Uso irracional de fármacos
*PorJorge Iapichino. Como médico considero preocupante la actitud de algunos legisladores porteños que pretenden avasallar la incumbencia del farmacéutico como profesional de la salud al aceptar la venta de medicamentos fuera de las farmacias.
En esta decisión está en juego la salud de las personas que habitan la ciudad de Buenos Aires. Todos sabemos las consecuencias de la flexibilización de la ley: una vez que se sacan los medicamentos de venta libre de la farmacia, se estará abriendo la caja de Pandora.
Sin ningún control, podrán encontrarse en los kioscos todo tipo de medicamentos.
¿Habrá alguna fiscalización sanitaria en los kioscos, supermercados, vía pública y otros lugares donde se encuentren? Si fuera así, ¿quién la hará: la ANMAT, el Ministerio de Salud de la Nación, el Gobierno de la Ciudad? ¿Por qué no se hizo hasta ahora? La responsabilidad de vender medicamentos no puede quedar en manos de cualquier comerciante porque este acto involucra la salud de la gente.
No sólo por la posibilidad de que se vendan productos vencidos o falsificados, sino también que ocurran problemas por la mala indicación , reacciones adversas, interacciones o dosificación equivocada. Los médicos vemos diariamente en los hospitales cuáles son las consecuencias del uso irracional de los fármacos.
Lo ideal sería que existieran más farmacéuticos en las farmacias y no tanto empleado que despache remedios como si fueran caramelos. Lo que se debe medir al tomar esta decisión es simple, pero con consecuencias complejas: los medicamentos en la farmacia, con mayor control profesional como dispone la ley nacional, o los medicamentos en la calle, sin control .
Los legisladores porteños tendrán la responsabilidad de decidir qué camino tomar.
Por último, hay que remarcar que los farmacéuticos no están solos en esta lucha. Los médicos y los demás profesionales que tenemos la responsabilidad de asistir a los enfermos sabemos que, en nuestro medio, liberar la comercialización de medicamentos fuera de la farmacia es como jugar a una ruleta rusa donde el que recibe el disparo es el paciente.