Una contribución a la verdad
*Por Ricardo Kirschbaum. ¿Por qué el Gobierno no hizo la denuncia si, como admitió ayer el ministro De Vido, conocía lo que pasaba en la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo ? Todos los días, en su afán exculpatorio, se contradicen. Y contribuyen a la verdad.
Cuando Abel Fatala y Horacio Bontempo fueron al Congreso a informar sobre los aportes públicos al plan de viviendas de la Fundación, dijeron que no había trato con las Madres y que tampoco tenían información de los "manejos de Schoklender". Las declaraciones del Ministro de Planificación, de quién dependen los dos funcionarios mencionados, demuestran todo lo contrario : que sí sabían de los manejos del ex apoderado de la Fundación y que tenían tratos directos.
De Vido dijo que José López, secretario de Obras Públicas, le cortó los fondos a Schoklender cuando descubrió los desmanejos financieros. Por eso, siguió didáctico el ministro, el ex preferido de Bonafini eligió a López de blanco predilecto, acusándolo de "hacer caja" , un eufemismo muy propio de la política que evita usar palabras más apropiadas para describir ese procedimiento.
Está claro, entonces, que el Gobierno no denunció lo que ocurría y estaba al tanto de la presunta estafa .
Todos los días se conocen más detalles del escándalo, a pesar de que el juez Oyarbide extiende una y otra vez el secreto del sumario sobre esta causa tan sensible.
El Gobierno pone énfasis en la poca credibilidad que tiene Schoklender por su pasado y por su presente. La historia del ex apoderado era la misma cuando llegó a la Fundación. Entonces era una persona creíble para el oficialismo y para toda la operatoria que, alrededor del paraguas de los derechos humanos , se armó con aliento oficial.
Las revelaciones de Schoklender deben pasar por el tamiz de la Justicia, naturalmente. Esto significa que deben ser investigadas para probar su veracidad.
Las declaraciones de De Vido ayudan a descorrer el velo que oculta este caso.