Una llamada, llantos y gritos: las claves de un falso secuestro
Con más frecuencia se realizan denuncias sobre este tipo de situaciones. Qué hacer ante esta nueva modalidad delictiva.
Cada día son más las denuncias por este tipo de situaciones. Llaman en la madrugada, uno atiende y escucha gritos y llantos, pregunta quién es y hasta que no de un nombre preciso, no hay respuesta.
La clave es no decir ningún nombre, no dar información. Los falsos secuestros telefónicos son una nueva modalidad delictiva que se lleva a cabo desde hace casi 10 años y que últimamente se aplica en nuestro país con más "éxito" por parte de los delincuentes.
Muchas familias han llegado a pagar la suma determinada de dinero que piden por el rescate del familiar "secuestrado". Incluso se han entregado objetos de mucho valor, como joyas.
Desde la Procuración General de la Nación advirtieron la pasada semana sobre la cantidad de denuncian que recibieron con características similares.
"Son llamados donde se escucha a una persona llorando, gritando o sollozando, lo que impide identificarla. Luego, la voz anónima pide auxilio y toma el teléfono otro sujeto que se hace pasar por secuestrador, quien exige la entrega de objetos de valor o dinero, como condición para liberar al supuesto familiar retenido", explicó el titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción, Fernando Fiszer a Infobae.
- ¿Qué hacer?
- Cortar la comunicación.
- No apagar los teléfonos como lo indican.
- Utilizar otra vía telefónica para comunicarse con la supuesta persona secuestrada o llamar al 911.
- No dar nombres ni información sobre la familia o la casa.
- Avisar a la policía antes de pagar el rescate.
- Divulgar la modalidad delictiva a través de las redes sociales y entre la familia.