Una versión oficialmente desacreditada
La fiscalía informó que Natalia Fernández se desdijo de cosas que había declarado a los medios.
Extraído de Página 12
Por Irina Hauser
La fiscal Viviana Fein informó en forma oficial a través de un comunicado que Natalia Fernández, una de las testigos que presenciaron el procedimiento policial y judicial en el departamento de Alberto Nisman después de que fue hallado sin vida, "modificó su relato respecto de la información que fue divulgada a través de distintos medios de comunicación". La chica había dado una versión mediática del operativo que lo pintaba como desprolijo e irregular. Pero tal como informó Página/12, se desdijo de temas centrales, como que no vio a los agentes comer medialunas, sino que los oyó comentar sus ganas de pedirlas, ni vio a la fiscal con una bolsa con cinco casquillos en la mano, sino que la oyó hablar de una vaina servida, ni tampoco le sirvieron café. Ayer declaró otro testigo que presenció casi íntegro, hasta las siete de la tarde del día siguiente a la muerte del fiscal, todo el relevamiento de pruebas y según señalaron allegados a la causa "desacreditó" la versión inicial de la camarera, corroboró la judicial y no aludió a ninguna anomalía.
El hombre trabaja en mantenimiento del complejo Le Parc de Puerto Madero donde vivía Nisman y presenció el operativo junto con Fernández, aunque él permaneció por muchas horas más. Ella había aludido a él como "el portero" que le ofreció café en el departamento al verla mal, cansada y angustiada. Según aclaró la chica al declarar ante Fein, una agente lo frenó y le dijo que no tocara la cafetera. Por ende, nadie tomó café. El empleado en cuestión se mostró molesto ante la fiscal porque lo estaban buscando varios periodistas, que lo llamaban a su teléfono celular. Por eso hay un párrafo en el comunicado de la fiscalía que pide que "se respete la intimidad de los testigos como de sus familias". Fuentes con acceso al expediente señalaron a Página/12 que el relato del testigo descalifica al de la chica y no se deducen irregularidades. Para la fiscalía es un respaldo. No bien se conoció lo que había contado Natalia en los medios, Fein salió a decir que era "descabellado".
Un prefecto ya había desmentido la versión de Fernández en la fiscalía y, por ejemplo, mientras ella dijo que los uniformados marcaban la documentación con resaltador, lo que este testigo explicó es que se fue foliando todo, que se fotografió hoja por hoja y está todo filmado. Ayer también declaró un perito de la División Rastros de la Policía Federal, que se ocupó de recoger pruebas de la muerte. De hecho, el reparto del trabajo fue así: Prefectura se ocupó de los documentos y la Policía de las pruebas de la muerte y la evidencia científica. Explicó cómo se levantaron los rastros en todo el departamento, no sólo en el baño donde apareció muerto el fiscal.
En el caso de Fernández, lo que tiene validez legal es su declaración ante la fiscalía, bajo juramento, no lo que dijo en los medios. Si luego en el devenir de la investigación se demostrara que en el expediente faltó a la verdad, eso puede ser un delito, el de falso testimonio.
Con lo que la camarera contó inicialmente ante los medios lo que hace es embarrar la cancha y generar la sensación de que se pudo haber alterado de distintas maneras la escena de la muerte y así poner en duda las pruebas recabadas hasta el momento, buena parte de las cuales -si bien falta mucho camino por recorrer- apuntan a la teoría de que se Nisman se habría disparado a sí mismo.
Un dato llamativo es que anteayer, después de su testimonio ante Fein, un abogado habló públicamente en nombre de ella, como alguien que la había asesorado cuando la joven pidió custodia. Se llama Sebastián Smoler, y es cercano a la diputada Patricia Bullrich, una de las que habían invitado a Nisman al Congreso para que se explayara sobre su denuncia por supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA contra la Presidenta, el canciller Héctor Timerman y otras personas. Smoler dijo que Fernández le había comentado que "ratificó" lo que contó en los medios. Bullrich fue una de las que declararon que tenía contacto con el fiscal fallecido, que él le contó que estaba amenazado.
La fiscalía insistió ayer por escrito en que Fernández no ratificó su descripción sino que "rectificó".
La joven había sido llevada por Prefectura como testigo -una carga pública- para presenciar el procedimiento de recogimiento de pruebas en el departamento. Como ya informó este diario, el primer dato que corrigió fue el horario en que vio que sacaron el cuerpo de Nisman. En el diario Clarín había dicho 3.30 de la madrugada y en su testimonio dijo 5.30, horario que concuerda con la llegada del cadáver a la Morgue Judicial, 5.40. Ella había llegado cerca de la 1.30, pero tuvo que esperar. Ante la fiscal dijo que no se movió de un sillón del living, que no recorrió el departamento, y que sólo la dejaron ir a un baño cuando terminó el operativo. Estaba con una amiga, Antonella, que también fue testigo, pero como se tenía que ir de viaje fue relevada por el hombre de mantenimiento.
Ante algunos medios, Fernández había dicho que vio a la fiscal Fein con una bolsa con cinco casquillos de bala. Su declaración no hace alusión a eso, sino a que escuchó a Fein hablar de una vaina servida (lo que daría cuenta de un único proyectil), dato concordante con la autopsia ya, el disparo fue uno solo. También aclaró que el personal de fuerzas de seguridad presente no pidió medialunas, que sólo -cuando pasaron las horas- hicieron un comentario del estilo "podemos pedir medialunas" y que alguno incluso bromeó "más que para medialunas estamos para un vino". Descartó un clima de jolgorio cuando le preguntaron específicamente. Sí hizo referencia a que había un celular que sonaba, pero nadie lo atendió.