Vísperas del año de Macri
2019. Se nos viene el Año del Chancho de Tierra. Pacífico y de relativa moderación en el País Rata.
Regalo del Portal (del Periodismo Artesanal) para sus seguidores. Última entrega antes de la pausa, receso estival.
A pedido. Es un texto de Medea Lobotrico-Powell. Especialista en Conocimiento Alternativo. Medea trata la previa astrológico-política de 2019, el Año del Chancho de Tierra. Coincidencia -confirma Medea- de la identidad (Chancho) con el elemento (Tierra).
Es el Año de Macri, el Presidente del Tercer Gobierno Radical, que completa su ciclo de 60 años, mientras pugna por su reelección o permanencia.
Pese, claro, al extraño antagonismo de las Serpientes que le son propias. Y al antagonismo concreto y frontal de La Doctora, Serpiente ajena.
A disfrutar, ahora, de los conocimientos de Medea.
Carolina Mantegari
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escribe Medea Lobotrico-Powell
Conocimiento alternativo, especial
para JorgeAsísDigital
Antibes, France
A partir del 5 de febrero de 2019 es el Año del Chancho de Tierra. Año del presidente Mauricio Macri, (allí llamado) El Ángel Exterminador. Al cumplir 60, el 8 de febrero, el Ángel culmina el ciclo completo de astrología china. La doble coincidencia de la identidad (Chancho) y del elemento (Tierra), resulta favorable para el protagonista de referencia. Podrá experimentar un paulatino alivio. La recuperación de la estabilidad que le marca el alejamiento del temor.
La lenta disolución de las inseguridades que lo acotaron en el corriente Año del Perro, 2018. El Año de Macri viene con una contradictoria tendencia hacia la tolerancia. Con cierta relajación de las formas.
Con la sensual inclinación al placer y al ejercicio activo de la libertad.
En un marco de prudente abundancia que contrasta severamente con la problemática interna del País Rata, La Argentina que atraviesa el periodo económicamente espantoso.
Con un manto de mediocridad e inoperancia que incita a creer que el País Rata no encuentra la solución.
En tanto País Rata (de Fuego), Argentina siempre encontró la manera de sobrevivir y reproducirse.
Como cualquier Rata, el país necesita de la doble contención. En la marea alta y en la marea baja.
Cuando la Rata cree que se lleva el mundo por delante. O cuando se imagina ser peor que el último país de la tierra.
La fundamentación del País Rata facilita que los exponentes de la identidad Rata se consagren en la actividad que elijan.
Basta con destacar apenas a la Rata de Fuego mejor posicionada en el universo. Jorge Bergoglio.
En Francisco coincide la misma identidad y elemento que la Argentina. Se funden.
Pero volvamos al Chancho. Sin que esté para la algarabía de los cohetes o las serpentinas, se confirma que el Chancho estará mejor aspectado en 2019.
Sin la visión trágica de su propia circunstancia.
Cuesta sugerir prudencia cuando el sujeto intuye que la magia juega de su lado. Puede toparse con la excepción.
Sin ir más lejos, le pasó a Néstor Kirchner, (allí llamado) El Furia, o en los cuadernos El Malo.
Tigre de Metal que fue sorprendido por la imprevisible muerte en pleno año del Tigre de Metal. 2010.
Cinco meses después de haber cumplido los 60. El ciclo. Sin tiempo para experimentar la numerología irritante del 6.
Al celebrarse, en el País Rata, las compulsas electorales en años impares, el Ángel resulta beneficiado.
Debe intuirlo otro Chancho, (allí llamado) El Equeco, don Jaime Durán Barba, pero de Fuego (1947).
En 2007, Año también Chancho, el Ángel fue electo Jefe de Gobierno de Buenos Aires, (allí llamado) el Maxi Quiosco. Y reelecto en 2011, Año del Gato (de Metal).
