Una bebé de diez meses, hija de una policía, fue internada por una intoxicación de cocaína
La beba se encuentra en estado delicado pero fuera de peligro en el hospital Paroissien, de La Matanza. Cuando reciba el alta, quedará bajo la tutela de su abuela materna.
Una beba de diez meses permanece internada en grave estado en el hospital Paroissien de Isidro Casanova, a donde fue trasladada de urgencia tras convulsionar por haber consumido cocaína. Se trata de la hija de una integrante de la Policía Local de San Martín.
Según el expediente, la criatura, que ahora se encuentra en estado reservado pero fuera de peligro, estuvo en contacto con la sustancia mientras estaba bajo el cuidado de su papá. Él mismo fue quien le avisó por teléfono a la madre, una mujer de 34 años que trabaja en la fuerza desde hace cinco, que su hija estaba internada.
Según relató el papá, la nena se encontraba sola sentada en el piso del comedor. En un momento observó que se quedaba dormida, la levantó en sus brazos y notó que había empezado a convulsionar, indicó el portal Primer Plano. Entonces, la llevó hasta el hospital, donde los médicos rápidamente diagnosticaron que se trataba de una “ingesta de algún tipo de sustancias peligrosa”.
La fiscal María Cecilia Pérez abrió una causa por “averiguación de ilícito” y ordenó que, mientras avanza la investigación, la menor quede a cargo de su abuela materna.
Los niños pueden intoxicarse con cocaína por tres vías: a través de la placenta materna o la lactancia -si la madre consumió de forma regular o esporádica- y a través de la inhalación si se encuentra en el ambiente. En cualquiera de los casos, las consecuencias para el pequeño son muy graves.
“Los niños que están intoxicados por pasaje de cocaína a través de la placenta materna suelen nacer con complicaciones. No respiran bien, llegan al mundo con bajo peso, nacieron prematuros y requieren ser internados en una unidad de terapia intensiva neonatal. Están enfermos desde el momento en el que nacen”, explicó a TN la toxicóloga Margarita Marchan (MN 65009).
Consumir cocaína durante el embarazo puede derivar en un aborto o un parto prematuro, con sus consecuentes complicaciones añadidas.
Por otro lado, un alto porcentaje de los bebés que nacen de madres consumidoras de cocaína presentan diferentes malformaciones congénitas de distinta índole: digestivas, del aparto urinario, craneales y alteraciones oculares.
Las consecuencias de la ingesta de la leche materna son graves: puede causar convulsiones e infarto. También que el bebé deje de comer o se deshidrate. Las infecciones no son una causa directa de la cocaína sino un efecto secundario de la malnutrición.
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