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Villa 31: En busca del Einstein oculto

En los últimos tiempos la Villa 31 de Retiro viene siendo escenario de episodios confusos, fruto de manipulaciones políticas. Hoy te contamos lo mejor: los escolares. Por Jorge D. Boimvaser

Por Jorge D. Boimvaser

info@boimvaser.com.ar

El lunes a la noche alguien nos avisó que se estaba preparando un piquete en la Villa de Retiro, otro de los tantos que hubo en las últimas semanas.

Varios punteros políticos juegan con la precariedad y necesidades de la gente. El martes ya estaban las cámaras de televisión registrando el enésimo incidente que a veces ni los propios habitantes del lugar saben los motivos.

La Villa 31 está siendo sometida a un vapuleo constante que le dá mala imagen. Cuando fue el conflicto de los micros escolares se llegó al máximo de sabotaje: Utilizar a los chicos como excusa para otra situación conflictiva.

Ahora decidimos contar una historia que siempre preferimos dejar en el anonimato (adherimos al Sermón de Jesús cuando dijo "que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda"),  pero esta vez sentimos como estar en tiempo límite.

Hace algunos años, un grupo de voluntarios participamos en actividades de apoyo escolar los fines de semana. Chicos que se atrasan en la escuela o que precisan reforzar sus conocimientos se llegan a la Capilla Cristo Obrero, la histórica Iglesia donde predicaba el Padre Carlos Mujica, asesinado el 11 de mayo de 1974.

Una improvisada escuelita en el altillo del lugar es el escenario facilitado por los jóvenes sacerdotes del lugar para que demos rienda a lo que podría llamarse "ejercicio  ilegal de la educación". Somos todos voluntarios, ningún docente recibido, a veces nos cuesta entender las matemáticas cómo se enseñan actualmente, pero ponemos corazón para sacar adelante las clases.

Conmueven los padres, siempre humildes, chapaleando barro y frío en la crueldad del invierno, trayendo de las manos a sus hijos pidiendo que les reforzemos las materias en que están flojos. Y los escolares con la sonrisa agradecida a flor de labios entregando lo que mas tienen para superarse.

Estas escenas nunca las vas a ver en los noticieros,  por eso te la contamos.  Para que no creas las leyendas urbanas de que todo en las villas es droga, prostitución y bandolerismo. No hay mas droga en Retiro que la que hay en Recoleta, Palermo, Belgrano o Carapachay. Alguna moto que ves pasar de alta cilindrada te dice mucho sin necesidad de andar aclarando de qué se habla. Igual que cuando ves en un barrio pudiente un auto de alta gama en manos de un banquero, o funcionario de gobierno sospechoso.

De eso no se habla, o como el histórico canto de Sumo que escribió Pettinato: Mejor no hablar de ciertas cosas.. ¿Se entiende?

Herman Schiller, fundador del Movimiento Judío por los Derechos Humanos, nos dice que en la Villa 31 es donde mas judíos pobres habitan. Como diciendo que la malaria no tiene raza ni religión ni credo.

Vamos por mas. Chicos que terminan la escuela primaria vienen después a darnos una mano en la enseñanza de sus vecinitos.  Solidaridad en estado puro. Ninguna droga ni sustancia por el estilo te dá la fuerza ni la energía que compartir una tarde con pibas y pibes que luchan por  mejorarse desde la adversidad.

No faltan las oscuridades que en estas geografías parecen mas negruzcas que en otros ámbitos. Un chico no mayor a los 10 años mostrando como se arma y desarma un revolver de juguete. ¿Quién permite fabricar y sacar al mercado del jueguete armas que son réplicas de las verdaderas para que los chicos aprendan a manipularlas desde chiquitos? Como otras tantas preguntas, no hay respuestas lógicas.

Ollega otro pibe cuya campera huele muy feo. Pero no es suciedad, es olor a ácidos, impregnada en una cocina de cocaína donde seguro el chico pasa muchas horas de sus días.

Pero siempre nos quedamos con lo mas rescatable, el sublime deseo de los padres y sus hijos por escapar –vía el estudio y la superación-, en medio de las adversidades.

La canchita de fútbol al borde de la Capilla, ahora tiene césped sintético (antes caían cuatro gotas y el campo se convertía en una laguna), y luz artificial para tambien jugar de noche.  Nos recuerda el film Traffic, cuando un poli honesto interpretado por Benicio del Toro le pide a los agentes de la DEA que no le paguen por trabajar delatando complicidades narco mexicanas con los militares, sino que utilizen el dinero para iluminar canchas de beisbol y sacar a los pibes de las calles.

Por ahí ronda gente allegada al negocio del fútbol, buscando un nuevo Messi o un Diegol para llevarlo a la cima del estrellato y llenar billeteras vacías.

Pero viendo lo que ocurre en la humilda escuelita del Cristo Obrero, se nos ocurrió pedirle al rector de una universidad privada,.. ¿porqué no buscar un Einstein que quizás esté oculto entre los escolares, otorgarle una beca para que la familia no tenga que sacarlo de las aulas y pueda seguir sus estudios sin impedimentos?

Aún sigue siendo algo burocrático organizar esa búsqueda,  pero seguro algun cerebro desarrollado tiene que haber escondido en los repliegues de la 31 (como de la 21, de la 1-11-14 y del resto de los asentamientos), y mientras otros buscan un astro de fútbol otros alentamos la esperanza del Einstein local.

El de estos escolares y sus padres luchando por un futuro mejor, es el rostro mas bello de la Villa 31. La cara oculta de la luna que no te muestran los noticieros.

Si es un peligro la buena educación para la actividad de los punteros políticos en la zona... sorry, pero para alguno de nosotros la pendejada sigue siendo un tema sagrado.

Con ellos no se jode. (Perdón a las damas el lenguaje algo brutal de este informe, pero no hallé mejores términos que los utilizados aquí).

Y si algun rector universitario se prende en la propuesta de buscar un Einstein en esos lugares, puede comunicarse en privado.