Una Presidente adicta a la irrealidad
* Por Ricardo Roa. A nueve días de la revuelta, Raúl Garré fue eyectado del cargo de jefe de asesores de su hermana, la ministra de Seguridad. Su error: haber redactado el decreto que disparó la protesta salarial de prefectos y gendarmes.
El despido contradice las dos explicaciones que hasta ahora había dado el Gobierno. Una es que el problema no estaba en el decreto sino en el modo en que fue aplicado por las cúpulas de las dos fuerzas, a las que descabezaron. Y la otra, que detrás de todo hubo un complot de jueces y altos mandos.
Lo que sigue con vida es el famoso decreto, quizá porque lleva la firma de la propia Presidenta.
Garré fue el pato de la boda. Pero, en realidad, había seguido instrucciones de un DNU de la misma Cristina avalado por todo el Gabinete: el 324, sancionado a fines del 2011.
Limpiándolo de algunas parrafadas, queda claro allí que todos "los conceptos no comprendidos en el sueldo" deberán adecuarse "para confirmar su procedencia, y en su caso, limitar su alcance". En otras palabras, los adicionales salariales serían revisados y además, recortados .
El 324 alcanza a todo el personal de la administración pública y de los organismos del Estado y a las Fuerzas Armadas y de Seguridad.
Lisa y llanamente, un ajuste en línea con la por entonces anunciada sintonía fina. A su modo, eso fue lo que hizo Garré en una historia que, seguro, tendrá nuevos capítulos.
Otra muestra de cómo funciona el Gobierno es lo que pasó con un bono del Chaco. El Central le negó a Jorge Capitanich los 255 mil dólares que necesitaba para afrontar un vencimiento. Marcó del Pont le aplicó la figura del "atesoramiento" , la misma que impide comprar dólares a cualquier hijo de vecino.
Anoche, un cable de Télam destacó que en su discurso sobre la ley de medios, la Presidente había insistido en que "no hay cepo al dólar" (ver pág. 6). Que se lo expliquen a Capitanich. Cristina se ha hecho adicta a la irrealidad.
Por apenas 255 mil dólares, desde el martes están desplomándose todos los títulos de la deuda. Es por el temor a que el Gobierno pague con pesos al cambio oficial obligaciones que los acreedores esperan cobrar en dólares.
El zafarrancho obligó al Central a asegurar que todas las deudas en moneda extranjera del gobierno nacional serán respetadas. Las provincias, bien gracias.
Garré y del Pont son muestras de cómo funciona el Gobierno. Cheppi, el embajador en Venezuela, es una de cómo es el Gobierno. Lanata y su equipo estaban detenidos en el aeropuerto de Caracas por los servicios de inteligencia. Lo llamaron para pedirle ayuda. La respuesta fue: "Ya les mando un mensajito".
Cheppi nunca apareció y hasta llegó a justificar semejante apriete a periodistas de su país. Un gesto de cobardía que él creerá le será recompensado. Debería saber que el poder es transitorio y la indignidad duradera.
Lo que sigue con vida es el famoso decreto, quizá porque lleva la firma de la propia Presidenta.
Garré fue el pato de la boda. Pero, en realidad, había seguido instrucciones de un DNU de la misma Cristina avalado por todo el Gabinete: el 324, sancionado a fines del 2011.
Limpiándolo de algunas parrafadas, queda claro allí que todos "los conceptos no comprendidos en el sueldo" deberán adecuarse "para confirmar su procedencia, y en su caso, limitar su alcance". En otras palabras, los adicionales salariales serían revisados y además, recortados .
El 324 alcanza a todo el personal de la administración pública y de los organismos del Estado y a las Fuerzas Armadas y de Seguridad.
Lisa y llanamente, un ajuste en línea con la por entonces anunciada sintonía fina. A su modo, eso fue lo que hizo Garré en una historia que, seguro, tendrá nuevos capítulos.
Otra muestra de cómo funciona el Gobierno es lo que pasó con un bono del Chaco. El Central le negó a Jorge Capitanich los 255 mil dólares que necesitaba para afrontar un vencimiento. Marcó del Pont le aplicó la figura del "atesoramiento" , la misma que impide comprar dólares a cualquier hijo de vecino.
Anoche, un cable de Télam destacó que en su discurso sobre la ley de medios, la Presidente había insistido en que "no hay cepo al dólar" (ver pág. 6). Que se lo expliquen a Capitanich. Cristina se ha hecho adicta a la irrealidad.
Por apenas 255 mil dólares, desde el martes están desplomándose todos los títulos de la deuda. Es por el temor a que el Gobierno pague con pesos al cambio oficial obligaciones que los acreedores esperan cobrar en dólares.
El zafarrancho obligó al Central a asegurar que todas las deudas en moneda extranjera del gobierno nacional serán respetadas. Las provincias, bien gracias.
Garré y del Pont son muestras de cómo funciona el Gobierno. Cheppi, el embajador en Venezuela, es una de cómo es el Gobierno. Lanata y su equipo estaban detenidos en el aeropuerto de Caracas por los servicios de inteligencia. Lo llamaron para pedirle ayuda. La respuesta fue: "Ya les mando un mensajito".
Cheppi nunca apareció y hasta llegó a justificar semejante apriete a periodistas de su país. Un gesto de cobardía que él creerá le será recompensado. Debería saber que el poder es transitorio y la indignidad duradera.