"Valoro a los que se juegan por una idea"
Por Vicky Guazzone di Passalacqua* Protagoniza dos obras de teatro de fuerte tono dramático, y su primer desnudo. Padre impaciente, realities y dudas políticas.
La suya parece una vida acelerada. Con 23 años, Martín Slipak ya lleva 15 de actuación, está en pareja hace 4 y es papá hace poco más de un año. "Espero no morirme pronto", bromea él. Y sin embargo, conforme va relatando hitos de su vida se delinea una historia fluida, como si nada hubiera estado fuera de tiempo o lugar.
Su currículum refleja elecciones muy maduras para la edad en que ocurrieron. A los 12 lidió con la temática del genocidio armenio en el rol de huérfano en "La bestia y la luna", a los 15 interpretó a César, el chico marginal de "Resistiré", y dos años atrás fue el hijo problemático de Cecilia Roth y Julio Chávez en "Tratame Bien". Actor de cine, televisión y teatro, por estos días conduce "Ficciones cortas" en Canal à y actúa en las obras teatrales "Boulogne" y "Yepeto". En esta última, sumó un nuevo desafío: protagonizar un desnudo.
Noticias: ¿En qué contexto se inscribe su escena?
Martín Slipak: La obra trata sobre el vínculo entre un joven y el profesor de literatura de su novia. El joven va a buscar al profesor porque cree que quiere conquistarla, y el desnudo sucede en un momento de combate, en el cual el profesor quiere que este chico le diga qué es lo que a su novia lo vuelve loca de él. Se golpean mutuamente con esto, y es más bien crudo. La luz no baja, no es en penumbras...
Noticias: ¿Le costó?
Slipak: Al principio me dio mucha vergüenza. Pero es una escena de desenlace necesaria, por lo que me siento amparado por la obra y el contexto. Es un momento muy especial de la obra, se genera tensión, es como ir abriéndose las venas de a poquito. Y fue una cuestión de realización personal, con algo que me costaba mucho.
Noticias: "Boulogne" trata sobre la historia real de dos hermanas que buscan a su hermano desaparecido. ¿Es más difícil interpretar historias reales?
Slipak: Sí, tiene su cuota de gran emoción. Te pone en un lugar de absoluto compromiso. Uno nunca va a hacer algo igual, menos en estos casos donde hablamos de hombres relacionados con una militancia política, que dejaron su vida por una idea, tiene un sentido muy fuerte. Y fue un enorme orgullo que esa obra fuera elegida para "Teatro x la identidad".
Noticias: Ese compromiso está presente en todos sus papeles. ¿Fue una decisión consciente?
Slipak: No fue consciente, pero a lo mejor yo transmito algo un poco dramático... Soy bastante sensible, desde chico siento que tengo intereses distintos, sobre todo relacionados con lo que les pasa a las personas. Posiblemente también tenga que ver con las inquietudes que mis papás me transmitieron.
Noticias: Sus dos padres son psicólogos. ¿Lo ayudó a la hora de componer el papel de "Tratame bien"?
Slipak: Ayudó, porque me mandaron a terapia desde los 9 años. A los actores nos viene bien, porque estamos muy expuestos con nuestra sensibilidad y la devolución no siempre es la deseada. Hay que aprender a manejar eso y estar acompañado para hacerlo. Necesitás contención. En mi caso, hay algo de tanto disfrute en el momento de actuar, que no es compatible con el después. Siempre pienso por qué si algo fue tan fuerte al momento de hacerlo, no me genera lo mismo al verlo, y no supero esa sensación.
Noticias: Cuando agradeció el premio Clarín Revelación, apeló a la importancia del respeto por el espectador. ¿Existe eso en la tevé actual?
Slipak: Me parece que un reality, por ejemplo, no respeta al espectador, pero puedo entender que la gente lo necesite. El mundo está tan rebajado, que es razonable que uno quiera llegar a su casa y poner en la tele lo más frívolo y lo que más lo distraiga del día a día. Pero sería interesante que se haga un plan donde el prime time también pueda tener contenidos culturales y educativos. Hubo programas como "Los simuladores", populares y, a la vez, con contenido. Haciendo pensar un poco más se educa y se genera una sociedad más interesante.
Noticias: "El puntero" toca cuestiones muy actuales de la política. ¿Le interesaría actuar en un proyecto así?
Slipak: Aún no vi el programa, aunque me hablaron muy bien. Es un momento muy complicado para meterse en lo político, hay una cuestión de mensajes cruzados. Por eso me parece bastante atrevido y positivo que se hayan puesto a hacerlo.
Noticias: ¿Qué opina de los actores que muestran su apoyo explícito al Gobierno?
Slipak: Es un momento difícil para apoyar al Gobierno, porque te puede perjudicar laboralmente. Jugarse por una idea en este país ha traído consecuencias complicadas, así que valoro y rescato a quienes lo hacen. Pero uno nunca sabe bien si es por conveniencia o no...
Noticias: ¿Cuál es su pensamiento político?
Slipak: Me gustaría pensar que todo lo que manifiesta este gobierno en relación con los derechos humanos es genuino. Valoro cualquier gobierno que se permita juzgar, por ejemplo, a los dictadores que destruyeron este país y su sociedad. Después, creo que hay cosas que siguen funcionando mal. Como ciudadano no me gusta que me mientan, y si voy al supermercado a comprar algo no me gusta ver que la inflación es distinta de la que me dicen. Creo que hay que poner las cosas en su lugar, desde todo punto de vista.
Noticias: Fue papá hace poco. ¿Cómo lleva ese papel?
Slipak: ¡Es el mejor del mundo! Nina tiene 1 año y 2 meses y es muy sociable. Tanto mi mujer Natalia (Señorales, también actriz) como yo le hablamos mucho. Me vuelve loco la gente que cree que el nene no está escuchando lo que se dice, le hablamos como a un adulto. Me parece fundamental tenerla en cuenta desde chiquita. Mi gran defecto como padre es la impaciencia. Con los chicos hay que tener una paciencia descomunal, porque vienen con una energía enorme...
Noticias: En "Yepeto" se pone de relieve la diferencia entre la conquista con la cabeza y la conquista con el cuerpo. ¿Qué hubo de cada cosa a la hora de seducir a su mujer?
Slipak: Ambos sentimos enseguida que había algo que no podíamos dejar de lado. Nos enamoramos en todos los sentidos. Enseguida hubo diálogo y, a la vez, no podíamos dejar de mirarnos. Y cuando se puso de manifiesto la pasión, confirmamos que estábamos bien orientados.