Una pelota se perdió en Japón y apareció en Alaska
Como consecuencia del tsunami en Japón, un balón recorrió más de 3.100 kilómetros y terminó en las orillas de una isla. Su dueño ahora espera recuperar el único objeto que le quedó de la tragedia.
Más de un año y miles de kilómetros más tarde, un balón de fútbol arrastrado por el tsunami de Japón terminó su travesía en una isla remota de Alaska.
La pelota, que contenía una escritura en japonés, fue descubierta en la costa de la Isla Middleton por David Baxter, quien se dio cuenta de la importancia de su hallazgo después de que su esposa, originaria de Japón, tradujera la frase que estaba escrita. Llevaba el nombre de una escuela.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) confirmó que la institución cuyo nombre se leía en la pelota estaba en una zona azotada por el tsunami.
Tras conocerse la noticia, Misaki Murakami, de 16 años, aseguró ser su dueño. El adolescente dijo a los periodistas este domingo que el balón había sido un regalo de sus amigos de colegio, según informó ABC News.
Murakami fue capaz de identificar la pelota, porque todos sus compañeros de clase habían firmado sus nombres en ella.
"No tengo ninguna duda de que es la mía", dijo el joven a The Japan Times. "Para ser honesto, estoy sorprendido. Quiero agradecerle a la persona que la encontró, ya que ninguno de mis objetos de valor sentimental fueron hallados".
"Estamos muy contentos de que el dueño de la pelota esté a salvo. Queremos devolverle el balón tan pronto como sea posible", dijo Baxter. Él y su esposa planean en los próximos meses un viaje a Japón con la esperanza de encontrarse con el adolescente y restituirle su apreciado regalo.
La pelota, que contenía una escritura en japonés, fue descubierta en la costa de la Isla Middleton por David Baxter, quien se dio cuenta de la importancia de su hallazgo después de que su esposa, originaria de Japón, tradujera la frase que estaba escrita. Llevaba el nombre de una escuela.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) confirmó que la institución cuyo nombre se leía en la pelota estaba en una zona azotada por el tsunami.
Tras conocerse la noticia, Misaki Murakami, de 16 años, aseguró ser su dueño. El adolescente dijo a los periodistas este domingo que el balón había sido un regalo de sus amigos de colegio, según informó ABC News.
Murakami fue capaz de identificar la pelota, porque todos sus compañeros de clase habían firmado sus nombres en ella.
"No tengo ninguna duda de que es la mía", dijo el joven a The Japan Times. "Para ser honesto, estoy sorprendido. Quiero agradecerle a la persona que la encontró, ya que ninguno de mis objetos de valor sentimental fueron hallados".
"Estamos muy contentos de que el dueño de la pelota esté a salvo. Queremos devolverle el balón tan pronto como sea posible", dijo Baxter. Él y su esposa planean en los próximos meses un viaje a Japón con la esperanza de encontrarse con el adolescente y restituirle su apreciado regalo.