Un servicio que trae mal olor
Los vecinos dicen que no hay recolección en ríos no navegables ni en las casas del interior de las islas. En los muelles se generan "embudos de basura". En el municipio sostienen que el balance es "positivo" y que bajó la basura que flota en el agua.
"Se hizo como un embudo de basura en los muelles." Son las palabras de un grupo de vecinos de la primera sección del conjunto de islas del Delta, en el partido bonaerense del Tigre, que denuncian "deficiencias" en el sistema de recolección de residuos en lanchas, que comenzó a funcionar en enero pasado en los arroyos y ríos de esa zona. Los isleños aseguran que la mayoría está "disconforme" con la iniciativa municipal, porque los recolectores no pasan por los ríos no navegables ni bajan a buscar las bolsas de las casas del interior de las islas. Entonces, en los muelles se genera "embudos de basura" que se multiplican los lunes, después de los turistas de fin de semana. Piden que se "mejore" el servicio prestado y que puedan optar por contratar a la empresa o a un recolector privado, tal como lo hacían. En tanto, desde el Municipio de Tigre reconocieron que hubo "observaciones" por parte de los vecinos, pero que el balance es "sumamente positivo", y precisaron que "la contaminación de basura flotando en el agua disminuyó un doscientos por ciento en un año".
El verano pasado comenzaron a funcionar las lanchas recolectoras de residuos de la cooperadora Recolectora del Delta. La medida dejó atrás las opciones para el tratamiento de residuos de cada hogar: algunos los incendiaban, otros abonaban la tierra con los residuos orgánicos y unos pagaban a un recolector privado. Un grupo de vecinos asegura que el servicio es "un sistema deficiente", porque muchas bolsas terminan en los ríos y la acumulación de la basura en los muelles, sumado al calor de la temporada, genera mal olor y la aparición de roedores en algunos arroyos.
Uno de los puntos que critican es que los recolectores municipales no entran en los arroyos pequeños o cursos de agua no navegables, como el Gallo Fiambre. "No entran en la mayoría de los canales", aseguraron los vecinos consultados. En cambio, los recolectores privados con embarcaciones más pequeñas pasaban a retirar los desechos y en caso de no poder llegar por el agua iban caminando a buscar las bolsas. "Esos residuos ya no se recolectan, porque no entran y los empleados no bajan, hacen su función y recolectan en determinados muelles", contó Cintia Cantarini, que vive en la isla hace décadas.
Desde Servicios Públicos y Conservación de la Infraestructura de Tigre, José María Paesani aseguró que "la cobertura es total. No se deja arroyo sin recorrer. La lancha pasa de acuerdo a la marea, cuando no se puede entrar se va al otro día y en arroyos críticos (con muy baja agua) se ponen tachos contenedores para que pueden dejar la basura". El funcionario señaló que "la observación de los vecinos permite mejorar el sistema".
El municipio puso canastos en los muelles de esquina de los lugares por donde no pasaban y en lugares públicos. Los vecinos tienen que dejarlos allí. Los contenedores rebasan cuando los recolectores no pasan. En el piso, las bolsas terminan rotas o en el agua, después "utilizamos esa agua para bañarnos, cocinar, tomar, es la única que tenemos", dijo Alejandra, una isleña.
Luis Leonardi aseguró que el sistema es "bastante desprolijo", ya que en los muelles donde quedan los residuos "no hay recipientes adecuados". Entonces, la basura acumulada expuesta a la lluvia y al sol "se pudre y se llena de ratas y moscas. Es un servicio que no funciona, y está peor que antes", describió Pedro, otro vecino. "La basura está haciendo estragos en los arroyos pequeños: hay gusanos, roedores y perros. El arroyo Santa Rosa es uno de los más contaminados, producto de la basura tirada", aseguró Cantarini.
El Delta es uno de los lugares elegidos por los turistas. La cantidad que llega a las islas en esos días genera que los lunes los canastos rebasen, y si cae feriado "pasan días los muelles con basura", aseguraron los vecinos. En ese sentido, Alejandra puntualizó: "Nos cambió absolutamente el paisaje, todos los muelles están llenos de basura". Además, no están conformes, porque "no llevan todo" lo que los isleños descartan, tal como sillas plásticas, sino sólo lo embolsado. Otra de las quejas es que no respetan el cronograma de horarios, y a veces pasan lanchas sin el logo de la empresa. Paesani explicó que "el día crítico es el lunes, porque se levanta el residuo de todo el fin de semana" y puntualizó que los tachos que rebasan son los de "clubes y restaurantes".
"Fue una medida compulsiva, perjudicial para los trabajadores tradicionales", coincidió el grupo vecinal. Semanas después de la implementación, se les cobró una tasa municipal a todos los isleños en concepto del servicio, que recolecta entre 500 y 600 toneladas de residuos por mes.