DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Una deuda pendiente con Guanacache

Las tareas que se están desarrollando para recuperar los humedales de las lagunas resultan importantes porque permitirán que la gente que reside en esos lugares, ahora inhóspitos, pueda generar algún tipo de actividad económica que la beneficie.

El inicio de las tareas de "rescate" de las lagunas de Guanacache constituye una excelente iniciativa en razón de que se trata de devolver a esa amplia zona de la provincia, parte de lo que le privó el crecimiento poblacional y los cultivos en la zona alta del río Mendoza.
 
La situación no sólo favorecerá a los habitantes lavallinos, sino que los ecos favorables llegarán al resto de la provincia en razón de que se recuperará un importante humedal, que actualmente está convertido en un desierto.

Durante décadas las lagunas de Guanacache constituyeron el sector con mayor actividad económica de la provincia. Desde allí llegaba el pescado que consumían los habitantes de la ciudad en la época de la colonia. La calle Los Pescadores, en Las Heras, constituye el mejor ejemplo de la importancia que se había alcanzado.

Además, en los costados de la laguna se desarrollaba una incipiente actividad agrícola. Según aseguran los historiadores, eran importantes las plantaciones de trigo que pululaban en el norte mendocino y de su cosecha surgía la harina que también consumían los habitantes de lo que en aquel entonces era la zona más poblada.

Con el correr de los años, con el crecimiento poblacional y con el desarrollo de importantes zonas de cultivo en la zona alta y media del río Mendoza, la situación se modificó radical y negativamente para los antiguos laguneros. El agua  de este río comenzó a llegar en menor intensidad y otro tanto sucedió con el río San Juan, los dos que llenaban las lagunas.

Apareció la sequía y gran parte de la gente que residía en el lugar debió abandonar sus actividades y emigrar hacia la ciudad en busca de mejores horizontes económicos. No obstante, con escasos conocimientos en otras tareas que no fueran las habituales y tradicionales,  la casi totalidad de esos inmigrantes internos finalizó engrosando las villas inestables que se multiplicaron en los sectores adyacentes al Gran Mendoza.

En los últimos años, por iniciativa de la intendencia de Lavalle en conjunto con el Gobierno provincial, se desarrollaron obras tendientes a mejorar la calidad de vida de los habitantes que, pese a las dificultades, decidieron permanecer en sus lugares de origen. En ese marco, cabe alabar la decisión de instalar cañerías para llevar agua potable a distintas localidades, mientras paralelamente se impulsan acciones destinadas a conformar cooperativas para permitir que puesteros, artesanos o gente dedicada a la actividad apícola, se una para la venta de sus productos.

Por otro parte, está comenzando a tomar visos de concreción un proyecto de recuperación de las lagunas de Guanacache en la búsqueda de tres objetivos: evitar que el agua dulce se siga perdiendo, mejorar la calidad de vida de los habitantes y reactivar la biodiversidad perdida. Consistirá en la construcción de terraplenes para elevar los niveles de base de las lagunas, bañados y cursos de agua a fin de detener la erosión, a la vez que se buscará reducir la salinidad del agua, que hoy se produce por carencia de cauces correspondientes.

El crecimiento de la zona alta del río Mendoza fue natural y por tanto no se lo puede "culpar" de aquello que sucedió con las lagunas. Pero también debe reconocerse que los habitantes del Gran Mendoza tenían una deuda pendiente con esa zona, que ahora -con justicia- comienza a pagarse.