Vientos de octubre
*Por Mariel Fornoni. Llegaremos al mes de octubre con candidatos opositores, o tal vez con alguna alianza hasta hoy impensada, con chance de ganar la elección presidencial? ¿Será posible que la oposición pueda articular políticas y acuerdos más allá de sus posiciones originales?
Lo cierto en que está demostrado empíricamente que en aquellas elecciones presidenciales donde el Presidente saliente se presenta a la reelección el número de candidatos opositores se reduce claramente dado que las posibilidades de hacer frente de forma atomizada es prácticamente inviable.
Hasta lo que nos indica la foto de hoy, el 2011 presentará un escenario de reelección presidencial por lo que las ventajas relativas de la oposición se constituyen exclusivamente en la construcción de candidaturas de concentración apoyadas en amplias coaliciones.
Por otra parte la participación de un presidente que finaliza un mandato nuevamente en la campaña tiene la particularidad de polarizar aún más la elección y de que el eje de discusión sea una especie de plebiscito sobre su gestión ¿Será finalmente esta elección una discusión sobre el modelo K? ¿Y será capaz la oposición de reconocer los avances que implica toda gestión de gobierno y plantear con claridad las diferencias, los errores y sobre todo, lo que falta hacer de manera creíble?
Todos estos interrogantes nos llevan a reflexionar fundamentalmente sobre si definitivamente podrá la Argentina ser capaz de construir una clase política y dirigente que piense en términos de las necesidades reales del país y de la gente y no que actúe con la convicción que siempre refundan algo pues antes y después de ellos está solo el vacío.
Hoy el gobierno parece estar solo en la cancha del próximo juego. La opinión pública está hace tiempo dándole señales a la oposición de su desarticulación valorando negativamente su labor pero aún sigue reaccionando con divismos.
¿Traerá el viento de octubre a los argentinos un debate sobre nuestro futuro sin principismos? Gane quien gane nos merecemos mas seguridad, mejor empleo, mejor calidad institucional y muchas cosas más pero sobre todo nos merecemos una clase dirigente mas madura y seria.