¿Zoo sin animales?
El Zoológico de Buenos Aires enfrenta una rara disputa. Un grupo amientalista propone un zoológico sin animales, en tanto desde la institución defienden el rol en la educación y conservación de especies. Sus respectivos directivos dieron sus argumentos en "Hola Chiche".
El zoológico de Buenos Aires, catalogado como monumento histórico nacional afronta un futuro incierto a poco tiempo de que concluya el contrato de la actual concesión del predio y en medio de denuncias por parte de ambientalistas que critican los niveles de maltrato y cautiverio de sus animales, y proponen un zoológico sin animales.
El Centro Argentino para el Derecho Animal y Ambiental pretende cambiar el clásico zoológico de Buenos Aires para convertirlo en un centro didáctico en el que se prohíba el ingreso de nuevos animales y con el tiempo, se lleven sus especies a reservas naturales.
"Lo que ponemos es una cambio de paradigma, este es un zoológico victoriano, es decir del estilo de fines del siglo 19 donde se llevaban a animales de otros territorios para ser exhibidos. Buenos Aires tiene un clima que no es nada parecido al clima en el que viven, por ejemplo, los rinocerontes, además los animales sufren psicosis y estrés por perder su hábito natural", explicó, en diálogo con "Chiche" Gelblung, el activista por los derechos de los animales y director del Centro Argentino para el Derecho Animal y Ambiental, Eduardo Murphy.
En este marco, Eduardo propuso "que no haya animales exóticos y que el zoológico se convierta, como pasó en Washington y en otras grandes ciudades, en un centro de conservación".
Y destacó: "No queremos lucrar con un mal llamado trabajo científico. Usted va a entender lo que es la tristeza de ver un animal en cautiverio y no se puede entender a los que lucran con un animal encerrado".
En esta línea, el ambientalista indicó que "el verdadero proceso de conservación se hace en el campo, no es necesario tenerlos encerrados ni menos lucrando con ellos".
Por su parte, el actual director del Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires, el conservacionista Claudio Bertonatti, que ocupa el cargo desde hace seis meses, admite los datos, pero destaca el rol de la institución.
"Es una posición que nosotros no compartimos, yo trabaje 15 años y vengo de la militancia de la naturaleza y si puedo discutir que los zoológicos deben mejorar y la necesidad de transformar el zoológico en un centro de conservación de la naturaleza, pero no sacar los animales", aseguró Bertonatti en diálogo con "Chiche" Gelblung.
Y agregó: "Cualquier persona tiene derecho a proponer lo que se le ocurra, el zoológico es una institución fundamental para la sociedad, para que se conozca la naturaleza a través de la fauna y contribuir a conservarla".
Asimismo, coincidió con Murphy con que como institución tampoco aprecian "el cautiverio, no nos gustan las especies encerradas y trabajamos para que los animales no padezcan los traumas del cautiverio, pero nosotros no tenemos animales que se capturan de la naturaleza, sino que nacen en el zoológico".
Además, destacó que es importante "no humanizar a los animales, es decir atribuirle rasgos humanos a algo que no es humano. Algunos animales tienen una expresión que si la comparamos con nosotros parece triste pero no quiere decir que así sea".
El Centro Argentino para el Derecho Animal y Ambiental pretende cambiar el clásico zoológico de Buenos Aires para convertirlo en un centro didáctico en el que se prohíba el ingreso de nuevos animales y con el tiempo, se lleven sus especies a reservas naturales.
"Lo que ponemos es una cambio de paradigma, este es un zoológico victoriano, es decir del estilo de fines del siglo 19 donde se llevaban a animales de otros territorios para ser exhibidos. Buenos Aires tiene un clima que no es nada parecido al clima en el que viven, por ejemplo, los rinocerontes, además los animales sufren psicosis y estrés por perder su hábito natural", explicó, en diálogo con "Chiche" Gelblung, el activista por los derechos de los animales y director del Centro Argentino para el Derecho Animal y Ambiental, Eduardo Murphy.
En este marco, Eduardo propuso "que no haya animales exóticos y que el zoológico se convierta, como pasó en Washington y en otras grandes ciudades, en un centro de conservación".
Y destacó: "No queremos lucrar con un mal llamado trabajo científico. Usted va a entender lo que es la tristeza de ver un animal en cautiverio y no se puede entender a los que lucran con un animal encerrado".
En esta línea, el ambientalista indicó que "el verdadero proceso de conservación se hace en el campo, no es necesario tenerlos encerrados ni menos lucrando con ellos".
Por su parte, el actual director del Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires, el conservacionista Claudio Bertonatti, que ocupa el cargo desde hace seis meses, admite los datos, pero destaca el rol de la institución.
"Es una posición que nosotros no compartimos, yo trabaje 15 años y vengo de la militancia de la naturaleza y si puedo discutir que los zoológicos deben mejorar y la necesidad de transformar el zoológico en un centro de conservación de la naturaleza, pero no sacar los animales", aseguró Bertonatti en diálogo con "Chiche" Gelblung.
Y agregó: "Cualquier persona tiene derecho a proponer lo que se le ocurra, el zoológico es una institución fundamental para la sociedad, para que se conozca la naturaleza a través de la fauna y contribuir a conservarla".
Asimismo, coincidió con Murphy con que como institución tampoco aprecian "el cautiverio, no nos gustan las especies encerradas y trabajamos para que los animales no padezcan los traumas del cautiverio, pero nosotros no tenemos animales que se capturan de la naturaleza, sino que nacen en el zoológico".
Además, destacó que es importante "no humanizar a los animales, es decir atribuirle rasgos humanos a algo que no es humano. Algunos animales tienen una expresión que si la comparamos con nosotros parece triste pero no quiere decir que así sea".