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Una médica complicó al presunto asesino serial de Ramallo durante el juicio: “La hija murió y nunca supimos por qué”

La pediatra que atendió a Ailén, hija de Pablo Damián Grottini, declaró y contó cuáles fueron los detalles que encendieron las sospechas en el hospital. El hombre también está acusado de haber matado a su hermano y a su madre.


Las declaraciones de los distintos profesionales de la salud que atestiguaron en el juicio contra Pablo Damián Grottini (44), acusado de idear y ejecutar un plan para matar a toda su familia en Ramallo, tuvieron un denominador común: todas complicaron al acusado.

Entre ellas, sobresalió el testimonio de una médica que atendió a Ailén -la hija de 10 años de Grottini- desde su internación hasta su muerte en circunstancias confusas e inesperadas.

Paula Marini, que se desempeña en el sector de pediatría del Hospital San Felipe de San Nicolás, brindó un relato detallado de la noche en que la nena ingresó al centro de salud. Declaró que el sábado 24 de julio de 2021, Grottini entró con su hija en brazos y en compañía de su madre.

Contó que ambos le comentaron que a la nena le dolía el pecho, y que creían que podía ser producto de una crisis de angustia. El presunto motivo: antes había participado de una misa aniversario en homenaje a su tío Germán (32), la primera de las muertes por las cuales el sospechoso afronta por estas horas el juicio que podría condenarlo a pasar el resto de su vida en prisión.

“Me refirieron que la nena no tomaba medicación, que era tratada para control por un pediatra y que padecía un retraso madurativo, por lo que asistía regularmente a una fonoaudióloga y a un neurólogo infantil, pero que llevaba una vida totalmente normal y no tomaba medicación”, fue lo primero que dijo Marini.

La médica continuó con el relato: “La nena lloraba permanentemente. Decidimos dejarla internada transitoriamente en observación, pero en ese momento no había nada que me pareciera preocupante. En varias ocasiones ingresé para ver si necesitaban más calefacción porque había una sola estufa. La última vez que pasé todo estaba normal y me fui a acostar. Mas o menos una hora después, como a las dos de la mañana, me llamó la enfermera porque se le había salido la vía del suero a la paciente. Me preguntó si le ponía uno nuevo y le dije que no, que ya no lo creía necesario”.


“Cuando volví, ya no era la misma nena”

Luego Marini mencionó que, apenas una hora después, recibió un aviso por parte de la enfermería debido a que Ailén había sufrido una descompensación. “Ya no parecía la misma. Estaba pálida, somnolienta y noté que cuando la llevaban al baño tenía una dificultad para caminar que antes no había tenido. Le puse mascara de oxígeno y hablé con la terapista. Ahí decidimos hacer tomografía, punción lumbar y la trasladamos a cuidados intensivos”, narró la especialista.

En otro tramo de la declaración, contó que Pablo Grottini se enojó con ella, que le reclamó una supuesta falta de atención, le reprochó que no le había ordenado un electrocardiograma a la nena y que la amenazó con pedir que le hicieran un sumario.

“La chiquita quedó en terapia y el lunes hizo un paro cardíaco. Falleció sin que supiéramos las causas”, explicó Marini, y siguió: “Volví a verlo a Grottini el 22 de abril de 2022, cuando ingresé ocasionalmente a la guardia de adultos y él estaba junto a su madre. La llamé a la doctora (Yamila, jefa de guardia y quien también declaró en el juicio) Fernández y le dije que era una persona difícil. Le conté lo que había pasado conmigo”.

Aquel incidente con la pediatra levantó las sospechas en el personal del Hospital San Felipe. Para cuando Teresita Di Martino (61) -madre del acusado- cayó internada, los médicos ya estaban alertados de ciertas conductas sospechosas por parte de Grottini.

Tres muertes misteriosas que encendieron las sospechas en el hospital
El hombre comenzó a ser investigado tras la muerte de su mamá Teresita, también en el Hospital San Felipe y en circunstancias extrañas. Allí llegó descompuesta y en compañía del acusado. Dijo sentirse mareada y angustiada por la muerte de su otro hijo y su nieta.

Tras realizarle los estudios correspondientes, los médicos constataron que estaba recuperada y planeaban darle el alta. Todo parecía estar en orden. Sin embargo, mientras la mujer permanecía internada en el box 3, Grottini llamó a la enfermería y reportó que el suero “perdía”.

Al acercarse, la enfermera de turno constató que estaba pinchado, atravesado de lado a lado, y que el hombre tenía su ropa mojada. Según consta en el expediente, una hora y media después Grottini volvió a llamar a los enfermeros. La razón: Di Martino había muerto.

“Se determinó que el nuevo suero que había colocado la enfermera también se encontraba pinchado, esta vez con un solo orificio en la manguera, y se halló en el mismo box donde se encontraba la paciente una ampolla de diazepam abierta, la cual no había sido prescripta para ningún paciente ese día”, se informó en un comunicado judicial.

Los sueros pinchados y la presencia de un fármaco ajeno al stock del hospital confirmaron las sospechas. El personal de salud se negó a firmar el acta de defunción de Di Martino y el caso fue reportado en sede judicial.

Mientras se investigaba, surgieron testimonios de conocidos y vecinos que mencionaron que Germán, un hermano de Grottini que tenía 32 años, era deportista, guardavidas y no tenía ninguna patología previa, había muerto en circunstancias similares en julio de 2019.

Durante la investigación, la fiscal María Belén Baños -titular de la UFI N°12 de San Nicolás- identificó los puntos en común en las tres muertes: los pacientes llegaron al hospital con nauseas, sueño y alteraciones cognitivas, y los médicos no lograban encontrar la causa de la afección. Los tres evidenciaron signos de recuperación con el correr de las horas, pero luego de quedar en compañía de Grottini en sus habitaciones, murieron de forma repentina y sin explicación.

El Tribunal Oral en lo Criminal N°1 es el encargado de determinar si Grottini, funebrero de oficio y ferviente devoto de la fe católica, es en realidad un asesino serial, y si efectivamente ideó un plan macabro para asesinar a Germán, Ailén y Teresita -en ese orden-, como cree la fiscal del caso a partir de las pruebas acumuladas en su contra.

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