Walter Queijeiro, Florencia de La V y un repudiable debate de otro tiempo
El periodista volvió a traer a escena un planteo que debiera estar superado pero que todavía genera controversias en la sociedad argentina.
“Biológicamente es un hombre”, esa fue la frase de Walter Queijeiro que volvió a poner en el centro del escenario de la opinión pública, la discusión acerca de la identidad sexual de Florencia de la V. Un debate que es sumamente repudiable y que ya debería dejar de darse en estas épocas.
Varias cuestiones se desprenden de estas pocas palabras, que no son para nada inocentes. En principio, para enmarcar esta falsa discusión, hay que decir que la identidad de una persona no se define por el sexo con el cual uno ha nacido y mucho menos por los genitales que uno posea. Hoy se considera que la identidad de género es la forma en que cada persona siente su género, la cual puede corresponderse o no con el sexo biológico. Está señalado por la ley 26.743, del año 2012. ¿Por qué entonces una persona –o un conjunto de la sociedad- puede cuestionar a otra por la elección que ha hecho, si está en su derecho de hacerlo?
El periodista (que debería tener responsabilidad por lo que dice y expresa), intentó justificarse. En la entrevista con Ulises Jaitt también sostuvo que según la ley Florencia “es mujer”. “Yo soy de respetarla, una vez que se aprobó ya está”, afirmó en la charla. Pero dejó en claro su postura cuando no intentó repudiar la intencionada pregunta del conductor. Y su postura transfóbica se manifestó con un insólito chiste que hizo antes de su polémica definición: “después los arqueólogos para determinar en unos años si es hombre o mujer van a tener complicaciones”. Inexplicable comentario.
A todo esto, no ofreció ninguna disculpa en esta semana. Solo ese intento de defensa en “Polémica en el bar”. Pero solo se puso en el papel de víctima, al sostener que “no se puede vivir en una dictadura del pensamiento”, luego de haber recibido miles de críticas. Es curioso que siendo periodista no comprenda que no se puede decir cualquier cosa públicamente; y que no se haya dado cuenta, que lo que hizo no es más ni menos que discriminar.
Lo que le molestó a Queijeiro fue que Victoria Donda, nueva titular del INADI, haya criticado sus palabras. Entonces él indicó que estaba siendo perseguido, como denunciando una maniobra desde el Gobierno. Pero la funcionaria tan solo manifestó su opinión personal –desde su cuenta de Twitter personal- y condenó sus dichos, pudiendo haber iniciado acciones formales para pedir su rectificación.
Por último, si la persona referida ya se siente discriminada es motivo para repensar las acciones. “Hoy creo que la sociedad está mucho más preparada y la condena social es inmediata. Eso antes no sucedía. Todo era enfrentamientos mediáticos y cosas de color. Esto es violencia de género y la gente lo toma así hoy. El repudio es inmediato”, contó dolida Florencia en diálogo con “Tarde o temprano”, en Crónica.
“Gente con ese pensamiento sigue habiendo y va a haber, pero por suerte están quedando atrás, y están quedando menos. Las nuevas generaciones, nuestros hijos y los que vienen, ya piensan de manera diferente”, agregó, como deseo.
De todas formas, y más allá de un nuevo mal momento que haya tenido que vivir De la V, las definiciones de Queijeiro son algo necesarias. Funcionan como un mal ejemplo. Es que en algunas personas estas cuestiones todavía no están del todo asimiladas y la discriminación se repite. En este punto, la Educación Sexual Integral ayudará a las próximas generaciones a poder comprender, naturalizar y aceptar a las diferentes diversidades que componen a la sociedad.
¿Será por ello que Walter se opone a que se dicte la ESI en la escuela primaria? Esta herramienta de la educación permitirá que miles de chicos no repitan el discurso de discriminador del periodista. Y permitirá que el repudio a este tipo de dichos sea inmediato.
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