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Una "cadena" radial diferente

Con la transmisión por las radios de Ecuador de un programa común, los periodistas defendieron su libertad de expresión.

La situación de la libertad de prensa en la región preocupa profundamente a propios y extraños. En el particular universo de los llamados países "bolivarianos", las persecuciones a los medios independientes e imparciales son duras y constantes. En forma paralela, crecen los multimedios estatales -a los que eufemísticamente se denomina "públicos"- que, con el dinero de todos, procuran instalar el discurso oficial como único posible. En algunos casos, la libertad de opinión ya ha sido eliminada de cuajo, como ocurre en Cuba. En otros, está siendo dramáticamente cercenada, como sucede ciertamente en Venezuela, Nicaragua y Bolivia.

El caso particular de Ecuador es también grave. Los medios independientes de este país luchan diariamente por su supervivencia. El presidente Rafael Correa los ataca y hostiliza sin descanso, utilizando todos los instrumentos a su alcance. Pronto ellos incluirán una nueva ley de medios, estructurada sobre la misma matriz ideológica que su similar argentina.

Con el concurso de jueces suplentes, sospechosos de parcialidad, el diario El Universo ha sido objeto de una multimillonaria condena, impuesta por uno de ellos por haber publicado una nota en la que un ex columnista hizo una reflexión sobre una reciente asonada policial contra el presidente que parece haber ofendido a Correa. Tres de sus directivos y el referido ex columnista enfrentan, además, penas de prisión.

Esta acción ha merecido el repudio de los organismos y asociaciones regionales de prensa. La presión gubernamental ecuatoriana por tratar de silenciar el disenso es perversa y parecería no tener fin. Así, los medios son siempre acusados de ser culpables y responsables de todo, aun de los errores más groseros cometidos por la gestión de Correa.

Ahora Correa presiona al Congreso para que se enjuicie a la periodista Janeth Hinostroza y persigue judicialmente a Diego Oquendo, un conocido periodista de Radio Visión.

En respuesta a estos múltiples ataques, las radios ecuatorianas entraron "en cadena". Pero esta vez no por orden o mandato del Estado, sino por voluntad propia. Emitieron así un programa común escuchado en todos los rincones en el que los principales periodistas del país defendieron la libertad de prensa y analizaron la difícil situación que atraviesan y sus consecuencias sobre las libertades individuales de los ciudadanos.

Ecoradio, del grupo El Comercio, fue la radio base. A ella se plegaron las demás radioemisoras independientes. Todas se pronunciaron, de manera terminante, con un "¡Ya basta!". Al unísono, y con el coraje del caso y la firmeza que su lamentable situación exige. Desde el Río de la Plata, entonces, nos unimos a la conmovedora protesta colectiva de las radios ecuatorianas aún independientes en repudio de la actitud de Rafael Correa, empeñado hoy en controlar a su gusto al conjunto de medios de comunicación masiva de su país, obviamente como forma de consolidar su creciente autoritarismo.

La libertad de expresión, una bandera que siempre levantaron en este continente todos los que hoy llamamos próceres, debe seguir siendo para los latinoamericanos y aquellos que quieran habitar esta región un valor inquebrantable.