Cómo fueron los últimos días del fiscal Alberto Nisman
El miércoles presentó el pedido de indagatoria a Cristina Kirchner y a Héctor Timerman. El domingo apareció muerto en su departamento de Puerto Madero.
El miércoles 14, el fiscal Alberto Nisman presentó una denuncia contra la presidente, Cristina Kirchner, el canciller Héctor Timerman, y otros dirigentes políticos por presunto pacto de impunidad con Irán, en la causa AMIA.
Antes de hacer pública la denuncia, les mandó un mensaje de difusión a sus familiares, amigos y allegados más intimos en donde contaba por qué volvía de sus vacaciones con su hija y que se "se estaba jugando todo" en algo que estaba trabajando hacía bastante tiempo.
Con todo lo que eso significaba, el fiscal pasaba a ser protagonista esencial en la vida argentina y el hombre que mantenía en vilo al país. Esa misma noche, le dio una entrevista al canal de noticias TN, donde aseguró, entre otras cosas, que el memorándum de entendimiento suscripto por Argentina e Irán para avanzar en la investigación del atentado era en realidad un pacto de impunidad.
En ese contexto, desde la oposición lo convocaron al Congreso el lunes 19 para ampliar su denuncia. Por pedido expreso del fiscal, no iban a tener acceso los medios de comunicación ni el público. También le había adelantado a su hija, con quien estaba de vacaciones en Europa antes de volver y presentar el pedido de indagatoria, que iba a escuchar muchas cosas sobre él.
Mientras desde el oficialismo calificaban de "ridícula", "falsas" y le aseguraron que saldrían "con los tapones de punta el lunes", Nisman se encaraba de tener preparada su exposición y mantenía expectante a los argentinos.
Según reveló la diputada Patricia Bullrich, quien contó que habló con él el sábado, Nisman le afirmó: "Voy a ir con todo". No obstante, también le confesó que se sentía "amenazado".
Asimismo, para resguardar su seguridad, tenía diez agentes de la policía federal custodiándolo, además del sistema de seguridad inteligente y monitoreo de cámaras de Le Parc, donde vivía. De acuerdo a lo trascendido, le habría dicho a los custodios que volverían a verse el domingo a las 11.
El sábado, Nisman le pidió a un empleado de la fiscalía que le prestara un arma porque tenía miedo de lo que le pudiera pasar. El domingo, los policías no podían comunicarse con él, por lo cual llamaron a su madre, quien fue la que lo encontró en el baño de su departamento en medio de un charco de sangre.
Antes de hacer pública la denuncia, les mandó un mensaje de difusión a sus familiares, amigos y allegados más intimos en donde contaba por qué volvía de sus vacaciones con su hija y que se "se estaba jugando todo" en algo que estaba trabajando hacía bastante tiempo.
Con todo lo que eso significaba, el fiscal pasaba a ser protagonista esencial en la vida argentina y el hombre que mantenía en vilo al país. Esa misma noche, le dio una entrevista al canal de noticias TN, donde aseguró, entre otras cosas, que el memorándum de entendimiento suscripto por Argentina e Irán para avanzar en la investigación del atentado era en realidad un pacto de impunidad.
En ese contexto, desde la oposición lo convocaron al Congreso el lunes 19 para ampliar su denuncia. Por pedido expreso del fiscal, no iban a tener acceso los medios de comunicación ni el público. También le había adelantado a su hija, con quien estaba de vacaciones en Europa antes de volver y presentar el pedido de indagatoria, que iba a escuchar muchas cosas sobre él.
Mientras desde el oficialismo calificaban de "ridícula", "falsas" y le aseguraron que saldrían "con los tapones de punta el lunes", Nisman se encaraba de tener preparada su exposición y mantenía expectante a los argentinos.
Según reveló la diputada Patricia Bullrich, quien contó que habló con él el sábado, Nisman le afirmó: "Voy a ir con todo". No obstante, también le confesó que se sentía "amenazado".
Asimismo, para resguardar su seguridad, tenía diez agentes de la policía federal custodiándolo, además del sistema de seguridad inteligente y monitoreo de cámaras de Le Parc, donde vivía. De acuerdo a lo trascendido, le habría dicho a los custodios que volverían a verse el domingo a las 11.
El sábado, Nisman le pidió a un empleado de la fiscalía que le prestara un arma porque tenía miedo de lo que le pudiera pasar. El domingo, los policías no podían comunicarse con él, por lo cual llamaron a su madre, quien fue la que lo encontró en el baño de su departamento en medio de un charco de sangre.