En medio de la crisis, los supermercados imponen límites de compras y le colocan alarmas a productos caros
Para evitar algunas pérdidas producto del robo hormiga y para limitar la compra de bienes escasos como la leche, los supermercados implementan medidas polémicas.
En un contexto de inflación y con constante aumento de precios en los alimentos de primera necesidad, los supermercados comenzaron a implementar algunas medidas polémicas, como restringir la posibilidad de comprar una cierta cantidad del mismo producto e incluso colocarle alarmas a aquellos cuyo valor es mucho más elevado.
Ante la falta de stock de leches de segundas marcas, más económicas, - cuya escasez se debería a las inundaciones que azotaron a la región pampeana en los últimos meses-, según explicaron los productores- en las góndolas se exhiben carteles que indican un límite de compra de una, dos o hasta tres unidades por familia o persona.
En el caso de la carne, uno de los productos cuyo precio más aumentado en los últimos meses, en uno de los supermercados más conocidos del país se permite comprar solo dos kilos por persona y se aclara que también debe ser "para consumo familiar".
Pero la medida de los vendedores va más allá de la restricción de unidades por persona. En algunos casos, a los artículos cuyos precios son más elevados los supermercados le colocan alarmas para evitar que sean robados, como es el caso de los cortes de carne envasados en bandejas, el queso fresco y el rallado o las latas de atún.