Vacaciones
*Por Hugo Caligaris. "Macri se contradice con lo que planteó antes: que los porteños no fuéramos hasta cinco veces a las urnas en cuatro meses. Encima, fija la fecha del ballottage en vacaciones de invierno..."(Del senador kirchnerista Daniel Filmus.)
Emociona saber que los políticos piensan en nuestra comodidad, en la cantidad de domingos que deberemos sustraer a la familia y al descanso para ir a votar. Emociona, pero es innecesario. No se preocupe más, senador Filmus: los porteños tenemos muchísimas ganas de ir a las urnas. Cinco, diez, quince veces. Las que vengan. ¿Qué son las vacaciones frente al deseo de seguir adelante, sin cejar, con nuestra poderosa herramienta, que es el voto, para mejorar todavía más esta ciudad de Buenos Aires que en los últimos tiempos se acerca peligrosamente a la perfección?
Gracias, Filmus, pero las vacaciones no las queremos. Queremos ballottage. Nos ha dado como una fiebre de elecciones. Después de ver la cantidad, la variedad, la atracción y el colorido de los candidatos para el mes de julio, se nos hizo agua la boca. ¡Y eso que todavía no conocemos sus plataformas! Ansiosos, vamos tachando los días que pasan y caminamos por la calle como abstraídos, obsesionados por una operación mental que desafía a nuestro ingenio. ¿Optaremos, acaso, por este caballero excelente o por aquella señora que parece todavía mejor? ¡Dios santo, qué difícil!
Solamente los débiles se toman vacaciones en lugar de comprometerse con el futuro. Seamos francos: todavía quedan un par de cositas por arreglar. Minucias, tonterías, por cierto. Pero si queremos que Buenos Aires se vuelva propiamente un paraíso tenemos que elegir a la persona indicada. Se entrevé que la obra iniciada obedece a un sistema, a un master plan de la felicidad urbana. Pero hay que coronarla. Con esa carga encima, ¿quién piensa en esquiar o en ponerle una nariz de zanahoria al muñeco de nieve? Nuestro lugar está acá, porteños, cerca del cuarto oscuro, en la primera línea de fuego.