Historia secreta del "Casino Cali" y la conexión Lázaro Báez: "De esta se sale preso o muerto"
Entrá y lee en exclusivo que tiene que ver el empresario con el luchador.
"Julio, de esta se sale preso o muerto, y vos a la cárcel no vas a ir".
La segunda ocasión que la Jefe de Estado pronunció esa frase fue cuando se enteró que Lázaro Báez estaba envuelto en el entuerto con Leonardo Fariña, que DiarioVeloz publicó en primicia exclusiva hace exactamente dos años. Y ahora nuestra historia que no concluyó con la muerte del empresario Alfredo Pesquera.
Fines de los años 90. Un financista joven y apasionado por el juego de ruleta, llamado Fabián Somoza, decide instalar un casino clandestino a metros del Hotel Alvear, un piso impresionante en plena Recoleta. A pasos de "Black", el prostíbulo VIP de la zona (ahí donde los "All Blacks" fueron a buscar a las más caras damiselas porteñas en su reciente visita a la Argentina.
Somoza conoce el ambiente de los casinos legales y no legales, y sabe que es imprescindible tener en su tropa a un "rompe huesos" para casos de emergencia. ¿Registrás el film "Casino", basado en la historia real de las salas de juego que armó la mafia en Las Vegas hace medio siglo? El "rompe huesos" ahí es un actorazo que junto a Robert De Niro y Sharon Stone se roban la película: Joe Pesci.
Somoza decidió que su "Joe Pesci" fuera un peleador de ligas menores de artes marciales, Jorge Cali. Tanto en boxeo como en las diferente disciplinas de combate, existen dos ligas grandes y varias organizaciones de menor peso, de esas que nunca entran en las grandes jornadas, ni cuentan con sponsors importantes ni sus combates entran en el "pay for view" (pagar para ver). En esas ligas participan luchadores que no tienen capacidad de figurar en las ligas mayores.
Somoza lo llamó a "Acero" Cali para que armara un cuerpo de seguridad que no fueran "patos vicas" ni matones tipo barras bravas, sino hombres educados que impusieran respeto por su sola presencia. Cali daba esa imagen, es un hombre educado y amable y tiene el auto control bien preparado como para no hacer desastres en casos de tener que intervenir en situaciones de riesgo. Eso lo demostró cuando "la hiena" Barrios quiso desafiarlo a pelear. Si hubiera aceptado, solo por diferencia de talla y musculatura, Cali no le hubiera dejado un hueso sano, pero el hombre sabe contener y manejar sus emociones.
Somoza instruyó a Cali en cómo cuidar la seguridad de un tugurio clandestino y llevó un dinero para la banca del casino de casi 2 millones y medio de dólares, una suma importante por tratarse de un emprendimiento ilegal.
La ruleta en un piso, otras habitaciones en edificios cercanos para quien se quisiera tomar un respiro con una dama de "Black", y hasta un "dealer" que llevaba "alas de mosca" (la cocaína de mayor pureza) completaban la trilogía de lujuria.
Allí por el 2005, Somoza despertó una madrugada a su vecino en el Country Abril (Berazategui, uno de los más lujosos en su tipo). Parecía que su hija adolescente había sido secuestrada. Su vecino es Francisco "Paco" Larcher, número 2 de la Secretaría de Inteligencia. El espía despertó a toda la comunidad de seguridad del Estado pero había sido una falsa alarma, la adolescente estaba muy ebria tirada en el baño de una estación de servicio al borde de un coma alcohólico.
Pocos días después, Somoza iba rumbo a Buenos Aires por la autopista La Plata cuando vio acercarse a un par de motos de alta cilindrada. Su BMW tenía un blindaje a toda prueba, pero los criminales sabían cuál es el punto vulnerable aún del auto preparado para todo (no lo vamos a revelar para no entregarle información vital a los delincuentes). No eran moto chorros comunes, era gente con conocimientos de secretos en el mundo del crimen de alta gama que no están al alcance de cualquiera.
Somoza logró escapar hasta la cabina de peaje y zafó de un secuestro casi seguro.
Ahí tomó la decisión de que ya no era seguro vivir ni tomando todos los recaudos de seguridad y decidió mudarse con su familia a República Dominicana, a una isla paradisíaca donde -obviamente- hubiera salas de juego.
A esa altura Acero Cali ya era mucho más que un hombre de seguridad. Conocía los entretelones del juego clandestino y tenía sus contactos fluídos con el poder. Uno de los administradores del casi clandestino se llama Carlos "el rengo", hombre que pertenece al equipo de Pérez Gadín (el administrador de algunos bienes de Lázaro Báez imputado por haberle quitado "La Rosadita" a Federico Elaskar, entonces socio de Leonardo Fariña).
Fabián Somoza hizo las valijas y partió rumbo al paraíso con su familia.
Acero Cali metió mano en la caja de la banca y de ahí compró su Ferrari y otros autos de lujo. Quedó al frente del casino hasta que Somoza regresó un par de años después. Quiso recuperar su ruleta y Acero Cali no lo dejó: "Vos te rajaste, el casi no es mío" le dijo.
Como la propiedad estaba a nombre de Somoza la orden de desalojo llegó al toque. Cali junto al "rengo" y otros hombres que estaba junto a Lázaro Báez llevaron el casino al gimnasio del barrio de Almagro.
Pero ya su amigo Guillermo Moreno y hasta Lázaro Báez habían caído en desgracia, aunque el Secretario de Comercio seguía en funciones su poder había dejado de existir merced a los desaciertos cometidos.
Fabián Somoza seguía teniendo los timbres del poder y aunque perdiera esos dos millones y medio de dólares que constituían la banca del casino (para Somoza eran monedas en su cuenta bancaria), iba por la vendetta.
Después ocurrió lo que todos conocen. El allanamiento al casino de Cali y el posterior crimen de Miguel Graffigna, y días atrás el "suicidio" de Alfredo Pesquera. Un dato que manejan los investigadores policiales dice que a Graffigna no lo mató Pesquera, el asesinato viene por otro lado y sería casi una advertencia a Cal para que devuelva algunos valores que no le pertenecen.
Le enviaron la misma advertencia que una vez le dijo Cristina Fernández a Julio De Vido y después a Lázaro Báez: "De ésta se sale preso o muerto, pero vos a la cárcel no vas a ir".
Esta es la historia real del Casino Cali, y la verdad que se oculta tras la muerte de Miguel Ángel Graffigna. "¿En qué anda Lázaro Báez", preguntás?
Asustado y mucho, pero esa historia la dejamos de regalo a nuestros lectores para Año Nuevo.