En tiempos de inseguridad: ¿justificás los casos de justicia por mano propia?
La Argentina atraviesa un profundo debate sobre cómo actuar ante casos de inseguridad, robos y situaciones en las que hay riesgo de muerte.
Cuando se habla de derechos humanos, muchos, muy enojados, sostienen que sólo existen para los delincuentes y aquellos que salen a la calle con intenciones de lastimar a alguien.
En las últimas semanas, la Argentina vive un debate profundo, que no hace otra cosa que plantear una situación crítica: se repiten los casos de justicia por mano propia.
Mientras la Justicia sólo observa y la policía resuelve cuestiones internas, el ciudadano común siente que no tiene otra alternativa que defender lo suyo y defenderse de la violencia con más violencia. Esos fueron los casos de un médico, un carnicero y un cerrajero, quienes fueron víctimas de un robo y terminaron matando a los ladrones.
Por supuesto que no todos los casos son iguales. Habrá que revisar si en todos los casos hay un claro riesgo de muerte o si se actuaron envueltos en un momento de emoción violenta.
Si bien la problemática se profundizó con los últimos casos mencionados, el tema no es de ahora. Hace unos años, Susana Giménez mediatizó la polémica cuando, ante el asesinato de un amigo en ocasión de asalto, dijo que "el que mata tiene que morir".
Aunque tal vez el de aquella situación haya sido un caso extremo, hoy, tratándose de robos, la diva se manifestó a favor de la justicia por mano propia. "Tener un arma es la única forma. Si no la defiende la policía, la gente se tiene que defender sola", sostuvo hace unos días.
Por su parte, el abogado Eduardo Gerome, penalista y ex defensor del ingeniero Horacio Santos, el protagonista del caso más resonante de justicia por mano propia, volvió a aparecer por estos días para opinar sobre los recientes sucesos.
"Acá hay una vìctima y hay un delincuente. La ley le permite al ciudadano defenderse cuando sufre un ataque violento contra su vida", dijo en diálogo con TN sobre el caso del médico de Loma Hermosa.
Gerome había representado a Santos luego de que, en junio de 1990, persiguiera con su auto casi veinte cuadras a dos ladrones que le había robado el estéreo. Los alcanzó, los encerró y los mató de un tiro a cada uno.
No todos los casos son iguales. Por un lado, el médico, según su testimonio, le disparó al ladrón porque lo estaba apuntando y sintió que podía haberlo matado. Otro caso, muy diferente, es el del hombre de Zarate, que persiguió y atropelló al delincuente cuando ya su vida no corría peligro.
En tiempos de inseguridad extrema: ¿la única forma de protegernos es con violencia?
En las últimas semanas, la Argentina vive un debate profundo, que no hace otra cosa que plantear una situación crítica: se repiten los casos de justicia por mano propia.
Mientras la Justicia sólo observa y la policía resuelve cuestiones internas, el ciudadano común siente que no tiene otra alternativa que defender lo suyo y defenderse de la violencia con más violencia. Esos fueron los casos de un médico, un carnicero y un cerrajero, quienes fueron víctimas de un robo y terminaron matando a los ladrones.
Por supuesto que no todos los casos son iguales. Habrá que revisar si en todos los casos hay un claro riesgo de muerte o si se actuaron envueltos en un momento de emoción violenta.
Si bien la problemática se profundizó con los últimos casos mencionados, el tema no es de ahora. Hace unos años, Susana Giménez mediatizó la polémica cuando, ante el asesinato de un amigo en ocasión de asalto, dijo que "el que mata tiene que morir".
Aunque tal vez el de aquella situación haya sido un caso extremo, hoy, tratándose de robos, la diva se manifestó a favor de la justicia por mano propia. "Tener un arma es la única forma. Si no la defiende la policía, la gente se tiene que defender sola", sostuvo hace unos días.
Por su parte, el abogado Eduardo Gerome, penalista y ex defensor del ingeniero Horacio Santos, el protagonista del caso más resonante de justicia por mano propia, volvió a aparecer por estos días para opinar sobre los recientes sucesos.
"Acá hay una vìctima y hay un delincuente. La ley le permite al ciudadano defenderse cuando sufre un ataque violento contra su vida", dijo en diálogo con TN sobre el caso del médico de Loma Hermosa.
Gerome había representado a Santos luego de que, en junio de 1990, persiguiera con su auto casi veinte cuadras a dos ladrones que le había robado el estéreo. Los alcanzó, los encerró y los mató de un tiro a cada uno.
No todos los casos son iguales. Por un lado, el médico, según su testimonio, le disparó al ladrón porque lo estaba apuntando y sintió que podía haberlo matado. Otro caso, muy diferente, es el del hombre de Zarate, que persiguió y atropelló al delincuente cuando ya su vida no corría peligro.
En tiempos de inseguridad extrema: ¿la única forma de protegernos es con violencia?