Sociedad
Una “rateada” por la Buenos Aires colonial para escapar de la rutina
Ya se puede visitar un túnel jesuita del siglo XVIII dentro de la construcción más antigua de la ciudad: la iglesia San Ignacio de Loyola, ubicada en Bolívar al 200, junto al Colegio Nacional y dentro de la histórica Manzana de las Luces. La recorrida de este nuevo tramo permite vivenciar aquellas “rateadas” descritas en “Juvenilia”, conectarse con el frío y el silencio de las entrañas de Buenos Aires en contraste con el verano y el bullicio del exterior.
“Durante un año y siendo ya mocitos, nos hemos escapado casi todas las noches, para hacer una vida de vagabundos por la ciudad…”.
Este fragmento de “Juvenilia” (1884; Miguel Cané) plasma las andanzas de los estudiantes del Colegio Nacional Buenos. Ciertamente, se cree que los alumnos accedían por la bodega de la cocina a una red de túneles en la que había grandes roedores.
El datito color es que de ahí, entonces, proviene el término “ratearse”.
La pregunta del millón versa sobre la veracidad de la existencia de esos pasadizos subterráneos cargados de leyendas e historias de esclavitud y contrabando.
La respuesta es afirmativa gracias a exhaustivos estudios que nos muestran cómo eran esos “brazos bajo tierra” que unían a toda la ciudad colonial.
Pero la modernidad, en parte, se llevó todo eso que los planos y la literatura han logrado perpetuar.
La buena noticia es que recientemente se reabrió al público un túnel de unos 30 metros de extensión -en paralelo a la calle Bolívar- que une a la iglesia San Ignacio de Loyola (la más antigua que se conserva en Buenos Aires) con el colegio aledaño.
La primera iglesia, de adobe, fue construida por la Compañía de Jesús en 1675. En 1686, se construyeron la torre sur y la fachada actual con ladrillos, y en 1712 comenzó la actual construcción. Fue inaugurada en 1722 y se consagró, ya terminada, en 1734. El 21 de mayo de 1942 fue declarada Monumento Histórico Nacional.
El impulsor de la reapertura fue Francisco Baigorria, párroco de la iglesia San Ignacio, junto a Ana María Di Consoli y Soledad Saubidet, gestoras del proyecto histórico cultural y coordinadoras de las visitas guiadas.
“A partir de este paseo queremos contarle a la gente que Buenos Aires tiene un pasado de muchos siglos”, dice entusiasmada Saubidet y explica: “La misión de los jesuitas era evangelizar pero acompañado de un gran proyecto desde lo académico y lo tecnológico. Son los primeros en incorporar tecnologías; hablar de tecnología es hablar de construcción. Son los primeros en construir edificios sobre piedra cuando no había ni piedras ni árboles. La ciudad tardó en tener solidez de construcción. Ellos le dieron esa solidez”.
Por su parte, Di Consoli descarta que los túneles se hayan usado para contrabandear pues considera que “el contrabando era una práctica común para la cual no se necesitaban túneles. Los túneles servían para la defensa de la ciudad”.
El recorrido incluye la subida a la torre sur de la Iglesia; la torre del reloj (construida por el ingeniero Felipe Senillosa a mediados del siglo XIX) y también el claustro del antiguo Colegio de San Ignacio donde se exhibe la muestra de acuarelas del arquitecto patrimonialista Carlos Moreno. El reloj inglés pertenecía al Cabildo de Buenos Aires.
Las visitas requieren inscripción previa en visitasguiadas@sanignaciodeloyola.org.ar y se realizan los martes y sábados a las 15.00 hs. Excepcionalmente, este sábado 4, en el marco de La Noche de los Templos, no habrá visita pero se podrá conocer sin reserva previa y de forma gratuita entre las 20.00 y las 00.00 hs.
Fotos: Rodolfo Seide
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