Video - El emotivo mensaje de apoyo de Marcelo Tinelli para Lionel Messi: leyó una carta de una maestra entrerriana
El dirigente de San Lorenzo le dedicó unas palabras al capitán de la Selección luego de su renuncia a la Argentina.
Marcelo Tinelli le dedicó unas palabras a Lionel Messi tras su renuncia a la Selección Argentina. Le brindó su apoyo al jugador y leyó en vivo una carta de una docente entrerriana.
"Se me vinieron un montón de imágenes en ese momento. La veía llorar a mi hija Juana desconsoladamente, me acordaba de Lorenzo pateando una pelota diciendo Messi y me salió escribirle a Lionel en ese momento. Muchos decían que podían convencerlo en ese momento y por mi amistad con él, le escribí. Estamos en un país donde hay muchos mediocres que critican cuando uno es exitoso. Un tipo que lo quisieron nacionalizar español y dijo no, yo voy a jugar con la Argentina, que no habla catalán y que lo respetan mucho", arrancó el discurso de Marcelo Tinelli en ShowMatch.
El conductor contó una infidencia que le dijo Messi pocos días atrás y manifestó: "Escuchaba a algunos periodistas diciendo que algunos jugadores querían ir de compras por Manhattan y hablé con ellos. Leo me dijo una frase que me quedó retumbando, ´ahora no te bajes vos como dirigente´. Le voy a cambiar la frase, ahora no te bajes vos, esto no es lo mejor para todos, es lo peor para todos. Sos el responsable de todo lo bueno. Lo banco más que nunca, porque vino, está acá".
El directivo de San Lorenzo y de AFA se mostró autocrítico y duro con sus colegas. "Tenemos que ser responsables los directivos del fútbol argentino, esto lo tenemos que mejorar. Todos somos actores, algunos ganamos y otros perdemos en algún momento como dirigentes. Tenemos que darnos cuenta que es un cambalache lo que está pasando en el fútbol argentino, lo dicen hasta los jugadores que no pueden cobrar los viáticos, no saben cuándo vuelan, ni saben si van a cobrar", expresó conmovido.
Después de un largo discurso, Tinelli leyó una carta que redactó Yohana Fucks, una maestra de cuarto grado en Entre Ríos.
Probablemente jamás leas esta carta. Pero la escribo igual, no como hincha del fútbol sino como docente argentina, esa profesión que elegí y que me apasiona como a vos la tuya.
Podría escribirte sobre la maravilla de tus talentos para el deporte más amado de nuestro país, sobre el placer que me moviliza ser una de las generaciones que pueden verte desplegar la magia en tus botines, sobre la admiración que despertas en cada uno de los gurises del mundo entero. Pero todo eso sería repetir frases hechas. Por eso voy a escribirte para que me ayudes en un reto mucho más complejo de los que hasta ahora enfrentaste, quiero que me ayudes en la difícil misión de formar las conductas de esos chicos que te ven como un héroe futbolero y como un ejemplo a seguir.
Por más amor y dedicación que ponga en mi trabajo, jamás tendré de mis alumnos esa maravillosa fascinación que sienten por alguien como vos. Y hoy verán a su más grande ídolo rendirse. Te ruego que no les des el gusto a los mediocres, a esos que frustrados por sus miles de metas no alcanzadas vuelcan sus rencores en un jugador de fútbol, a esos que opinan de todos los demás porque hacerlo es fácil y gratuito. Y te lo dice una maestra que con el abismal espacio que nos separa, lidia con esa liviana costumbre argentina de creer que el trabajo de otro es sencillo, que meter goles en un arco es tan simple como construir una casa o formar el futuro de una persona. Esa enferma necesidad de tocar siempre de oído, de ponernos en jueces insensatos que sentencian con desprecio y arrogancia el desempeño del otro, poniendo con valor solo las victorias y desmereciendo los errores como fracasos, esos mismos errores que nos hacen humanos en continuo aprendizaje.
Por favor no renuncies, no les hagas creer que en este país solo importa ganar y ser primero. No les muestres que por más éxitos que uno coseche en la vida, nunca terminará de conformar a los demás y peor aún, no les hagas sentir que deben vivir para conformar a los otros. No les brindes ese mensaje errado de que a pesar de tantas adversidades superadas, a pesar de pelearla desde muy pibe para llegar a ser el hombre triunfador de hoy, a pesar de asumir responsabilidades desde muy temprana edad y haber luchado hasta con impedimentos físicos para lograr tus sueños, todo eso se opaca ante las críticas de los envidiosos que en el fondo solo desean ser como vos.
Si vos que tuviste la familia acompañándote, que tenes un rico patrimonio personal y el apoyo de tanta gente, no lo logras, ¿cómo podrían ellos creerse capaces de continuar adelante pese a tantas batallas que día a día deben enfrentar?
Yo no les hablo a ellos del Messi que juega maravillosamente al fútbol, sino del que practicó miles de tiros libres para lograr embocar la pelota en ese ángulo inalcanzable para cualquier arquero; les hablo del Messi que soportó siendo un niño como ellos tantas dolorosas agujas para seguir en pie tras lo que amaba; les hablo del Messi que con todo el dinero que ha ganado ayuda a otros chicos como ellos en sus diferentes dificultades; les hablo del Messi hombre, el que formó su familia y lidia todos los días con el rol más importante que es ser un buen padre; les hablo del Messi que impide que un fanático que lo sorprende en pleno partido salga de allí lastimado; les hablo del Messi que puede equivocarse hasta errando un penal porque de fallas estamos hechas las personas y eso les muestra que hasta el más grande de todos los tiempos es imperfecto.
No te rindas, no guardes la camiseta con los colores de nuestra Patria porque al ponertela te convertís en un argentino más que nos representa a todos, y no todos esperamos medallas y copas para sentirnos maravillosamente orgullosos de que vos lo seas. No hagas que mis gurises sientan que salir segundos es una derrota, que el valor de las personas está en cuán llenas estén sus vitrinas, que perder un partido es perder la gloria.
Mis alumnos necesitan entender que los más nobles héroes, sin importar si son médicos, soldados, maestros o jugadores de fútbol, son los que brindan lo mejor de sí mismos para el bienestar de otros, aun sabiendo que nadie los valorará más por ello, sabiendo que si lo logra, el triunfo es de todos, pero si falla el fracaso solo será de él, y aun así lo intenta. Pero sobre todo, se tiene heroísmo y hombría, cuando se lucha y superan las pérdidas con coraje y entereza, aun con todo el universo diciéndonos que no vamos a lograrlo. Y un día se encuentran con la mayor de las victorias: ser felices siendo ellos mismos, sin reclamarse cuántos demonios debieron enfrentar para lograrlo.
Todos hablan de pelotas, yo creo en la fortaleza de tu corazón.