Vuelve MDQ | Eugenio y Culini Weinbaum: sus experiencias más extremas y salvajes
Este domingo los hermanos más audaces de la tv argentina regresan con sus mejores viajes. Reviví la entrevista con los creadores de "MDQ: Para todo el mundo", en la que ellos mismos te llevan a conocer las culturas y lugares más extraños del planeta.
Eugenio y Culini se toman su tiempo para contestar. Cuentan y se entusiasman con cada pregunta y cada vez que responden, te llevan de viaje al lugar en cuestión. Preparen los pasaportes, que nos vamos con los conductores de "MDQ: Para todo el mundo" a recorrer sitios y costumbres más extraños del planeta, aunque sea en palabras.
Además de compartir sus andanzas, varias veces decidieron compartir sus vidas con los televidentes. Fuimos testigos del nacimiento de sus hijos, las bromas que se hacen en los viajes larguísimos que realizan y hasta conocemos a su madre, Herminia, que los vuelve locos y nunca los deja hacer el cierre de sus emisiones, que ya es un clásico, como el intento de "serruche de piso" de Culini a Eugenio.
Aquí, la segunda parte de la entrevista exclusiva que brindaron desde la ciudad que le da el nombre al programa.
Narran las respuestas, no la responden. Te hacen vivirlas. Como según ellos, también "es la idea del programa: que el espectador VIVA esos viajes" se distinguen por hacer emisiones de tours que ellos mismos diseñan pero no contando cuales son los lujos de un destino, ni cuál es el mejor hotel para hospedarse. La dupla explosiva, te lleva a que los acompañes a sitios paradisíacos, sí, pero sobre todo a que aprendamos nuevas culturas, desarrollemos empatía por quienes son distintos a nosotros y hasta ser más solidarios con los que menos tienen, que en realidad somos nosotros.
"No es más rico quien más tiene, sino que menos necesita" reza el refrán y Culini lo cita. Se refieren justamente a eso, a las tribus que visitan quienes los reciben y los integran a su estilo de vida, con quienes han pasado "más de 15 días viviendo en comunidad, siendo parte de esa tribu, porque tal vez se atrasó el ritual que queríamos presenciar, porque la luna cambió y nos demoramos. Pero ahí nos integramos mucho mas a ellos y cuando llega el día del ritual, somos uno más" cuenta Eugenio.
"Por ahí sacamos un charango y comenzamos a tocar para que ELLOS sean quienes tengan curiosidad por nosotros y no sólo nosotros por ellos. Así el encuentro se da. Porque no permiten que cualquier turista entre a sus tribus", agrega Bujía.
Algunas tribus
"Siempre fuimos curiosos, desde chiquitos" declaran varias veces durante la hora y media de charla. Lo dice Culini, lo dice Eugenio. Y vaya si lo serán que hasta nombran sitios y comunidades propias de cada lugar visitados, que a veces ni siquiera aparecen en el buscador de Google.
"Nuestro objetivo es conocer, descubrir, aprender y transmitir todo eso. Cuando vas a las tribus pasa eso para nosotros y también para ellos: es el descubrimiento del hombre blanco. Una vez les prestamos los lentes de MDQ a los miembros de la tribu Hadzabe'e de Tanzania, y no podían creer que se podían mirar al sol directamente cuando iban a cazar, se los terminaron quedando" cuenta Eugenio y agrega "también nos pasó que sacamos un encendedor cuando estaban prendiendo el fuego frotando los palitos y se enojaron, porque su costumbre era encender así y lo tuvimos que guardar. Por respeto."
Culini cuenta que una de las veces que fueron Bali, Indonesia, conocieron la villa de Trunyan, al lado del volcán Batur donde existe un lago natural y habita la tribu Aga Bali, la cultura más antigua del lugar. Ellos tienen un curioso y macabro ritual con sus muertos: no los entierran. Sino que los acuestan boca arriba y puede haber hasta once cadáveres, porque son once los dioses y de esta forma 'hablan con ellos'. Y como sólo puede haber once lugares, cuando hay un nuevo difunto, al que estaba en primer lugar lo tiran a una montaña de huesos, el segundo cuerpo pasa ahora a ser el primero y así sucesivamente hasta completar los once puestos. "Podés ver cadáveres en diferentes estados de descomposición. Están puestos ahí no más con la ropa que tenían y todo", cuenta.
Más sobre su viaje por India
"Si vas a Bombay, te vas a encontrar con todo el kilombo, como en cualquier gran ciudad" cuenta entre risas Culini. Pero destaca que la India es un lugar para volver.
En Karni Mata, más conocido como "El templo de las ratas" en la ciudad de Deshnok, India puede observarse el gran poder de la fe que en este caso tienen los hinduistas. Aún teniendo unos de los mas altos niveles de desnutrición a nivel mundial, ofrencen a las ratas dentro de este templo, platos con leche para que ellas se alimenten, ya que al igual que las vacas, las ratas también son sagradas. "Ellos realizan estas ofrendas, esperando que todo lo que venga en la próxima vida, sea mejor. De hecho Ganesha unas de las deidades principales, tiene un ratón junto a ella. Es increíble ver como en un país sumido en tanta pobreza, no se desate el caos", reflexiona Eugenio. Y Culini agrega "para ellos la bondad es una condición".
-Chicos, ¿éstas ofrendas son quizás una esperanza a la que se aferran para poder seguir viviendo en medio de tanta pobreza?
Culini y Eugenio coinciden y responden que seguramente es así.
Los monos también son venerados y en la ciudad de Jaipur tienen un templo propio, cuando miles de personas viven en las calles. En la misma ciudad, se pueden ver a los famosos "encantadores de serpientes" y se animaron a participar del extremo acto que se lleva a cabo con una de las especies más peligrosas del mundo: la cobra.
La triste realidad haitiana
Los hermanos marplatenses se destacan además por su intensa participación con Unicef, de quienes "somos muy amigos y llevan a cabo una obra impresionante", dice Eugenio. Ellos se unen a esas campañas solidarias cada vez que se cuela la oportunidad.
Además de animarse siempre a más, no pueden permacer inertes ante las desigualdades que ven en sus viajes, y cuentan que sintieron el abandono y la desidia de los habitantes en Haití, por parte de la Organización de las Naciones Unidas: "Están sumidos en la extrema pobreza. Son playas paradisíacas, pero no las podés disfrutar sabiendo que hay gente que se prostituye por un poco de agua. Enfrente está República Dominicana y la diferencia es increíble.
Muchos le echan la culpa de los males de Haití al vudú (magia negra que nació en esa isla) pero para mí, es la indiferencia de quienes deberían hacer algo por esa gente. Creo que la ONU no hace lo que debería. Pasas por el predio que tienen y ves camionetas estacionadas, todas nuevas y limpias. Si esas camionetas se usaran para lo que debieran usarse, estarían sucias y las verías por las calles. No así es el trabajo que llevan a cabo los chicos de UNICEF que repito, somos muy amigos y estamos conformes con las cosas que hacen", cuenta Eugenio.
Es por eso que durante su estadía en la isla que depende de Francia, no sólo participaron del curioso ritual Vudú sino que además, colaboraron en una obra benéfica llevando alimentos para un pueblo muy golpeado por las enfermedades y los desastres naturales, como el terremoto de 2010, en el que murió más de medio millón de personas.
(Fotos: MDQ Producciones)