Una encuesta a empresarios ayuda a entender las primarias

 La última onda se efectuó en junio, es decir, en los días previos a las elecciones, por lo que nos puede ayudar a entender ese proceso eleccionario.

Los directivos de firmas, sin distingos por tamaño, sector industrial ni origen del capital, se mostraron enfrentados dialécticamente al gobierno, al que no conceden aptitud para manejar la economía ni los problemas del país. Por ejemplo, el 56% piensa que el gobierno no comprende la economía. Por otra parte, creen que la situación económica del país en los próximos meses seguirá igual o empeorará.

Sin embargo, yendo a lo que pasa dentro de cada empresa, es decir a los pronósticos que las firmas hacen para sus negocios, las respuestas no explican esa sensación de disconformidad y bajas perspectivas. El 75% de las empresas cree que sus negocios marchan bien o muy bien y sólo el 1% los ve como mal o muy mal. Estos porcentajes, además, son más positivos que los de octubre 2010, por lo que la tendencia es favorable.

Coherentemente, las expectativas favorables de ventas abarcan al 49% de las empresas y sólo el 7 % venderá menos. El 42% piensa aumentar su planta de personal en 2012 y sólo el 5% la disminuiría.

Estos resultados sobre la empresa hablan evidentemente de una situación sólida y con un futuro de crecimiento. Lo cierto es que la mayoría de las empresas se encuentra en expansión y piensa que ésta continuará.

Por supuesto, resulta extraño que las empresas opinen en general que el gobierno maneja mal la economía, estén insatisfechas con su política y prevean perspectivas para el país mediocres, mientras sus negocios florecen y tienen expectativas de que seguirán floreciendo.

Las respuestas a otras preguntas permiten una pintura un poco más detallada de la situación y la manera de pensar de las empresas y sus directivos. Como cabía esperar, ven a la inflación y el aumento de costos como el principal problema del gobierno y el principal obstáculo para sus negocios. La inflación es claramente la mayor y más generalizada amenaza.

Pero las empresas, disconformes con la política gubernamental y preocupadísimas por la inflación, no propiciarían recetas duras para controlar la inflación. Se les pidió que opinaran frente a frase tales como "la estabilidad se debiera mantener aunque signifique mayor desempleo o mayores impuestos" y solo el 16 y el 36 % respectivamente se manifestó a favor, mientras la amplia mayoría se opuso a ambas posibilidades. El 65% prefiere que haya inflación si eso impide que aumente el desempleo.

Estas respuestas ubican a las empresas y a sus directivos, a pesar de una declarativa oposición y disconformidad, objetivamente no tan distantes de la política gubernamental. Podría decirse que a las firmas les preocupa la inflación pero no al punto de afectar la bonanza expansiva. En definitiva, más temen a la recesión. Su oposición resulta en consecuencia más simbólica que efectiva. Es posible que este patrón de conducta sea también aplicable a otros sectores disconformes, pero que, a la hora de decidir, prefieren la continuidad.

Para consultar esta encuesta ver www.iuean.edu.ar 

* Vicerrector de Investigación del IUEAN.