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Una cátedra... de ciencia ficción

La Presidente dio ayer una verdadera cátedra sobre el relato en la universidad de Georgetown. O, mejor, sobre el relato al estilo kirchnerista.

Nota extraída del diario Clarín

La Presidenta dio ayer una verdadera cátedra sobre el relato en la universidad de Georgetown. O, mejor, sobre el relato al estilo kirchnerista.

"Si la inflación fuera del 25%, el país estallaría por los aires", afirmó. Supongamos por un momento que no es del 25%: ¿es el 9,9 que cuenta el INDEC? Y además, ¿el costo de los alimentos subió en un año apenas 11% o alcanza con $13 para no ser pobre? Sobredosis de relato.

Y cátedra para los alumnos norteamericanos: "¿Realmente ustedes creen que la inflación es de un 2% en su país?" Como decir que en todas partes mienten con la inflación. O que aquí puede mentirse, total lo hacen otros gobiernos.

"Sería fantástico emitir dólares, pero no podemos". Efectivamente, el Gobierno sólo emite pesos y en cantidad para sostener el gasto público: este año un 35% más que en 2011. Y los dólares que necesita para pagarle a los acreedores se los saca al Central: US$ 32.000 millones desde 2006.

"Nuestra economía es muy dependiente de los dólares, acentuada por la convertibilidad". La convertibilidad cayó hace once años y de esos once, nueve son de la era K. Conclusión: la culpa de la afición por el dólar no está en la pérdida del valor del peso por la inflación real sino por lo que otros hicieron.

"Con la prensa hablo muchísimo cuando voy a los actos. A algunos periodistas no les gusta cuando no respondo lo que ellos quieren. Y si no les gusta la respuesta que uno les da, gritan, protestan y hasta patean la puerta".

Esta vez, relato para todos los gustos. ¿Desde cuándo habla muchísimo con la prensa, que no se nota ? ¿Qué cosas contesta que no les gusta? ¿Alguien vio a periodistas gritando o pateando puertas? Entonces, la solución es no hablar con los periodistas, exprimir la cadena oficial y escaparle a las preguntas. Esta es la verdadera relación de Cristina con los medios: ninguna, como aclararon los periodistas acreditados en la Casa de Gobierno.

Se hizo un matete con Washington y el general Grant, pero igual dejó una lección de historia para los estudiantes que la oían: por si lo ignoraban, "el único lugar de América donde no hay golpes es en Estados Unidos.

Y eso porque no hay ninguna embajada norteamericana". Todo el mundo sabe que EE.UU. promovió golpes. Otra cosa es ningunear burdamente más de 200 años de democracia en ese país. Un eslogan de secentismo hueco.

Y un mensaje hacia adentro: "Hemos logrado que nuestros trabajadores tengan los mejores salarios de Latinoamérica". ¿Incluirá los 4 millones de trabajadores en negro, a los desocupados y a los que están en los bordes del sistema?

En los Estados Unidos, Cristina es otra. Responde preguntas. Pero es, sin embargo, la misma: no decir la verdad no es responder. Y nada de autocrítica, porque sería una tentación para los que titulan los diarios. Aquí, con el kirchnerismo anda todo fantástico. Modestia aparte.