El Gato comparte con el Chancho y la Cabra el Triángulo de Afinidad Natural. La armonía.
Curiosamente Macri fue electo presidente en 2015. Con la Cabra de Madera. Y va por la reelección en otro Año Chancho. Suyo. 2019.
El cuadro de astrología china de Macri se pone interesante porque es un Chancho rodeado de sus antagonistas genuinos. Las Serpientes.
A la hora en que el Chancho tiene todo a su favor (21 a 23 hs.), la Serpiente pasa por su tramo más vulnerable. Y viceversa.
Cuatro Serpientes fundamentales se encuentran al servicio del antagónico natural, Macri. Y una Serpiente emblemática en contra.
Primero, a favor. Marcos Peña, Serpiente de Fuego, 1977, (allí llamado) El Pibe de Oro.
Es quien se le adhiere al Chancho Macri con mayor habilidad. Mientras lo enrosca, lo mantiene encantado.
Juego sistemático de atracciones y rechazos en el que participan otras tres Serpientes de Madera, 1965.
La vicepresidenta Gabriela Michetti, (allí llamada) La Novicia Rebelde. Utilizada, apartada, casi anulada. Es la vice ideal. No perturba.
La segunda Serpiente de madera despierta desconfianza en el Chancho.
Horacio Rodríguez Larreta, (allí llamado) El Geniol.
El Ángel persiste fascinado ante la Tercera Serpiente de Madera que no sabe cómo tratar. Emilio Monzó lo excede.
Decían los cínicos griegos: "Huye de lo que te excede".
Damas providencialesChancho Macri depende de la Serpiente que se propone desalojarlo del poder. Cristina Fernández, (allí llamada) La Doctora.
Figura providencial que brinda las respuestas múltiples. Necesarias.
El Ángel fracasa por haberla heredado.
No se recupera del fracaso porque la Serpiente de referencia mantiene altos niveles de aceptación.
El Chancho estudiado solo puede ser reelecto si confronta con la Serpiente que lo valida.
Y es reelecto si el Ángel mantiene, a su lado, a otra dama providencial, Sor Vidal.
Santa benefactora que Macri manda al sacrificio por segunda vez.
Sor María Eugenia Vidal, (allí llamada) La Chica de Flores de Girondo. Búfalo de Agua, dura pero de aspecto angelical, le proporciona los votos al Chancho que le desconfía, y no tiene cómo sustituirla en el territorio clave.
La GemelaSerpiente de Agua, de 1953. La Doctora logró imponerse cuando estaba astrológicamente frágil. En 2007, dominio del Chancho.
Pero tenía a su favor la maquinaria electoral de Néstor, el marido que mandaba y conducía.
A su merced estaba la totalidad del conglomerado político, empresario y periodístico.
En competencia activa para las reverencias y arrumacos. De rodillas.
Como Serpiente clásica y literal, La Doctora mantiene la centralidad del enigma. La pasión por el suspenso.
Todos, en el País Rata, preguntan si la Serpiente va a competir en el Año del Chancho por la presidencia. Contra el Chancho. Macri.
Ambos mantienen en común la existencia del otro para legitimarse.
Para finalizar citemos a los peronistas, siempre adictos a las peores brujerías. Pero desconocen que La Doctora es gemela astral del General. Juan Domingo Perón.
Gracias al historiador Enrique Pavón Pereira pudo saberse que Perón no fue Cabra.
Habían anotado su nacimiento en 1895. Pero cuando el chico ya tenía dos años. Era de octubre de 1893. Serpiente de Agua.
Cierra mejor la persistencia del cálculo preciso y la exacta frialdad. El sigilo excesivo. No dejar nada librado a la improvisación.
La obsesión personal por la idea del retorno, presentada como utopía colectiva.
Cuando La Doctora nacía, en febrero de 1953, Perón estaba próximo a cumplir los 60. El ciclo completo. Para lidiar con la carga histórica del 6.