: un drama cotidiano
Al estrés y la desesperación de los pasajeros por regresar a sus hogares se sumó la inseguridad que se adueñó del transporte público.
Cuando la vuelta a casa se transforma en una pesadilla. En un informe emitido en "Chiche en vivo", el programa conducido por "Chiche" Gelblung en C5N, se muestra cómo el momento más esperado del día, el retorno al hogar, se ha convertido en los últimos tiempos en el momento más estresante y peligroso.
El primer problema que afrontan los argentinos de la Ciudad y del Conurbano es el tránsito en las horas pico y el estado de emergencia en el que se encuentran las líneas de colectivos. La cantidad de personas que necesitan volver a sus casas supera ampliamente el servicio que puede aportar el transporte público y es una postal común ver paradas de colectivos repletas. Pero eso no es todo: los pasajeros, en la desesperación por regresar a sus hogares a altas horas de la noche, hacen lo imposible por entrar en los colectivos y hasta se cuelgan de las puertas, quedando parcialmente afuera del colectivo. Pero sólo pueden hacerlo cuando los choferes no deciden seguir de largo y dejar a los pasajeros esperando en las paradas, a la luz de la luna.
A eso se suman las necesidades personales de los pasajeros, que a veces necesitan tomarse hasta cuatro líneas diferentes de colectivos. "Viajo de Lomas de Zamora a General Pacheco. Me levanto a las 4 de la mañana y llevo de vuelta a las 8 de la noche. A la ida tardo una hora y media y a la vuelta como dos horas", relató un entrevistado.
Sin embargo, ese no es el peor problema al que tienen que afrontar los pasajeros. La inseguridad se adueñó también del transporte público, tanto para ellos como para los choferes. Según cifras extraoficiales, las líneas de colectivos denuncian cerca de diez robos diarios, pero está claro que son muchos más. Arriba del colectivo o en las paradas, los asaltos y los arrebatos se multiplican. Si durante el día es un descontrol, durante la noche es mucho peor.
"Se subieron muchachos que estaban como cartoneros, con bolsas y cartones. En un momento se pararon los tres y sacaron sus armas de gran calibre. Les sacaron sus cosas a los pasajeros y lastimaron a uno que no les quería entregar su cartera", contó un chofer en el informe. Cada vez son más los casos en los que los propios choferes son golpeados, les cortan los dedos o hasta asesinados para sacarles dinero.
Según la Comisión Nacional de Familiares de Víctimas del Transporte Público, siete pasajeros por mes son asesinados arriba de un colectivo o en las paradas. La inseguridad lleva a los choferes a cambiar de recorrido durante la noche y a no parar en ciertos lugares que consideran peligrosos.
Esta es la situación que se vive en el país, condicionado por el servicio de transporte público en estado de emergencia y la inseguridad que sea adueñó de los choferes y de los pasajeros, tanto arriba del colectivo como en las paradas. ¿Cuál es la solución?
Mirá el video con el informe: