Caso AMIA: salen a la luz nuevas pistas sobre el acuerdo de Cristina Kirchner con Irán
Un diplomático advirtió sobre los efectos "desconocidos" del pacto en Interpol. Otra es una carta sospechosa.
En la presentación de alegatos de la defensa y la querella que tuvo lugar el martes en el marco de la causa por presunto encubrimiento de los iraníes acusados de ser autores intelectuales del atentado terrorista a la AMIA aparecieron nuevas pruebas que pueden aportar más datos sobre el accionar de Cristina Kirchner, su ex canciller Héctor Timerman, y de los ex funcionarios y dirigentes K involucrados en las negociaciones del memorandum de entendimiento que se firmó con el gobierno de Mahmud Ahmadinejad sobre el ataque a la mutual.
Precisamente por dicha causa, el juez federal Claudio Bonadio pidió el desafuero y detención de la ex presidente y ordenó la prisión de Timerman, del ex secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y de otros dirigentes como el ex piquetero Luis D Elía.
Los documentos son emails obtenidos en los allanamientos y pedidos de información a la Cancillería, que se encuentran en la causa que lleva Bonadío y que ayer se conocieron durante la presentación que hizo Tomas Farini Duggan, abogado de las Familias de Víctimas del atentado a la AMIA, como Luis Czyzewski. En los alegatos del martes estuvieron los abogados de la DAIA -también querellante- y los de los imputados, de acuerdo con Clarín.
Uno de los email, hasta ahora desconocido, lo envió el ministro el ministro de carrera de la Cancillería Víctor Enrique Marzari a la entonces Consejera Legal Susana Ruiz Cerutti y al embajador Horacio Bazabe, que también integraba el equipo legal del Ministerio. El punto clave es que el funcionario les advierte que se desconocía el efecto legal sobre Interpol del acuerdo de entendimiento con Teherán.
El email fue enviado el 6 de febrero de 2013, diez días después que los cancilleres Héctor Timerman y Alí Salehi firmaran el memorandum en la capital de Etiopía.
Intriga que el mismo se titule Proyecto de papel sobre el Memorandum de Entendimiento de los Cancilleres sobre el tema AMIA, figura entre las pruebas valoradas por Bonadio en su fallo. Este incluye un texto sobre el acuerdo, en el que habla de "antecedentes", de "prórroga de jurisdicción", de su "entrada en vigor y aprobación parlamentaria"; "Temas pendientes" y de "notificaciones rojas" de Interpol.
El texto que envía Marzari dice: "Debe señalarse que el acuerdo establece que, luego de su firma, será remitido conjuntamente por ambos cancilleres al secretario general de Interpol (entonces Ronald Noble) 'en cumplimiento a requisitos exigidos por Interpol con relación a este caso".
Pero el diplomático agrega llamativamente: "Teniendo en cuenta lo manifestado en el apartado A (este apartado dice que 'las órdenes de capturas internacionales en el marco de la Causa AMIA fueron solicitadas por el juez Canicoba Corral') y que 'en relación a la cancelación de la notificaciones rojas, en ningún artículo del reglamento de Interpol se prevé la posibilidad de que alguien que no sea el juez de la causa pueda dejarlas sin efecto".
"Y en ese supuesto el Sr. Juez Comunica dicha decisión a la oficina central nacional, la cual luego retransmite a la secretaría general "se desconoce los efectos para Interpol a lo que hace mención este artículo". Marzari empieza y concluye su mensaje: "Queridos Embajadores, Les envío un primer proyecto (pero no se aclara de qué). Un abrazo. Víctor"
En el otro email dado a conocer en los alegatos el ex jefe de Gabinete de Timerman, Alejandro Poffo le envía al ex vicecanciller Eduardo Zuaín, una carta sospechosa. Está fechada el 16 de enero de 2015, dos días después de la denuncia de Nisman contra Cristina Kirchner, Timerman y otros, y dos días antes de la aparición del fiscal muerto.
La carta dice ser de Ronald Noble a Timerman, a quien elogia por su defensa de las alertas rojas, contradice las "mentiras" de los medios en aquellos días en que la Argentina hervía por la denuncia y posterior muerte del fiscal. Pero la carta no lleva la firma de puño y letra de Noble, y salió de una oficina a otra en Buenos Aires. Como si la hubieran redactado los argentinos, o en el más tibio de los casos conocieran de antemano su contenido.