Veto a Barbie, la muñeca más cursi del mundo
El furor por prohibir, vetar o boicotear que asola a la Argentina continúa. Ahora le ha tocado a Barbie (antes fue Mario Vargas Llosa), publica ABC, de Madrid.
El furor por prohibir, vetar o boicotear que asola a la Argentina continúa. Ahora le ha tocado a Barbie (antes fue Mario Vargas Llosa). La muñeca de plástico de Mattel no puede volver a contonear su cinturita de avispa por las calles de Buenos Aires. Su venta ha quedado terminantemente prohibida en todo el país. En rigor, la prohibición es para su importación y la del resto de la "troupe" de Mattel.
Barney, los Backyardigans, Max Steel o el mismísimo Ken -en su versión original- han quedado proscritos. El gobierno argentino decidió suspender la licencia de importación a la fábrica de juguetes más importante del mundo, después de registrar irregularidades aduaneras de la empresa. La medida se enmarca en la cadena de trabas a la importación de artículos de lujo, coches, equipos electrónicos, electrodomésticos y un largo etcétera del gobierno de Cristina F. de Kirchner, con el objetivo de impulsar la industria nacional.
Mattel, según publica el diario Clarín , de momento guarda silencio. La firma tiene en Buenos Aires una clientela numerosa y fiel. Esta ciudad es la única de América latina que cuenta con dos Barbie Stores . Las niñas van a su peluquería, adquieren vestuario completo para ellas y sus muñecas, tienen salón de fiestas para celebrar cumpleaños y se citan por las tardes en la cafetería Barbie.
El veto a Barbie, quien este año cumple 52 primaveras, no es el primero que padece la muñeca más cursi del universo. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, hace mes y medio dijo en público que le daba "asco". También que la rubia platino, de carne falsa y cero cerebro, "representa un peligro para la mente. No tiene nada que ver con la cultura venezolana", protestó.