El empresario Carlos Wagner confesó que Julio De Vido dirigía el circuito de las coimas
El ex titular de la Cámara de la Construcción se arrepintió y aportó datos clave sobre el sistema de las coimas.
El ex titular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner, se convirtió en otro de los imputados colaboradores y obtuvo su libertad después de estar detenido una semana. Durante una extensa declaración contó como funcionó "el sistema de la obra pública" que pagaba "un retorno del 10 al 20% a la política", al mismo Estado que les "otorgaba obras de ingeniería civil" mayoritariamente.
Apuntado como partícipe necesario de la asociación ilícita que movió, según la Justicia, cerca de 200 millones de dólares en sobornos durante diez años, fue el primero del sector en admitir "pago de coimas".
El dueño de la constructora ESUCO se sumó a la lista de los "arrepentidos" en este expediente, después de un "relevante aporte de información" ante el fiscal Carlos Stornellil quien lo aceptó como imputado colaborador. Fue el primero de los empresarios en hablar de "coimas" y contó cómo funcionaba la "cartelización de la obra pública", explicaron fuentes judiciales a Clarín.
El empresariado de la construcción y del sector energético aún sigue conmocionado por la causa que investiga un entramado de coimas millonarias que los tiene como principales aportantes de los fondos ilegales, según la Justicia. La declaración de Wagner fue calificada como de "gran relevancia para la causa" según fuentes judiciales.
En una semana 23 empresas quedaron investigadas en el expediente por asociación ilícita y la AFIP, según fuentes judiciales, inició una investigación por presunta evasión fiscal y lavado de activos. Y ahora, con la declaración de Wagner quedó expuesto "un sistema que implementó Julio De Vido" y del que eran parte "José López y Roberto Baratta", explicó.
En la mira de la Justicia están las principales compañías que recibieron contratos con el gobierno kirchnerista y algunas con la actual gestión. En este contexto, al formular las acusaciones el fiscal Carlos Stornelli sostuvo que los recaudadores de la asociación ilícita, contaron con la participación de empresarios que pagaron 35.645.000 dólares "en un sinnúmero de oportunidades entre 2008 y 2015". Es por ello que para la Justicia esto permite "acreditar la permanencia en el tiempo de la organización ilícita".
El dueño de Esuco SA y hombre clave como ex presidente de la Cámara de la Construcción, contó cómo era la relación del Gobierno kirchnerista con las empresas nucleadas en la Cámara de la Construcción. En este sentido, habría señalado que "no era importante quién ganaba, el sistema funcionaba con las empresas que eran parte de él".
Cómo se gestó ese "sistema" de "Cartelización de la obra pública". Fue en una reunión con De Vido "dijo que debía funcionar de esa manera y que quien quisiera participar debía ajustarse a las reglas".
A todas las firmas se les pedía un porcentaje de los contratos recibidos. Las licitaciones se "conocían" y se definía de antemano "quiénes se presentaban y cómo ofertaban", dijo según pudo reconstruir Clarín de fuentes judiciales. Este mecanismo era el que permitía "controlar" cómo "se distribuían los contratos".
¿Quiénes decídían quiénes ganaban? Las propias empresas. Conocían el "sistema" y después cada contratista arreglaba con José López o Baratta la modalidad de pago.
Ante la fiscalía, el empresario reconoció que esa "devolución" que se realizaba de las licitaciones adjudicadas por el Estado desde el ministerio de Planificación Federal, eran las "coimas" que se pagaron, incluso desde su firma Esuco SA. ¿De cuánto era la entrega de dinero? Podía variar según la envergadura de la obra "pero rondaba el 10% al 20%", indicaron a Clarín fuentes de la causa.
No sorprendió en la Justicia lo declarado por Wagner, pero fue la primera vez que quien estuvo frente a la Cámara de la Construcción durante el gobierno kirchnerista -cuestionado por los manejos de la obra pública-, admitió ante el fiscal Stornelli cómo se "hacían pagos indebidos a través de los contratos".
El juez Bonadio homologó este acuerdo, y Wagner se convirtió en el octavo ejecutivo investigado por asociación ilícita que se acogió al régimen del imputado colaborador y obtuvo su libertad.
La declaración del dueño de Esuco se integrará al expediente que se inició con los cuadernos de Oscar Centeno, ex chofer de Roberto Baratta, quien registró los movimientos de "fondos ilegales", que para la Justicia podrían ascender a 200 millones de dólares. Allí, Wagner está imputado como partícipe necesario de la asociación ilícita.
En este contexto, y contando a Wagner, ya son ocho los empresarios que se convirtieron en "arrepentidos": Ángelo Calcaterra (ex dueño de Iecsa), Javier Sánchez Caballero (ex CEO de Iecsa), Armando Loson (Albanesi), Juan Carlos De Goycochea (ex Isolux) y Héctor Zabaleta (ex director de Techint), además de Aldo Roggio, Jorge Neyra (Electroingeniería).
Según exige la ley, todos ellos deben aportar "información relevante y de mayor envergadura para la causa", explicaron fuentes judiciales. En el expediente que ya suma 16 detenidos, como suma global, se le adjudican al ex titular de la Cámara de la Construcción pagos por alrededor de 1,5 millones de dólares.