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Una mujer policía fue condenada a 10 años de prisión por matar a un vecino al que acusaba de abusar de sus hermanas

La agente declaró que el hombre también había abusado de ella. Según indicó ante la Justicia, su intención era “quemarle la casilla”, pero luego de ser provocada le disparó.

Una mujer policía fue condenada a 10 años y 8 meses de prisión por matar de dos balazos a un vecino que había abusado de sus hermanas menores de edad, en 2021, en la localidad bonaerense de Gutiérrez, y también de ella durante su infancia.

La pena por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” fue acordada en un juicio abreviado a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de Quilmes. No obstante, no irá a la cárcel sino que cumplirá la sentencia con prisión domiciliaria por ser madre de una nena menor de 5 años.

 “Mami, despreocupate, que este hijo de p... la va a pagar, le voy a dar un escarmiento, se va a tener que ir de acá”, recordó la madre de la mujer condenada. La frase, de acuerdo a su testimonio, se la dijo el 22 de junio de 2021, cuando se enteró que sus hermanas menores también habían sido abusadas por el mismo sujeto que la había atacado a ella.

Ese mismo día más temprano, declaró a su turno la mujer policía, mientras limpiaba su casa ubicada en el partido bonaerense de Berazategui escuchó llorar desesperadamente a una de sus hermanas y se acercó a preguntarle qué le pasaba. Fue entonces cuando las nenas le revelaron que su vecino, el hombre al que llamaban “tío” por la relación de confianza que existía, abusaba sexualmente de las dos.

“Ahí mi mente explotó y me agarró un fuerte dolor en el pecho y una angustia... tenía mucho dolor en el pecho y en ese momento recordé los momentos previos de mi infancia, donde (el mismo “tío”) desde los ocho años hasta los trece abusó de mí”, relató la policía. En aquel entonces, explicó, no lo denunció porque se “encontraba amenazada por él” y le decía que la iba a matar a ella y a su madre.

“Salgo de la pieza de mi mamá y salgo corriendo a mi casa, agarro el encendedor, el alcohol, porque yo lo único que quería era quemarle las casilla, porque sabía que él no tenía otro lugar para vivir y él se iba a ir. Que siempre me amenazó, por eso llevé el arma, me la puse en la cintura y salí corriendo y en veinte segundos estaba ahí”, relató sobre el momento del crimen.

Al llegar a la casa del vecino, éste no estaba y empezó a rociar la casilla con alcohol y después la prendió fuego, pero antes de alejarse del lugar se encontró con el abusador. “Me dice ´¿qué haces acá p... de m...?´, y me empuja hacia adentro de la casilla (...) y empiezo a forcejear con él, ahí saco el arma que tenía en la cintura”, indicó la policía y recordó que en ese instante él la volvió a insultar y amenazar.

“Empecé a temblar, mi mente estalló y empecé a efectuar disparos, precisamente dos o tres no recuerdo, y él huye y yo salgo corriendo atrás. Él se cae, intento levantarlo, veo sangre en la cabeza y estaba todo oscuro, porque no había luminarias”, declaró la joven.

El vecino baleado, Lucio Larramendi, murió en el lugar y al llegar la policía, alertada por testigos, la efectivo entregó su arma reglamentaria y quedó detenida. Si bien la defensa de la mujer planteó que actuó bajo emoción violenta, el juez Gustavo Farina sostuvo en el fallo que ese hecho “carece de apoyatura”, por lo que no prosperó como atenuante. En cambio, sí valoró que la mujer tiene una hija menor de 5 años, por lo que la pena podrá cumplirla bajo la modalidad de prisión domiciliaria.

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