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Una casa me separa

Independiente corre riesgo de no poder ser local en la segunda fecha del Torneo Apertura, porque una casa se resiste a ser vendida y no puede realizar una parte de las obras para el nuevo estadio Libertadores de América.

Nada le es fácil a Independiente. Nada. Por una cuestión o por otra las cosas made in Rojo vienen con un agregado extra. Esta vez es en relación al estadio Libertadores de América, justo a 10 días de recibir a Argentinos Juniors.

La historia es así. La calle de circunvalación necesita de manera imperiosa desembocar en Alsina para que la gente desagote la tribuna. La misma sale del paso bajo vía de la Calle Colón recorre el terraplen del ex Ferrocarril Roca y finaliza en Alsina.

El tema es que los trabajos comprendidos dentro del predio del estadio se encuentran a contrareloj ya que se necesita dejar terminado el piso, el cual era de tierra y será de hormigón armado.

Según informó el sitio rojonews, desde hace tiempo el club intentó comprar algunas viviendas que estaban ubicadas en el tramo final a la calle Alsina y si bien algunos habitantes accedieron hay uno que resiste.

Al mismo, según informó en su momento la dirigencia, se le realizaron algunas ofertas pero está claro que se encuentra en una posición de ventaja y quiere aprovecharla. Pero ese tiempo que se pierde es vital para las aspiraciones del Rojo de ser local la segunda fecha en el Libertadores de América.

Como la platea Sur Baja (debajo de la visitante) pasó a ser popular, la misma albergará a 18.000 socios y para que ese cambio fuera posible el Coprosede exigió habilitar un acceso nuevo por la calle de circunvalación que bordea el terraplén del ferrocarril.

Entonces, si no se define el tema en estos días sería casi imposible terminar los trabajos a tiempo, levantar la pared que delimita el estadio con la calle de circunvalación y dejar todo libre de escombros para tal habilitación.

La casa resiste, el tiempo sigue corriendo.