Una muerte y el doble estándar
*Por Osvaldo Pepe. Con la de ayer en Liniers el fútbol lamenta otra muerte, cuyas causas aún no están claras. La ministra Garré separó a los policías con los que el hincha muerto tuvo un incidente, hasta que se investigue cómo fue todo.
Lo cierto es que, bajo la furia de barrabravas, la violencia estalló otra vez. Y que el Gobierno muestra un doble estándar en esta cuestión. En la era del "Fútbol para todos" financió a barras de varios clubes para el Mundial 2010 a cambio de apoyo: un pacto con el Diablo.
Con Moyano también se usan varas diferentes: su revisada bravata con código cuasimafioso de paro y acto en la Plaza causó espanto en el poder. Tanto como que quiera imponer al vicepresidente en la fórmula K. Sin embargo, el kirchnerismo es complaciente con Moyano cuando amenaza con movilizar a "sus muchachos" hacia los diarios o da la orden de bloquear sus plantas impresoras.
Otro caso: en una Carta al País ("Moreno usa una ley de la dictadura"), un lector nos recuerda hoy que las multas aplicadas por Guillermo Moreno a las consultoras por sus mediciones sobre la inflación, tienen raíces en una ley de la dictadura: la de Lealtad Comercial, sancionada y promulgada el 5 de mayo de 1983. El lector observa el contraste con la ley de medios, aprobada en tiempo récord antes del recambio parlamentario de 2009. El oficialismo argumentó entonces que era insostenible una ley de medios sancionada en dictadura. Ambas leyes tuvieron cambios y ajustes en democracia, pero para el Gobierno sólo una fue "una ley de la dictadura."
El apriete y el acoso de Moreno a las consultoras, al igual que el desmadre de los barrabravas o la incómoda compañía de Moyano, son parte de las contradicciones de un Gobierno que convalida métodos patoteros, sea en las canchas o afuera de ellas. Y hasta "se da el lujo" de inspirarse en una ley de la dictadura para silenciar toda disidencia. Así sea en los índices de inflación.
Una muerte y el doble estándar.