Violento asalto en un locutorio
Fue protagonizado por dos delincuentes que golpearon a la dueña del mismo, le gatillaron dos veces y le sacaron 3.000 pesos.
Dos jóvenes delincuentes armados protagonizaron un violento asalto en un locutorio de esta ciudad, donde golpearon a la dueña y le gatillaron dos veces para intentar matarla, aunque milagrosamente las balas no salieron.
Luego de golpear a la dueña, mantener como rehenes a dos clientes y causar un enorme desorden dentro del local -que ya fue asaltado nueve veces-, los delincuentes escaparon llevándose unos 3.000 pesos de la recaudación del comercio.
La dueña del negocio, de 34 años, se enfrentó a los golpes con los asaltantes e incluso llegó a arrojarles una impresora, pero los sujetos lograron reducirla y la golpearon hasta dejarla tendida en el piso.
"Actúan con tal impunidad que no les importa nada. Si podía los mataba", admitió la mujer, identificada como María Menghini, luego de reponerse de la situación que le tocó vivir.
El asalto, que trascendió hoy, se produjo a última hora de la noche del lunes último, cerca de las 23:00, en un local de las calles 66 y 18 de esta ciudad, según lo señalado por el diario El Día.
Fue protagonizado por dos delincuentes armados, de entre 25 y 30 años, quienes aprovecharon que una clienta dejó la puerta abierta del negocio, para entrar a robar.
Según lo indicado, un cliente llegó al locutorio y su novia no quiso entrar, porque quería quedarse fumando afuera; por eso los ladrones, que pasaban en auto por la puerta, pudieron actuar sin inconvenientes.
"Paró el auto, bajaron los hombres y encañonaron a la chica que estaba en la vereda. Entraron decididos a robar, pero en un primer momento se asustaron porque vieron al perro", dijo la comerciante respecto de su ovejero alemán, que estaba dentro del negocio.
En ese momento los delincuentes amagaron con irse sin robar, pero como el animal no recibió órdenes de su dueña para atacar, los ladrones volvieron "con todo".
La pareja de clientes quedó tirada en el piso, y uno de los delincuentes pasó detrás del mostrador: otros tres clientes lograron esconderse en el baño, y Menghini escapó hacia la cocina.
Desde ahí, comenzó a repeler el asalto arrojándole a uno de los ladrones alrededor de 50 casettes de VHS, de películas, que se alquilan en el comercio.
Para responderle a la mujer, el delincuente gatilló dos veces contra ella, que en ese momento atendía sola el local.
"No sé cómo, pero los tiros no salieron. Ahí me le fui encima para echarlo", contó la mujer.
Cuando los dos disparos no salieron, la mujer comenzó a forcejear con el delincuente, pero el otro ladrón, que controlaba a los dos clientes, la amenazó de muerte diciendo: "Yo sí te quemo".
La comerciante, apuntada por los dos ladrones, se entregó. Allí uno de los asaltantes le asestó un golpe y la dejó tendida en el piso.
Sin resistencia, los delincuentes pudieron vaciar la caja, de donde extrajeron 3 mil pesos, y revisaron el resto del local.
Luego de incorporarse, la mujer quiso evitar que le robaran una notebook: para eso, les arrojó a los ladrones una impresora, también utilizada para trabajar.
Al cabo de cinco minutos de haber entrado, los asaltantes se fueron "caminando, muy tranquilos", según dijo la víctima del robo.
Luego del episodio, el local quedó "echo un desastre por el desorden", dijo Menghini.
"Solemos abrir a las 8.30, pero después de esto, recién pude empezar a atender al mediodía", reconoció la mujer.
El comercio sumó su noveno asalto en tres años. El anterior había ocurrido hace sólo 10 días, cuando un hombre armado asaltó el local.
"Nos roban a cualquier hora. Voy a tener que enrejar el negocio y comprar un arma de aire comprimido, que no necesito registrar", concluyó indignada la mujer.
Luego de golpear a la dueña, mantener como rehenes a dos clientes y causar un enorme desorden dentro del local -que ya fue asaltado nueve veces-, los delincuentes escaparon llevándose unos 3.000 pesos de la recaudación del comercio.
La dueña del negocio, de 34 años, se enfrentó a los golpes con los asaltantes e incluso llegó a arrojarles una impresora, pero los sujetos lograron reducirla y la golpearon hasta dejarla tendida en el piso.
"Actúan con tal impunidad que no les importa nada. Si podía los mataba", admitió la mujer, identificada como María Menghini, luego de reponerse de la situación que le tocó vivir.
El asalto, que trascendió hoy, se produjo a última hora de la noche del lunes último, cerca de las 23:00, en un local de las calles 66 y 18 de esta ciudad, según lo señalado por el diario El Día.
Fue protagonizado por dos delincuentes armados, de entre 25 y 30 años, quienes aprovecharon que una clienta dejó la puerta abierta del negocio, para entrar a robar.
Según lo indicado, un cliente llegó al locutorio y su novia no quiso entrar, porque quería quedarse fumando afuera; por eso los ladrones, que pasaban en auto por la puerta, pudieron actuar sin inconvenientes.
"Paró el auto, bajaron los hombres y encañonaron a la chica que estaba en la vereda. Entraron decididos a robar, pero en un primer momento se asustaron porque vieron al perro", dijo la comerciante respecto de su ovejero alemán, que estaba dentro del negocio.
En ese momento los delincuentes amagaron con irse sin robar, pero como el animal no recibió órdenes de su dueña para atacar, los ladrones volvieron "con todo".
La pareja de clientes quedó tirada en el piso, y uno de los delincuentes pasó detrás del mostrador: otros tres clientes lograron esconderse en el baño, y Menghini escapó hacia la cocina.
Desde ahí, comenzó a repeler el asalto arrojándole a uno de los ladrones alrededor de 50 casettes de VHS, de películas, que se alquilan en el comercio.
Para responderle a la mujer, el delincuente gatilló dos veces contra ella, que en ese momento atendía sola el local.
"No sé cómo, pero los tiros no salieron. Ahí me le fui encima para echarlo", contó la mujer.
Cuando los dos disparos no salieron, la mujer comenzó a forcejear con el delincuente, pero el otro ladrón, que controlaba a los dos clientes, la amenazó de muerte diciendo: "Yo sí te quemo".
La comerciante, apuntada por los dos ladrones, se entregó. Allí uno de los asaltantes le asestó un golpe y la dejó tendida en el piso.
Sin resistencia, los delincuentes pudieron vaciar la caja, de donde extrajeron 3 mil pesos, y revisaron el resto del local.
Luego de incorporarse, la mujer quiso evitar que le robaran una notebook: para eso, les arrojó a los ladrones una impresora, también utilizada para trabajar.
Al cabo de cinco minutos de haber entrado, los asaltantes se fueron "caminando, muy tranquilos", según dijo la víctima del robo.
Luego del episodio, el local quedó "echo un desastre por el desorden", dijo Menghini.
"Solemos abrir a las 8.30, pero después de esto, recién pude empezar a atender al mediodía", reconoció la mujer.
El comercio sumó su noveno asalto en tres años. El anterior había ocurrido hace sólo 10 días, cuando un hombre armado asaltó el local.
"Nos roban a cualquier hora. Voy a tener que enrejar el negocio y comprar un arma de aire comprimido, que no necesito registrar", concluyó indignada la mujer.