Video - Fiestas electrónicas: la relación música y luces de colores con el consumo de drogas sintéticas
El especialista Esteban Wood analizó junto a DiarioVeloz la problemática que tomó trascendencia tras la tragedia de Time Warp.
La tragedia de la Time Warp le sigue doliendo a la sociedad, aunque silenciosamente se sepa que estas cosas suceden con más frecuencia de lo que se cree. En este contexto, fueron suspendidas varias fiestas electrónicas y ya se presentó un proyecto para regularlas y, de esta forma, evitar nuevas muertes.
En diálogo con DiarioVeloz, el analista, investigador y consultor en asuntos de políticas sobre drogas Esteban Wood se refirió a la forma en la que las luces, música y el ambiente cerrado influyen en el consumo de drogas sintéticas.
"Lo primero que hay que tener en claro es que la droga no busca a la persona, sino que la persona busca a la droga. Los contextos pueden llegar a influir, pero si uno no consume, no lo va a hacer", aclaró Wood.
Asimismo, es justo aclarar que no todos los que asisten a las fiestas electrónicas son adictos ni tienen interés en consumir ninguna droga. No obstante, también la coyuntura y el marco del evento juegan un rol a tener en cuenta.
"Hay una microcultura. Si bien hay gente que se enoja porque no todos consumen, cosa que es cierto, la realidad es que esta cultura nace con un grupo reducido de personas que usaban estas drogas para experimentar", sostuvo el especialista.
"La música electrónica en particular sostiene compases similares. La luz va acompañando eso. Lo que sí podríamos afirmar es que los ritmos y los estímulos visuales aumentan los efectos del consumo de estas drogas", explicó. Wood.
"En ese ámbito, bajo estas sustancias, los efectos se potencian a partir del estímulo lumínico. Esa misma pastilla, en un ámbito de música clásica, no tendría el mismo efecto", agregó.
¿La prohibición de las fiestas es la solución?
Las cinco muertes en Costa Salguero abrieron el debate: ¿hay que prohibir las fiestas electrónicas? Si bien podría evitarse que se repita en el corto plazo, la solución de fondo no parecería estar sujeta a esa determinación.
"En el caso de que no se den en lugares declarados, se dará en lugares privados, donde la ley no pueda hacer nada. La sustancia está. No es un problema de la música. El problema es la normalización del consumo. No podemos esperar a que se mueran cinco chicos para entender lo que pasa", analizó Esteban Wood.
"Acá es necesario erradicar la cultura de la autodestrucción. En la prevención sé si el camino es decirles que la droga mata o hace mal. El mensaje debería ser 'hay que cuidarse'. Uno de los chicos que murió tenía 17 años. Hace diez, tenía 7. Eso nos obliga a mirar para atrás. Hay que prestarle atención a las señales que nos dan los jóvenes, que pueden manifestar un malestar particular o familiar", sostuvo el analista.