Vila le soltó la mano a Zapata
"Si Zapata se quiere ir de Independiente que se vaya", dijo el presidente de la entidad mendocina, quien no respaldó el trabajo del técnico tras la humillante derrota 1-7 ante Quilmes.
Daniel Vila, presidente de Independiente Rivadavia Mendoza, no respaldó el trabajo del técnico Gustavo Zapata, de quien dijo que "se vaya, si se quiere ir", tras la humillante derrota 1-7 que el equipo sufrió anoche ante Quilmes, el nuevo puntero de la Primera B Nacional.
"Que se vaya, si se quiere ir (por Zapata). Nunca convencí a nadie para que se quedara", destacó el dirigente máximo de la entidad mendocina, situada en zona de Promoción y que pelea por no caer en descenso directo.
"(Gustavo) Zapata es un caballero, pero tenemos grandes diferencias. Por empezar, no escucha. Creo que se equivocó en la formación, no sólo en un cambio. Hay jugadores que son nuevos y se les otorga una responsabilidad muy grande", se quejó Vila.
La "Lepra" está atravesando una crisis futbolística, que empezó la semana pasada, con la caída 0-3 con River Plate, a pesar de jugar casi 80 minutos con un hombre de más, por la tempranera expulsión del volante "millonario", el uruguayo Carlos Sánchez, antes del cuarto de hora inicial.
Esa circunstancia llevó al citado Vila a "encender la hoguera" en contra de sus jugadores y solicitar una "transfusión de sangre" para buena parte de los componentes de su plantel.
"Estoy enojado con el plantel, pero en esta situación, hay 33 por ciento de responsabilidad de ellos, 33 por ciento del cuerpo técnico y el otro 33 por ciento que es nuestro, de la dirigencia", sostuvo el presidente de la entidad "azul".
El equipo cayó en zona de Promoción, junto a Brown de Puerto Madryn. "A partir de ahora hay que mirar hacia adelante para no jugar la Promoción y evitar el descenso. El plantel necesita tranquilidad y reflexión, para salir de esta situación", dijo.
A pesar de que el dirigente no lo pudo confirmar, una versión dio cuenta de que algunos integrantes del plantel, molestos con la abultada caída, se prodigaron reproches e insultos, una vez terminado el partido en el estadio Centenario.
Y, aparentemente, los más exaltados en el camarín visitante del escenario "cervecero" resultaron el defensor Pablo De Miranda y el mediocampista Marcos Brítez Ojeda, quienes habrían intentado golpearse hasta que sus propios compañeros intervinieron para separarlos.