El origen del conflicto docente: ¿cómo fueron los últimos cinco inicios de clases?

La apuesta de Mauricio Macri a un comienzo de clases sin sobresaltos en el prólogo del año electoral salió mal. Las aulas volverán a abrirse mañana en sólo dos provincias: Santiago del Estero y San Luis. En el resto de los distritos, los docentes adhirieron al paro nacional, que se extenderá hasta el martes. ¿Cómo fueron los últimos inicios de clases en el país y por qué siempre se tratan de arranques parciales?

El año pasado, en su primera vez como presidente, Macri daba inicio al ciclo lectivo 2016 el lunes 29 de febrero en un acto realizado en la localidad bonaerense de Valentín Alsina, mientras los docentes de 11 provincias permanecían de paro: Córdoba, Mendoza, Chaco, Santa Fe, Entre Ríos, Neuquén, Chubut, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Tucumán, Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero.

Por su parte, la de la Provincia de Buenos Aires se trató de un caso de inicio parcial. Es que, si bien las paritarias bonaerenses ya habían cerrado para esa fecha, unas nueve seccionales de SUTEBA no convalidaron el arreglo y realizaron una medida de fuerza aquel lunes. Se trató de las seccionales municipales de La Matanza, Quilmes, Berazategui, Ensenada, La Plata, Tigre, Escobar, Marcos Paz y Bahía Blanca.

En 2015, las clases comenzaron el lunes 2 de marzo en Corrientes, Catamarca, Tucumán, Mendoza, Salta, Córdoba, La Pampa, Santiago del Estero, Río Negro, San Luis, Misiones, Neuquén, Chubut y San Juan. En tanto, los restantes 10 distritos acordaron luego de negociaciones gremiales de última hora.

En esa ocasión, una de las más reñidas había sido la de la Provincia de Buenos Aires, donde cuatro sindicatos aceptaron la propuesta del gobierno del por entonces gobernador Daniel Scioli, y otras dos, que representan entre el 20 y el 30% de los docentes, resolvieron no acatarla y realizar paros de actividades. Finalmente, el ciclo lectivo en la provincia arrancó el mismo lunes que en las 14 anteriormente nombradas, al igual que la Ciudad de Buenos Aires.

"El lunes vamos a poder llevar a nuestros pibes a la escuela", había anunciado con fervor Roberto Baradel hacia fines de marzo de 2014. Luego de 17 días de paro, el titular de SUTEBA confirmaba con esas palabras que los maestros bonaerenses habían aceptado la última propuesta del Gobierno de Scioli, y finalmente las clases comenzaban el lunes 3 de abril. El piso del incremento salarial fue del 30 %.

En tanto, en el territorio bonaerense, Scioli enfrentaba un panorama más complejo. Los maestros venían de hacer un paro de dos días que postergó el inicio del ciclo lectivo y ese mismo lunes se presentaron a dar clases mientras se realizaba una nueva reunión paritaria. La negociación estaba tensionada por un reclamo de fondos de la provincia a la Nación.

En 2012, el gobierno de Cristina Kirchner  fracasaba por primera vez en las negociaciones salariales con los gremios docentes. El reclamo del sector era  fijar un sueldo mínimo de $ 3000 para un maestro de grado sin antigüedad por jornada simple, pero Alberto Sileoni, por entonces ministro de Educación de la Nación, no ofreció más que $ 2800 en las primeras cinco reuniones que tuvo con los sindicatos.

De esa forma, unos 6,8 millones de alumnos oriundos de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Entre Ríos, Santiago del Estero, Chaco y Misiones comenzaban más tarde las clases en comparación con el resto de las provincias. En tanto, en Capital Federal el ciclo lectivo había comenzado durante la última semana de febrero.

Los ministros de Educación de todos los distritos y la Nación habían acordaron que ese ciclo lectivo tenga 190 días de clases, con el objetivo expreso de que para 2016 la cifra se exendiese a 195, de manera tal que el inicio del próximo ciclo estaba previsto para el lunes 27 de febrero. Sin embargo, las clases no arrancaron en las ocho provincias mencionadas y casi siete millones de chicos no fueron a la escuela.