Violento asalto en Olmos
Dos delincuentes armados protagonizaron un violento asalto en una casa de la localidad platense de Olmos, donde golpearon salvajemente al padre de la mujer que vive allí, quien tuvo que ser operado por una fractura de cráneo.
El hombre permanecía hoy internado en estado "crítico" como consecuencia de las heridas sufridas, de acuerdo con lo señalado por sus familiares.
Los ladrones habían entrado a la vivienda buscando el dinero proveniente de un crédito, y tras golpear a las víctimas, lograron llevarse 6.500 pesos.
Quien se llevó la peor parte fue Luis María Martín, de 63 años, quien vive en Huanguelén, pero estaba de visita en la casa donde viven su hija y su yerno, donde se produjo el asalto.
Para los investigadores policiales fue una "batida", según contó Gabriel, de 41 años, empleado de una empresa postal y quien vive en la casa donde se produjo el robo.
Gabriel explicó al diario El Día de esta ciudad que todo ocurrió el sábado por la noche, cerca de las 22:00, en su vivienda de las calles 44 y 170.
"Cuando entraron los ladrones estaba con mi suegro y mi hijo de 7 años. Fue un momento horrible. La pasamos realmente muy mal", contó el hombre.
De acuerdo con lo indicado, para poder concretar el robo, los asaltantes entraron por una construcción lindera y treparon más de 10 metros a través de dos escaleras, que ataron con sogas.
"Vivo en lo que podría decir un segundo piso. Pero estos tipos entraron por la cocina de mi casa. Me estaba por duchar y escuché a mi suegro gritar. Lo único que les pedí es que me trajeran a mi hijo. Lo tuve que esconder dentro de la bañadera. Temí que empezaran a los tiros", explicó Gabriel.
Detalló que los delincuentes "no se llevaron nada más que la plata de un crédito que había sacado por mi trabajo, el viernes. Eran 6.500 pesos. Había otras cosas, pero se llevaron sólo esa plata".
"Les dije que era un laburante, que la casa era alquilada, pero nada les vino bien. Revolvían todo por el préstamo y, como no lo encontraban, volvían a pegarnos", recordó.
"La peor parte -agregó- se la llevó mi suegro. Le dieron `mal` en la cabeza. Espero que se recupere pronto".
Todas las víctimas del robo, salvo el menor, que nunca salió de la bañadera, terminaron maniatados y necesitaron de la ayuda de vecinos para liberarse.
Tras ello, el hombre de 63 años fue trasladado al hospital de Melchor Romero.
"La única que se salvó fue mi mujer, que estaba trabajando, concluyó Gabriel.
Los ladrones habían entrado a la vivienda buscando el dinero proveniente de un crédito, y tras golpear a las víctimas, lograron llevarse 6.500 pesos.
Quien se llevó la peor parte fue Luis María Martín, de 63 años, quien vive en Huanguelén, pero estaba de visita en la casa donde viven su hija y su yerno, donde se produjo el asalto.
Para los investigadores policiales fue una "batida", según contó Gabriel, de 41 años, empleado de una empresa postal y quien vive en la casa donde se produjo el robo.
Gabriel explicó al diario El Día de esta ciudad que todo ocurrió el sábado por la noche, cerca de las 22:00, en su vivienda de las calles 44 y 170.
"Cuando entraron los ladrones estaba con mi suegro y mi hijo de 7 años. Fue un momento horrible. La pasamos realmente muy mal", contó el hombre.
De acuerdo con lo indicado, para poder concretar el robo, los asaltantes entraron por una construcción lindera y treparon más de 10 metros a través de dos escaleras, que ataron con sogas.
"Vivo en lo que podría decir un segundo piso. Pero estos tipos entraron por la cocina de mi casa. Me estaba por duchar y escuché a mi suegro gritar. Lo único que les pedí es que me trajeran a mi hijo. Lo tuve que esconder dentro de la bañadera. Temí que empezaran a los tiros", explicó Gabriel.
Detalló que los delincuentes "no se llevaron nada más que la plata de un crédito que había sacado por mi trabajo, el viernes. Eran 6.500 pesos. Había otras cosas, pero se llevaron sólo esa plata".
"Les dije que era un laburante, que la casa era alquilada, pero nada les vino bien. Revolvían todo por el préstamo y, como no lo encontraban, volvían a pegarnos", recordó.
"La peor parte -agregó- se la llevó mi suegro. Le dieron `mal` en la cabeza. Espero que se recupere pronto".
Todas las víctimas del robo, salvo el menor, que nunca salió de la bañadera, terminaron maniatados y necesitaron de la ayuda de vecinos para liberarse.
Tras ello, el hombre de 63 años fue trasladado al hospital de Melchor Romero.
"La única que se salvó fue mi mujer, que estaba trabajando, concluyó Gabriel.