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Una diferencia grande y definitiva

*Por Ricardo Kirschbaum. No hubo sorpresas: Macri y Filmus disputarán la segunda vuelta electoral el 31 de julio. Fue una votación polarizada en la que el componente local tuvo poca influencia .

Se votó en contra y a favor del gobierno nacional. Así, las otras opciones tuvieron escasa chance de ser apoyadas.

Macri hizo una elección notable . Repitió el porcentaje de 2003, cuando derrotó también en la primera vuelta a Daniel Filmus. Casi la mitad de los electores porteños votaron por el actual jefe de Gobierno. Y le sacó una ventaja que parece indescontable y definitiva y convierte en formal al balotaje.

Macri fue a la reelección en la Ciudad después de haber abandonado, por ahora, su sueño presidencial . El resultado de ayer le dio la razón a su principal asesor Jaime Durán Barbas, que fue quién convenció a Macri para que intente quedarse en la Jefatura de la Ciudad.

El gobierno de Cristina Kirchner no ahorró munición para hostigar a la administración local y, particularmente, a Macri. Sin embargo, ese ataque no hizo mella en el capital político del jefe de Gobierno, al que se intentó identificar con lo peor de la política argentina. Quizá ese empeño descalificador, que volvió como un bumerang sobre sus impulsores, haya sido un envión inestimable para el macrismo, mucho más que la gestión local que tuvo errores inocultables.

La enorme diferencia que obtuvo en la primera vuelta sobre Filmus es, entonces, una toma de posición del electorado porteño respecto a la disputa nacional. Y no fue Macri el que nacionalizó la disputa sino el oficialismo nacional el que buscó imponerla . La publicidad ponderando la sintonía de Cristina con Filmus, en el hipotético caso que éste triunfase, planteaba los beneficios de un alineamiento entre la Nación y la Ciudad. Además de confesar impúdicamente la discriminación que la Casa Rosada le imponía a la Ciudad desde hace tiempo, el mensaje nacionalizaba la elección. Pues bien, la gente siguió ese razonamiento y le dio a Macri este rotundo respaldo.

Filmus ha presentado el resultado de la primera vuelta como un triunfo. Fue una operación publicitaria . Se pretendió instalar como un logro que el Frente para la Victoria, el partido del kirchnerismo, había hecho la mejor elección de la historia. Es solo un magro consuelo. El peronismo, con Erman González o Domingo Cavallo, logró en la Ciudad porcentajes mayores. En el último caso, el ex ministro de Economía, que denunció entonces a los "partisanos" que respaldaron a Ibarra en la elección de 2000, había tenido el apoyo explícito de algunos de los actuales exégetas de Cristina.

El candidato oficialista, elegido por una decisión palaciega de la Presidenta, debería preguntarse en cuánto ayudó el Gobierno nacional con su política de confrontación permanente para que su adversario repitiese el porcentaje que había obtenido hace cuatro años. Y cuánto lo perjudicó el escándalo de corrupción que se descubrió en torno de Schoklender y la Fundación de las Madres, con dinero público que funcionarios del Gobierno alimentaban.

Hay otra cuestión que es tan evidente que no pudo ser ocultada: la lista de candidatos a legisladores locales que encabeza Juan Cabandié, un referente de La Cámpora, terminó obteniendo la mitad de votos que los que sacó Filmus. Es decir que uno de cada dos votantes del candidato de la Casa Rosada no votó su lista de legisladores.

Deberá entonces agradecer a las colectoras de Ibarra y Cerruti, que les aportaron votos para que llegase segundo. Los inventores de este sistema electoral han cumplido con el objetivo.
El 31 de julio debe realizarse la segunda vuelta electoral. Filmus y Tomada ratificaron su voluntad de presentarse. Lo hicieron cuando una inexplicable euforia los envolvió al cierre del comicio.

Tomada explicó que se cumplió el objetivo de llegar a la segunda vuelta. Lo que no explicó es cómo harían para descontar la inmensa ventaja que les sacó Macri. Otra vez construyeron un relato triunfal , que no se apoya en los hechos, para sostener a la militancia que, como en junio de 2009, gritaba y saltaba en torno de un Néstor Kirchner derrotado.

Alfonsín habló anoche con Macri para saludar su triunfo. Carrió también felicitó al jefe de Gobierno. Las intenciones de ambos fue arrimar apoyo. Pino Solanas, tercero en la elección de ayer, dio libertad de acción a sus adherentes pero no apoyó a Filmus.

El discurso de anoche de Filmus mostró lo que será su estrategia futura. Se quejó de no tener el apoyo de los "grandes medios". Fue una broma . Dispuso de la publicidad a destajo de todo del Estado, de la cadena nacional, y de los medios privados paraoficiales.

Anoche, conciente de su debilidad, recurrió a palabras y promesas desacostumbradas para el kirchnerismo. No se animó a felicitar a Macri pero sí a ponderar a los votantes de la "primera minoría", es decir el macrismo. Habló de generosidad política con quienes se acerquen a apoyarlo, se dirigió a los radicales y a miembros de otras fuerzas con las que dijo hay coincidencias. Y se habla de un gobierno de coalición.

Hubo un síntoma del estado de ánimo: la ovación mayor que recibió Filmus fue el anuncio de que iría a la segunda vuelta. La duda está planteada a medida que la realidad – no el "relato"– apareció en el escrutinio oficial mostrando la gran distancia que les sacó Macri.

El balotaje es una empresa imposible.