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Una simulación táctica

* Por Ricardo Kirschbaum. Cristina quiere hacer creer que todavía no se decidió a ser candidata. Pura táctica: no tiene ningún apuro en explicitar una decisión que está en cada uno de los actos oficiales. Por consiguiente, tampoco está pensando en una reforma constitucional.

Es obvio: para la elección de octubre está constitucionalmente habilitada. ¿Por qué abrir un debate prematuro ahora? El juego que hizo la Presidenta en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso fue eso, un juego de obviedades . Pero no es lo que piensa el núcleo central del "cristinismo", que quiere hacer creer que 2011 ya está resuelto y que lo que hay que atender ahora es la continuidad del "modelo" después de 2015.

Cristina se cuidó bien de oponerse al proyecto. Sólo dijo que los números en el Congreso ahora hacían imposible que un proyecto de necesidad de reforma de la Constitución sea habilitado.

Como ocurrió con el ultramenemismo en los ‘90, que comenzó a presionar para reformar la Constitución para abonar el camino que luego se recorrió, los ultra K han comenzado a plantar mojones de una estrategia que surge del corazón del poder .

No es políticamente conveniente menear esa sensible cuestión ahora y trabajar con la idea de que ya está todo definido: la elección es un mero trámite para otro período de Cristina.

En ese clima, el tono de autoelogio elegido por la Presidenta para describir la realidad argentina es una pieza importante de la estrategia, aprovechando el amplio campo que, todavía, le da la oposición. De esa ventaja, no es responsable y de utilizarla en su provecho, tampoco.

Volvemos al comienzo: Cristina será candidata y todos los planes para intentar permanecer en el poder están vivos .